Job 30:28 - La Biblia Textual

Libro de Job
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1 - Pero ahora, se burlan de mí los que son más jóvenes que yo, A cuyos padres había yo rehusado aun dejar los perros de mi rebaño,

2 - Pues ¿para qué me servía la fuerza de sus manos, si su vigor había desaparecido?

3 - Por el hambre y la miseria andaban solitarios, Royendo la tierra seca en la desolación del desierto,

4 - Arrancando bledo entre matorrales, Y alimentándose de raíces de retama.

5 - Expulsados de en medio de los hombres, A gritos, como ladrones,

6 - Habitando en barrancos espantosos, En cuevas de la tierra y de las peñas,

7 - Aullando entre los matorrales, Y apiñándose bajo las ortigas.

8 - Hijos de necios, Hijos de gentuza infame, Echados a golpes fuera del terruño.

9 - ¡Y ahora he venido a ser su cantinela, Y les sirvo de refrán!

10 - Me abominan, se alejan de mí, Y de mi rostro no refrenan su saliva.

11 - Por cuanto Él aflojó la cuerda de mi arco, y me ha afligido, Ellos se han quitado el freno frente a mí.

12 - A mi diestra se levanta la chusma, Enredan mis pies, Me preparan caminos de destrucción,

13 - Atajan mi senda, Adelantan mi caída, Y no hay quien los detenga.

14 - Irrumpen como por brecha ancha, Y por sobre los escombros se abalanzan contra mí.

15 - Los terrores me asaltan de repente, Mi honor es perseguido como por el viento, Y mi prosperidad desapareció como una nube.

16 - Ahora mi alma se me derrama, Porque los días de aflicción se han apoderado de mí.

17 - La noche me taladra los huesos, Y los dolores que me roen no descansan.

18 - Una fuerza poderosa ha desfigurado mi vestido, Y me aprieta como el cuello de mi sayal.

19 - Me ha derribado en el fango, Y he quedado como el polvo y las cenizas.

20 - Te digo mis lamentos, Y no me respondes, Me pongo de pie, Y te quedas observándome.

21 - Te has vuelto cruel para conmigo, Me atacas con la fuerza de tu mano,

22 - Me alzas al viento, Me obligas a cabalgar en él, Y disuelves mi sustancia.

23 - Yo sé que me conduces a la muerte, A la casa destinada para todos los vivientes.

24 - ¿No alarga uno la mano al hundirse, O no grita por socorro ante el desastre?

25 - ¿Acaso no lloré por el de vida dura, O no se contristó mi alma por el menesteroso?

26 - Pero cuando esperaba el bien, vino el mal, Esperaba luz, y vino oscuridad.

27 - Mis entrañas hierven y no tienen sosiego, Han venido a mi encuentro días de aflicción.

28 - Ando ennegrecido, y no por el sol, Me levanto en la asamblea, y clamo por ayuda.

29 - He llegado a ser hermano de chacales Y compañero de avestruces.

30 - Mi piel se ha ennegrecido y se me cae, Y mis huesos arden de calor.

31 - Por eso mi arpa tañe con dolor, Y mi flauta es voz de los que lloran.