Mateo 27:19 - La Biblia Textual

Libro de Mateo
Capitulos:

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1 - Y llegada la madrugada, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo tomaron consejo contra Jesús para matarlo.

2 - Y habiéndolo atado, lo llevaron y lo entregaron a Pilato, el procurador.

3 - Entonces Judas, el que lo había entregado, viendo que había sido condenado, sintió remordimiento y devolvió las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y ancianos,

4 - diciendo: Pequé entregando sangre inocente. Pero ellos dijeron: ¿Y a nosotros qué? ¡Allá tú!

5 - Y arrojando las piezas de plata en el Santuario, se retiró y se marchó de allí, y se ahorcó.

6 - Y los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro, por cuanto es precio de sangre.

7 - Y una vez tomado consejo, compraron con ellas el campo del alfarero como cementerio para los forasteros.

8 - Por lo cual, aquel campo fue llamado Campo de Sangre hasta hoy.

9 - Entonces se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dice: Y tomaron las treinta piezas de plata, Precio de Aquél cuyo valor fue estipulado, A Quien tasaron de parte de los hijos de Israel,

10 - Y las dieron para el campo del alfarero, Como me ordenó el Señor.

11 - Jesús fue llevado delante del procurador, y el procurador le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el rey de los judíos? Jesús dijo: Tú lo dices.

12 - Y al ser acusado por los principales sacerdotes y los ancianos, nada respondió.

13 - Pilato entonces le dice: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti?

14 - Pero no le respondió ni una palabra, hasta el punto de que el procurador se asombró en gran manera.

15 - Ahora bien, en cada fiesta, el procurador acostumbraba soltar un preso a la multitud; el que querían.

16 - Y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás.

17 - Estando ellos pues reunidos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás o a Jesús, el que llaman Mesías?

18 - (Porque sabía que por envidia lo habían entregado.)

19 - Y estando sentado él en el tribunal, le mandó a decir su mujer: No tengas nada que ver con ese justo, porque hoy sufrí mucho en sueños a causa de él.

20 - Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a las multitudes para que pidieran a Barrabás y mataran a Jesús.

21 - Y respondiendo el procurador, les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Ellos dijeron: ¡A Barrabás!

22 - Pilato les dice: ¿Qué pues haré a Jesús, el llamado Mesías? Dicen todos: ¡Sea crucificado!

23 - Él dijo: Pues, ¿qué mal hizo? Pero ellos gritaban más fuertemente, diciendo: ¡Sea crucificado!

24 - Viendo Pilato que nada se lograba, sino que más bien se estaba formando un alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del gentío, diciendo: ¡Inocente soy de la sangre de éste! ¡Allá vosotros!

25 - Y todo el pueblo respondió y dijo: ¡Su sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros descendientes!

26 - Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, lo entregó para que fuera crucificado.

27 - Los soldados del procurador, llevando entonces a Jesús dentro del pretorio, reunieron a toda la compañía alrededor de Él,

28 - y lo desnudaron y lo cubrieron con un manto de púrpura.

29 - Y trenzaron una corona de espinas y la colocaron sobre su cabeza, y pusieron una caña en su diestra; y arrodillándose ante Él, se burlaron, diciendo: ¡Salve, rey de los judíos!

30 - Y escupiendo en Él, tomaron la caña y lo golpeaban en la cabeza.

31 - Después de burlarse de Él, le quitaron el manto, le pusieron su ropa, y lo llevaron para crucificarlo.

32 - Y al salir, hallaron a un hombre cireneo llamado Simón. A éste obligaron para que llevara su cruz.

33 - Y llegando a un lugar llamado Gólgota (esto es: lugar de la calavera),

34 - le dieron a beber vino mezclado con hiel, pero después de probarlo, no lo quiso beber.

35 - Y lo crucificaron, y se repartieron sus ropas echando suertes,

36 - y allí sentados, lo vigilaban.

37 - Por encima de su cabeza pusieron escrita la acusación contra Él: Éste es Jesús, el Rey de los judíos.

38 - Y con Él fueron crucificados dos ladrones: uno a la derecha y otro a la izquierda.

39 - Y los que pasaban lo insultaban meneando la cabeza

40 - y diciendo: ¡El que derriba el Santuario y en tres días lo edifica! ¡Si eres Hijo de Dios, sálvate a ti mismo y baja de la cruz!

41 - De igual manera, los principales sacerdotes, burlándose junto con los escribas y los ancianos, decían:

42 - A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar. ¡Rey de Israel es! ¡Baje ahora de la cruz, y creeremos en él!

43 - Ha confiado en Dios, líbrelo ahora si lo quiere, porque dijo: Soy Hijo de Dios.

44 - Y del mismo modo lo insultaban también los ladrones que habían sido crucificados con Él.

45 - Desde la hora sexta hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena,

46 - y alrededor de la hora novena, Jesús exclamó con gran voz, diciendo: ¡Elí, Elí!¿Lemá sabájth-aní? (Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me desamparaste?)

47 - Y algunos de los que estaban allí, al oírlo, decían: A Elías llama éste.

48 - Al instante, uno de ellos corrió y tomó una esponja, y empapándola en vinagre, la puso en una caña y le dio de beber.

49 - Pero los demás decían: Deja, veamos si Elías viene a salvarlo.

50 - Entonces Jesús, clamando otra vez a gran voz, entregó el espíritu.

51 - Y he aquí el velo del Santuario fue rasgado en dos, de arriba abajo, y la tierra fue sacudida, y las rocas fueron partidas,

52 - y los sepulcros fueron abiertos, y muchos cuerpos de los santos que habían dormido fueron resucitados,

53 - y saliendo de los sepulcros después de la resurrección de Él, entraron en la santa ciudad y se aparecieron a muchos.

54 - Y el centurión y los que estaban con él custodiando a Jesús, viendo el terremoto y lo que estaba sucediendo, se atemorizaron en gran manera, diciendo: ¡Verdaderamente éste era Hijo de Dios!

55 - Mirando desde lejos, estaban allí muchas mujeres, las cuales habían seguido a Jesús sirviéndole desde Galilea,

56 - entre las que estaba Miriam de Magdala, Miriam, la madre de Jacobo y José, y la madre de los hijos de Zebedeo.

57 - Llegado el atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, de nombre José, el cual también se había hecho discípulo de Jesús.

58 - Éste se acercó a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que le fuera dado.

59 - Y José, tomando el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia

60 - y lo puso en su sepulcro nuevo que había excavado en la roca; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se retiró.

61 - Y Miriam de Magdala y la otra Miriam, estaban allí sentadas frente al sepulcro.

62 - Y al día siguiente, que es después de la Preparación, los principales sacerdotes y los fariseos se reunieron ante Pilato,

63 - diciendo: Señor, recordamos que aquel impostor, estando aún vivo, dijo: Después de tres días, soy resucitado.

64 - Manda pues que sea asegurado el sepulcro hasta el tercer día, no sea que lleguen sus discípulos y lo hurten, y digan al pueblo: Fue resucitado de los muertos. Y sea el postrer error peor que el primero.

65 - Pilato les dijo: Tenéis una guardia. Id, aseguradlo como sabéis.

66 - Y ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra en compañía de la guardia.