Esdras 9:5 - La Biblia Textual

Libro de Esdras
Capitulos:

12345678910

1 - Al completarse estas cosas, se aproximaron a mí los príncipes, diciendo: El pueblo de Israel y los sacerdotes y los levitas no se han separado de los pueblos de la tierra, y han hecho conforme a sus abominaciones, esto es, de los cananeos, los hititas, los ferezeos, los jebuseos, los amonitas, los moabitas, los egipcios y los amorreos.

2 - Porque han tomado de sus hijas para sí y para sus hijos, y han emparentado la descendencia santa con los pueblos de las tierras, y la mano de los príncipes y de los altos dignatarios ha sido la primera en esta infidelidad.

3 - Cuando oí hablar de este suceso, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué de los cabellos de mi cabeza y de mi barba, y me senté consternado.

4 - Entonces se acercaron a mí todos los que temblaban ante las palabras del Dios de Israel, a causa de la infidelidad de los del cautiverio, pero yo seguía sentado, consternado, hasta el sacrificio de la tarde.

5 - Y al sacrificio de la tarde me levanté de mi aflicción, y rasgado mi vestido y mi manto, hinqué mis rodillas y extendí mis palmas hacia YHVH mi Dios,

6 - y le dije: ¡Oh Dios mío, estoy confuso y avergonzado para elevar mi rostro ante Ti, Dios mío, porque nuestras iniquidades se han multiplicado por encima de nuestra cabeza y nuestros delitos han crecido hasta los cielos!

7 - Desde los días de nuestros padres hemos pecado en gran manera hasta este día, y por nuestras iniquidades nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes, hemos sido entregados en mano de los reyes de las tierras, a la espada, al cautiverio, al saqueo y a la confusión de rostro, como en este día.

8 - Y ahora, por un breve momento, es misericordia de YHVH nuestro Dios dejarnos un remanente y darnos un puntal en su lugar santo, al iluminar nuestro Dios nuestros ojos y concedernos un pequeño avivamiento en medio de nuestra esclavitud.

9 - Por cuanto esclavos somos, pero en nuestra esclavitud no nos desamparó nuestro Dios, sino que extendió sobre nosotros misericordia delante de los reyes de Persia, para que se nos concediera la preservación de la vida, a fin de erigir la Casa de nuestro Dios y restaurar sus ruinas, y darnos amparo en Judá y en Jerusalem.

10 - Pero ahora, oh Dios nuestro, ¿qué diremos después de esto? Porque nosotros hemos abandonado tus mandamientos,

11 - los cuales prescribiste por medio de tus siervos los profetas, diciendo: La tierra que vais a poseer es una tierra inmunda a causa de la abominación de los pueblos de las tierras, por sus prácticas abominables con que la han llenado de un extremo a otro con sus inmundicias,

12 - por lo que no habréis de dar vuestras hijas a los hijos de ellos, ni sus hijas tomaréis para vuestros hijos, ni procuraréis su paz ni su bien para siempre, a fin de que seáis fortalecidos, y comáis lo bueno de la tierra, y la dejéis en posesión a vuestros hijos para siempre.

13 - Pero después de todo lo que nos ha sobrevenido por nuestras malas obras y por nuestra gran culpa, viendo que Tú, Dios nuestro, nos has preservado, incluso bajo nuestra iniquidad, y nos diste un remanente como éste,

14 - ¿volveremos a violar tus mandamientos emparentando con pueblos que cometen tales abominaciones? ¿No te indignarías contra nosotros hasta consumirnos, sin que quedara remanente ni escapatoria?

15 - ¡Oh YHVH, Dios de Israel! Tú eres justo, porque nos ha quedado un remanente hasta este día. He aquí estamos ante Ti con nuestra culpa, porque nadie puede estar en pie delante de Ti a causa de esto.