Mateo 8:1 - La Biblia Textual

Libro de Mateo
Capitulos:

12345678910111213141516171819202122232425262728

1 - Cuando descendió del monte, lo siguieron grandes multitudes.

2 - Y he aquí un leproso, se acercó, y se postraba ante Él diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.

3 - Y extendiendo la mano lo tocó diciendo: Quiero, sé limpio. Y al instante fue limpiada su lepra.

4 - Entonces Jesús le dice: Mira, no lo digas a nadie, solamente vé y muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos.

5 - Cuando Él entró en Cafarnaúm, se le acercó un centurión, rogándole y diciendo:

6 - Señor, mi siervo yace en la casa paralítico, gravemente atormentado.

7 - Le dice: Yo iré y lo sanaré.

8 - Pero el centurión, respondiendo, dijo: Señor, no soy digno que entres bajo mi techo, pero sólo dilo de palabra, y mi siervo será sanado,

9 - porque aun yo, siendo hombre bajo autoridad, tengo soldados sujetos a mí, y digo a éste: Vé, y va; y a otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.

10 - Al oírlo, Jesús se maravilló y dijo a los que lo seguían: De cierto os digo, en nadie en Israel he hallado tanta fe.

11 - Y os digo que muchos vendrán del oriente y del occidente y se reclinarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos,

12 - pero los hijos del reino serán echados a las tinieblas del más allá. Allí será el llanto y el crujido de los dientes.

13 - Entonces dijo Jesús al centurión: Vé, que se te haga como has creído. Y el siervo quedó sano en aquella hora.

14 - Y llegando Jesús a la casa de Pedro, vio a la suegra de éste postrada en cama y con fiebre,

15 - y tocando su mano, la fiebre la dejó; y fue levantada, y le servía.

16 - Al atardecer le trajeron muchos endemoniados, y con su palabra echó los demonios y sanó a todos los enfermos,

17 - para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías, que dice: Él tomó nuestras debilidades y llevó las enfermedades.

18 - Viendo Jesús una muchedumbre a su alrededor, mandó pasar a la orilla opuesta.

19 - Y cierto escriba se acercó y le dijo: Maestro, te seguiré a dondequiera que vayas.

20 - Jesús le dice: Las zorras tienen guaridas y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.

21 - Y otro de los discípulos le dijo: Señor, permíteme primero ir y enterrar a mi padre.

22 - Jesús le dice: Sígueme, deja que los muertos entierren a sus muertos.

23 - Y entrando en la barca, sus discípulos lo siguieron.

24 - Y de pronto se levantó en el mar una gran tormenta, tanto que la barca era cubierta por las olas; pero Él dormía.

25 - Y acercándose, lo despertaron, diciendo: ¡Señor, salva, que perecemos!

26 - Les dice: ¡Hombres de poca fe!, ¿por qué estáis temerosos? Y se levantó y reprendió a los vientos y al mar, y sobrevino una gran bonanza.

27 - Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Quién es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?

28 - Al llegar a la otra orilla, a la región de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, furiosos en extremo; tanto que nadie podía pasar por aquel camino.

29 - Y de súbito gritaron, diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Hijo de Dios? ¿Viniste acá antes de tiempo para atormentarnos?

30 - Y, lejos de ellos, estaba paciendo una piara de muchos cerdos;

31 - y los demonios le rogaban, diciendo: Si nos echas, envíanos a la piara de cerdos.

32 - Y les dijo: Id. Y ellos salieron y se fueron a los cerdos, y he aquí toda la piara se precipitó por el despeñadero al mar, y perecieron en las aguas.

33 - Y los que los apacentaban huyeron, y al llegar a la ciudad contaron todas las cosas acerca de los endemoniados.

34 - Y todo el pueblo salió entonces al encuentro de Jesús, y al verlo, le rogaron que se alejara de sus contornos.