Deuteronomio 2:6 - Dios Habla Hoy en Castellano Peninsular (2002)

Libro de Deuteronomio
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1 - par {i Los años en el desierto{cf2super [a]}}par {f0 u8220?}Después nos fuimos al desierto por el camino del mar Rojo, tal como el Señor me lo había ordenado, y pasamos mucho tiempo caminando alrededor de las montañas de Seír.{cf2super [b]}

2 - Entonces el Señor me dijo:

3 - {f0 u8216?}Ya lleváis demasiado tiempo rodeando estas montañas; id ahora hacia el norte.

4 - Dale esta orden al pueblo: Vosotros vais a pasar por el territorio de los descendientes de Esaú, que viven en Seír y son parientes vuestros.{cf2super [c]} Ellos os tienen miedo; sin embargo, tened mucho cuidado

5 - y no los ataquéis, pues yo no os daré ni una sola parte{cf2super [d]} de ese país, porque las montañas de Seír son propiedad de los descendientes de Esaú. Yo se las di a ellos.

6 - Vosotros les pediréis que os vendan los alimentos que necesitéis, y pagaréis por ellos, y aun por el agua que bebáis.{f0 u8217?}

7 - El Señor y Dios vuestro os ha bendecido en todo lo que habéis hecho; durante estos cuarenta años ha estado con vosotros y os ha cuidado en vuestra marcha por este inmenso desierto, sin que nada os haya faltado.{cf2super [e]}

8 - {f0 u8220?}Después nos alejamos camino del Arabá,{cf2super [f]} de Elat y Esión-guéber,{cf2super [g]} y pasamos por las tierras de nuestros parientes, los descendientes de Esaú que viven en Seír, y allí hicimos un rodeo para tomar el camino del desierto de Moab.

9 - Entonces el Señor me dijo: {f0 u8216?}No molestes ni ataques a los moabitas, pues son descendientes de Lot,{cf2super [h]} y no te daré ni la más pequeña parte de su país. Yo les he dado en propiedad la región de Ar.{f0 u8217?}{cf2super [i]}

10 - (Este país fue habitado en tiempos antiguos por los emitas, que eran gente grande y numerosa, y alta como los descendientes del gigante Anac.

11 - En realidad, la gente creía que eran refaítas, aunque los moabitas los llamaban emitas.{cf2super [j]}

12 - Esta región de Seír fue habitada antes por los horeos, pero los descendientes de Esaú exterminaron a sus habitantes y ocuparon el país, quedándose a vivir allí tal como lo ha hecho Israel con el país que el Señor le ha dado.)

13 - {f0 u8216?}Y ahora, dijo el Señor, poneos en marcha y cruzad el arroyo Zéred.{f0 u8217?}{cf2super [k]} Y entonces cruzamos el arroyo.

14 - {f0 u8220?}Desde que salimos de Cadés-barnea hasta el día en que cruzamos el arroyo Zéred, pasaron treinta y ocho años. Para entonces ya había muerto toda la generación de hombres de guerra que había en el campamento, tal como el Señor se lo había jurado.{cf2super [l]}

15 - El poder del Señor cayó sobre ellos, hasta que todos murieron.

16 - {f0 u8220?}Cuando ya no quedaba vivo ninguno de aquellos hombres de guerra,

17 - el Señor me habló y me dijo:

18 - {f0 u8216?}Hoy mismo pasarás la frontera de Moab y te dirigirás a Ar,

19 - pero cuando te encuentres con los amonitas, que son también descendientes de Lot,{cf2super [m]} no los molestes ni los ataques, pues no voy a darte ninguna parte de su territorio, ya que se lo he dado a ellos en propiedad.{f0 u8217?}

20 - (También este país era tenido por tierra de refaítas, porque antiguamente habían vivido allí los refaítas, a quienes los amonitas llamaban zamzumitas;

21 - se trataba de un pueblo grande y numeroso, y de gente alta como los descendientes del gigante Anac, pero el Señor los destruyó por mano de los amonitas, los cuales se quedaron a vivir para siempre en el país.

22 - Este caso es semejante al de los descendientes de Esaú, que habitaban en Seír y que exterminaron a los horeos para quedarse a vivir allí.{cf2super [n]}

23 - Lo mismo les pasó a los heveos, que vivían en aldeas cerca de Gaza y que fueron exterminados por los filisteos, los cuales vinieron de Creta y se quedaron a vivir allí.)

24 - {f0 u8216?}¡Vamos, dijo el Señor, poneos en marcha y cruzad el río Arnón!{cf2super [ñ]} Yo haré caer en vuestras manos al amorreo Sihón, que es rey de Hesbón, y a su país. ¡Entrad en su territorio y declaradle la guerra!

25 - A partir de hoy haré que ante vosotros todos los pueblos de la tierra se llenen de espanto. Cuando oigan hablar de vosotros, se echarán a temblar y la angustia se adueñará de ellos.{f0 u8217?}par par {i Victoria sobre Sihón, rey amorreo}

26 - {f0 u8220?}Desde el desierto de Cademot envié unos mensajeros a Sihón, rey de Hesbón,{cf2super [o]} para proponerle de manera amistosa lo siguiente:

27 - {f0 u8216?}Pienso pasar por tu territorio, siguiendo siempre el camino principal{cf2super [p]} y sin tocar ningún otro punto de tu país.

28 - Te pagaremos con dinero los alimentos que necesitemos y el agua que bebamos. Solamente te pido que nos dejes pasar,

29 - como nos lo han permitido los descendientes de Esaú que viven en Seír, y los moabitas que viven en Ar, hasta que crucemos el río Jordán y lleguemos al país que el Señor nuestro Dios nos va a dar.{f0 u8217?

30 - {f0 u8220?}Pero el rey Sihón no quiso dejarnos pasar por su tierra, porque el Señor vuestro Dios hizo que se negara rotundamente a ello,{cf2super [q]} con el fin de ponerlo en vuestras manos, como todavía lo está hoy.

31 - {f0 u8220?}Entonces el Señor me dijo: {f0 u8216?}A partir de este momento te entrego a Sihón y a todo su país; entra ya en su territorio y apodérate de él.{f0 u8217?

32 - {f0 u8220?}Sihón nos salió al encuentro con todo su ejército, para presentarnos batalla en Jahas;

33 - pero el Señor nuestro Dios le hizo caer en nuestras manos, y lo derrotamos a él, con sus hijos y todo su ejército.

34 - Todas sus ciudades cayeron en nuestro poder y las destinamos a la destrucción. Matamos hombres, mujeres y niños; no dejamos a nadie con vida.{cf2super [r]}

35 - Lo único que tomamos para nosotros fue el ganado y las cosas de valor que hallamos en las ciudades conquistadas.

36 - Desde la ciudad de Aroer, que está junto al río Arnón, y la ciudad que está en el valle,{cf2super [s]} hasta Galaad, no hubo ciudad que resistiera nuestro ataque; el Señor nuestro Dios hizo que todas cayeran en nuestro poder.

37 - Los únicos territorios que no atacamos fueron: el de los amonitas, toda la región del río Jaboc,{cf2super [t]} las ciudades de la montaña y todos los demás lugares que el Señor nuestro Dios nos había prohibido atacar.