Lucas 5:18 - Biblia Dios Habla Hoy Latinoamericana (1996)

Libro de Lucas
Capitulos:

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1 - En una ocasión, estando Jesús a orillas del Lago de Genesaret, se sentía apretujado por la multitud que quería oír el mensaje de Dios.

2 - Jesús vio dos barcas en la playa. Los pescadores habían bajado de ellas a lavar sus redes.

3 - Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que la alejara un poco de la orilla. Luego se sentó en la barca, y desde allí comenzó a enseñar a la gente.

4 - Cuando terminó de hablar, le dijo a Simón: par –Lleva la barca a la parte honda del lago, y echen allí sus redes, para pescar.

5 - Simón le contestó: par –Maestro, hemos estado trabajando toda la noche sin pescar nada; pero, y a que tú lo mandas, voy a echar las redes.

6 - Cuando lo hicieron, recogieron tanto pescado que las redes se rompían. {cf2super [1]}

7 - Entonces hicieron señas a sus compañeros de la otra barca, para que fueran a ayudarlos. Ellos fueron, y llenaron tanto las dos barcas que les faltaba poco para hundirse.

8 - Al ver esto, Simón Pedro se puso de rodillas delante de Jesús y le dijo: par –¡Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador!

9 - Es que Simón y todos los demás estaban asustados por aquella gran pesca que habían hecho.

10 - También lo estaban Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús le dijo a Simón: par –No tengas miedo; desde ahora vas a pescar hombres.

11 - Entonces llevaron las barcas a tierra, lo dejaron todo y se fueron con Jesús.

12 - Un día, estando Jesús en un pueblo, llegó un hombre enfermo de lepra; al ver a Jesús, se inclinó hasta el suelo y le rogó: par –Señor, si quieres, puedes limpiarme de mi enfermedad.

13 - Jesús lo tocó con la mano, diciendo: par –Quiero. ¡Queda limpio! Al momento se le quitó la lepra al enfermo,

14 - y Jesús le ordenó: par –No se lo digas a nadie; solamente ve y preséntate al sacerdote, y lleva por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, {cf2super [2]} para que conste ante los sacerdotes.

15 - Sin embargo, la fama de Jesús aumentaba cada vez más, y mucha gente se juntaba para oírlo y para que curara sus enfermedades.

16 - Pero Jesús se retiraba a orar a lugares donde no había nadie.

17 - Un día en que Jesús estaba enseñando, se habían sentado por allí algunos fariseos y maestros de la ley venidos de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor se mostraba en Jesús sanando a los enfermos.

18 - Entonces llegaron unos hombres que llevaban en una camilla a uno que estaba paralítico. Querían llevarlo adentro de la casa y ponerlo delante de Jesús,

19 - pero no encontraban por dónde meterlo, porque había mucha gente; así que subieron al techo y , abriendo un hueco entre las tejas, bajaron al enfermo en la camilla, allí en medio de todos, delante de Jesús.

20 - Cuando Jesús vio la fe que tenían, le dijo al enfermo: par –Amigo, tus pecados quedan perdonados.

21 - Entonces los maestros de la ley{cf2super [3]} y los fariseos comenzaron a pensar: "¿Quién es este que se atreve a decir palabras ofensivas contra Dios? Solo Dios puede perdonar pecados."

22 - Pero Jesús se dio cuenta de lo que estaban pensando, y les preguntó: par –¿Por qué piensan ustedes así?

23 - ¿Qué es más fácil, decir: 'Tus pecados quedan perdonados', o decir: 'Levántate y anda'?

24 - Pues voy a demostrarles que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados. Entonces le dijo al paralítico: par –A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.

25 - Al momento, el paralítico se levantó delante de todos, tomó la camilla en que estaba acostado y se fue a su casa alabando a Dios.

26 - Todos se quedaron admirados y alabaron a Dios, y llenos de miedo dijeron: par –Hoy hemos visto cosas maravillosas.

27 - Después de esto, Jesús salió y se fijó en uno de los que cobraban impuestos para Roma. Se llamaba Leví, y estaba sentado en el lugar donde cobraba los impuestos. Jesús le dijo: par –Sígueme.

28 - Entonces Leví se levantó, y dejándolo todo siguió a Jesús.

29 - Más tarde, Leví hizo en su casa una gran fiesta en honor de Jesús; y muchos de los que cobraban impuestos para Roma, junto con otras personas, estaban sentados con ellos a la mesa.

30 - Pero los fariseos y los maestros de la ley del mismo partido comenzaron a criticar a los discípulos de Jesús. Les dijeron: par –¿Por qué comen y beben ustedes con cobradores de impuestos y pecadores?{cf2super [4]}

31 - Jesús les contestó: par –Los que están buenos y sanos no necesitan médico, sino los enfermos.

32 - yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se vuelvan a Dios.

33 - Le dijeron a Jesús: par –Los seguidores de Juan y de los fariseos ayunan{cf2super [5]} mucho y hacen muchas oraciones, pero tus discípulos siempre comen y beben.

34 - Jesús les contestó: par –¿Acaso pueden ustedes hacer ayunar a los invitados a una boda, mientras el novio está con ellos?

35 - Pero llegará el momento en que se lleven al novio; cuando llegue ese día, entonces sí ayunarán.

36 - También les puso esta comparación: par –Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar un vestido viejo. Si lo hace así, echa a perder el vestido nuevo; además, el pedazo nuevo no quedará bien con el vestido viejo.

37 - Ni tampoco se echa vino nuevo en cueros viejos, porque el vino nuevo hace que se revienten los cueros, y tanto el vino como los cueros se pierden.

38 - Por eso hay que echar el vino nuevo en cueros nuevos.

39 - y nadie que toma el vino añejo quiere después el nuevo, porque dice: 'El añejo es más sabroso. '