Proverbios 5 - Biblia Dios Habla Hoy Latinoamericana (1996)

Libro de Proverbios
Capitulos:

12345678910111213141516171819202122232425262728293031

1 - Atiende a mi sabiduría, hijo mío; par presta atención a mi inteligencia. par

2 - Así sabrás ser discreto par y podrás hablar con conocimiento. par

3 - Pues la mujer ajena{cf2super [1]} habla con dulzura par y su voz es más suave que el aceite; par

4 - pero termina siendo más amarga par que el ajenjo par y más cortante que una espada par de dos filos. par

5 - Andar con ella conduce a la muerte; par sus pasos llevan directamente al sepulcro. par

6 - A ella no le importa el camino de la vida par ni se fija en lo inseguro de sus pasos. par

7 - Por lo tanto, hijo mío, atiéndeme, par no te apartes de mis enseñanzas. par

8 - Aléjate de la mujer ajena; par ni siquiera te acerques par a la puerta de su casa, par

9 - para que no pierdas la riqueza de tus años par en manos de gente extraña y cruel; par

10 - para que ningún extraño se llene par con el fruto de tu esfuerzo y tu trabajo. par

11 - De lo contrario, acabarás por lamentarlo par cuando tu cuerpo se consuma par poco a poco. par

12 - y dirás: "¡Cómo pude despreciar par la corrección! par ¡Cómo pude rechazar las reprensiones! par

13 - ¡No quise escuchar a mis maestros, par no atendí a los que me instruían, par

14 - y por poco llego al colmo de la desgracia par ante la comunidad entera!" par

15 - Calma tu sed con el agua par que brota de tu propio pozo. par

16 - No derrames el agua de tu manantial; par no la desperdicies derramándola par por la calle. par

17 - Pozo y agua son tuyos, y de nadie más; par ¡no los compartas con extraños! par

18 - ¡Bendita sea tu propia fuente! par ¡Goza con la compañera de tu juventud, par

19 - delicada y amorosa cervatilla! par ¡Que nunca te falten sus caricias! par ¡Que siempre te envuelva con su amor! par

20 - ¿Por qué enredarte, hijo mío, par con la mujer ajena? par ¿Por qué arrojarte en brazos par de una extraña? par

21 - El Señor está pendiente par de la conducta del hombre; par no pierde de vista ninguno de sus pasos. par

22 - Al malvado lo atrapa su propia maldad; par su propio pecado lo sujeta como un lazo. par

23 - Su indisciplina lo llevará a la muerte; par su gran necedad, a la perdición.