Capitulos:
123456789101112131415161718192021222324
1 - Entretanto, se habían aglomerado miles y miles de la multitud, hasta el punto que se pisoteaban unos a otros. Entonces comenzó a decir primero a sus discípulos: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
2 - Nada hay encubierto que no será descubierto, ni oculto, que no será conocido.
3 - Por tanto, cuanto dijisteis en la oscuridad será oído en la luz, y lo que hablasteis al oído en las recámaras, será pregonado en las azoteas.
4 - Y os digo amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después de esto no pueden más hacer.
5 - Yo os advertiré a quién debéis temer: Temed a Aquél que, después de matar, tiene poder para echar en el infierno. Sí, os digo: a Éste temed.
6 - ¿No se venden cinco gorriones por dos cuartos? Y ni uno de ellos está olvidado delante de Dios.
7 - Aun los cabellos de vuestra cabeza han sido todos contados. No temáis, valéis más que muchos gorriones.
8 - Y os digo: Todo aquel que se declare por mí delante de los hombres, también el Hijo del Hombre se declarará por él delante de los ángeles de Dios;
9 - pero el que me negó delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.
10 - Y todo aquel que diga una palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado, pero al que blasfemó contra el Espíritu Santo, no le será perdonado.
11 - Y cuando os conduzcan a las sinagogas, y a los magistrados y a las autoridades, no os preocupéis de cómo o qué responderéis, o qué diréis;
12 - porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debéis decir.
13 - Le dijo uno de la multitud: Maestro, dí a mi hermano que parta conmigo la herencia.
14 - Él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto como juez o partidor entre vosotros?
15 - Y les dijo: Mirad y guardaos de toda avaricia, porque aunque alguno tenga más que suficiente, su vida no depende de los bienes que posee.
16 - Y les refirió una parábola, diciendo: La tierra de cierto hombre rico produjo buenas cosechas;
17 - y él razonaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré? Porque no tengo donde más guardar mis frutos.
18 - Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros y los edificaré más grandes, y allí almacenaré todos mis granos y mis bienes,
19 - y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes almacenados para muchos años: reposa, come, bebe, diviértete.
20 - Pero le dijo Dios: ¡Insensato! esta noche tu alma te será demandada, y lo que has prevenido, ¿para quién será?
21 - Así es el que atesora para sí y no es rico para con Dios.
22 - Y dijo a los discípulos: Por esto os digo: No os preocupéis por la vida, qué comeréis, ni por el cuerpo, qué vestiréis;
23 - porque la vida es más que la comida, y el cuerpo más que el vestido.
24 - Considerad los cuervos, que ni siembran ni siegan, los cuales no tienen despensa ni granero, y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valéis vosotros que las aves!
25 - ¿Y quién de vosotros puede, afanándose, añadir un codo a su estatura?
26 - Pues si no podéis lo mínimo, ¿por qué os preocupáis por lo demás?
27 - Considerad los lirios, cómo crecen. No trabajan ni hilan. Y os digo: Ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos.
28 - Si Dios, entonces, viste así la hierba que hoy está en el campo y mañana es echada al horno, ¡cuánto más a vosotros, oh faltos de fe!
29 - Vosotros pues no busquéis qué comer o qué beber, ni os afanéis;
30 - porque la gente del mundo busca todas estas cosas, pero vuestro Padre sabe que necesitáis estas cosas.
31 - Antes bien, buscad su reino, y estas cosas os serán añadidas.
32 - No temáis manada pequeña, porque vuestro Padre se complació en daros el reino.
33 - Vended vuestras posesiones y dad limosna, haceos bolsas que no envejecen, tesoro inagotable en los cielos, donde el ladrón no se acerca ni la polilla destruye,
34 - porque donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón.
35 - Estén ceñidos vuestros lomos y encendidas vuestras lámparas,
36 - y sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran al instante.
37 - Bienaventurados aquellos siervos a quienes, cuando venga su señor, los halle velando. De cierto os digo que se ceñirá y los reclinará a la mesa, y pasando, les servirá.
38 - Y aunque venga en la segunda, y aunque venga en la tercera vigilia, y los halle así, bienaventurados son aquéllos.
39 - Pero sabed esto: que si el amo de la casa supiera a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría forzar su casa.
40 - También vosotros estad preparados, porque el Hijo del Hombre viene a una hora que no pensáis.
41 - Entonces Pedro dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos?
42 - El Señor respondió: ¿Quién pues es el mayordomo fiel y prudente, al cual el señor pondrá sobre su casa para que dé ración a tiempo?
43 - Bienaventurado aquel siervo, al cual, cuando su señor venga, lo halle haciendo así.
44 - En verdad os digo que lo pondrá sobre todos sus bienes.
45 - Pero si aquel siervo dijera en su corazón: Mi señor tarda en venir, y comenzara a golpear a los criados y a las criadas, y no sólo a comer y a beber, sino también a embriagarse,
46 - vendrá el señor de aquel siervo en un día que no espera y a una hora que no sabe, y lo castigará severamente, y pondrá su parte con los infieles.
47 - Aquel siervo pues, que conoció la voluntad de su señor y no se preparó ni hizo conforme a su voluntad, será azotado mucho.
48 - Pero el que no la conoció, e hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco, porque a todo aquel a quien fue dado mucho, mucho le será demandado, y al que encomendaron mucho, más le pedirán.
49 - Vine a echar fuego en la tierra: ¿y qué más quiero, si ya fue encendido?
50 - Pero aun tengo un bautismo para ser bautizado, ¡y cómo me angustio hasta que sea cumplido!
51 - ¿Pensáis que vine a traer paz en la tierra? No, os digo, sino división.
52 - Porque de ahora en adelante, cinco en una casa estarán divididos: tres contra dos y dos contra tres.
53 - Estará dividido el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra.
54 - Decía también a las multitudes: Cuando veis una nube que sale del poniente, al momento decís: Agua viene; y sucede así.
55 - Y cuando sopla un viento del sur, decís: Habrá calor; y sucede.
56 - ¡Hipócritas! Sabéis distinguir el aspecto de la tierra y del cielo, ¿y no distinguís este tiempo?
57 - ¿Por qué no juzgáis vosotros mismos lo que es justo?
58 - Cuando vayas pues con tu adversario ante un magistrado, esfuérzate por arreglar el asunto con él en el camino, no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel.
59 - Te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo.