Capitulos:
12345678910111213141516
1 - par { 6. Con Cristo hemos muerto al pecado (6)}par {i Unidos a Cristo en el bautismo}par ¿Qué, pues, diremos? ¿Vamos a seguir pecando para que Dios se muestre aún más bondadoso?
2 - ¡De ninguna manera! Nosotros ya hemos muerto respecto al pecado:{cf2super [a]} ¿cómo, pues, podremos seguir viviendo en pecado?{cf2super [b]}
3 - ¿No sabéis que, al quedar unidos a Cristo Jesús por el bautismo,{cf2super [c]} quedamos unidos a su muerte?{cf2super [d]}
4 - Pues por el bautismo fuimos sepultados con Cristo,{cf2super [e]} y morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por el glorioso poder del Padre.
5 - Si hemos sido unidos a Cristo en una muerte como la suya, también seremos unidos a él en su resurrección.
6 - Sabemos que aquello que antes éramos{cf2super [f]} fue crucificado con Cristo, para que el poder de nuestra naturaleza pecadora quedase destruido y ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado.{cf2super [g]}
7 - En efecto, cuando uno muere queda libre de pecado.{cf2super [h]}
8 - Si hemos muerto con Cristo, confiamos en que también viviremos con él.{cf2super [i]}
9 - Sabemos que Cristo, habiendo resucitado, no volverá a morir. La muerte ya no tiene poder sobre él.
10 - Pues Cristo, al morir, murió de una vez por siempre{cf2super [j]} respecto al pecado;{cf2super [k]} pero al vivir, vive para Dios.
11 - Así también, vosotros consideraos{cf2super [l]} muertos respecto al pecado, pero vivos para Dios en unión con Cristo Jesús.{cf2super [m]}
12 - Por lo tanto, no dejéis que el pecado siga dominando en vuestro cuerpo mortal y que os siga obligando a obedecer los deseos del cuerpo.
13 - No entreguéis vuestro cuerpo al pecado como instrumento para hacer el mal. Al contrario, entregaos a Dios{cf2super [n]} como personas que han muerto y han vuelto a vivir, y entregadle vuestro cuerpo como instrumento para hacer el bien.
14 - Así el pecado no tendrá poder sobre vosotros,{cf2super [ñ]} pues ya no estáis sometidos a la ley sino a la bondad de Dios.{cf2super [o]}par par {i El símil de la esclavitud{cf2super [p]}}
15 - ¿Qué, pues? ¿Vamos a pecar porque no estamos sometidos a la ley sino a la bondad de Dios? ¡De ninguna manera!
16 - Sabéis muy bien que si os entregáis como esclavos a un amo para obedecerle, os hacéis esclavos de ese amo a quien obedecéis. Y esto es así, lo mismo si obedecéis al pecado, lo cual lleva a la muerte, que si obedecéis a Dios, lo cual lleva a una vida de justicia.
17 - Pero, gracias a Dios, vosotros, que antes erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a la forma de enseñanza que habéis recibido.
18 - Una vez libres de la esclavitud del pecado habéis entrado al servicio de una vida de justicia
19 - (os estoy hablando en términos humanos para que podáis entender bien estas cosas). De modo que, así como antes entregasteis vuestro cuerpo al servicio de la impureza y la maldad para hacer el mal, entregad también ahora vuestro cuerpo al servicio de una vida de justicia, para vuestra santificación.
20 - Cuando todavía erais esclavos del pecado no estabais al servicio de una vida de justicia.
21 - ¿Pero qué provecho sacasteis de aquellas cosas que ahora os avergüenzan, y que no llevan sino a la muerte?
22 - Ahora, en cambio, libres de la esclavitud del pecado habéis entrado al servicio de Dios. Y el provechoso resultado de esto es vuestra santificación, y finalmente la vida eterna.{cf2super [q]}
23 - El pago que da el pecado es la muerte, pero el don de Dios es vida eterna en unión con Cristo Jesús, nuestro Señor.{cf2super [r]}