Salmos 74:19 - Biblia en Lenguaje Sencillo

Libro de Salmos
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1 - Dios y pastor nuestro, ¿por qué nos rechazas? ¿Vas a estar siempre enojado con este pueblo que es tu rebaño?

2 - ¡No te olvides de nosotros! Hace mucho tiempo nos compraste; somos el pueblo que rescataste para que fuéramos tuyos. ¡No te olvides de Jerusalén, la montaña donde habitas!

3 - Ven a ver tu templo: para siempre ha quedado en ruinas; ¡todo lo destruyó el enemigo!

4 - En el centro de tu ciudad, tus enemigos rugieron como leones y agitaron victoriosos sus banderas.

5 - Como si fueran leñadores, hacha en mano lo derribaron todo;

6 - con hachas y martillos destrozaron las paredes talladas en madera.

7 - No respetaron tu templo sino que le prendieron fuego.

8 - Lo redujeron a cenizas, como a todas las sinagogas del país.

9 - Ya no vemos ondear nuestras banderas; ya no hay profetas entre nosotros, ni hay tampoco quien sepa cuánto más debemos aguantar.

10 - Dios nuestro, ¿hasta cuándo el enemigo va a seguir ofendiéndote y burlándose de ti?

11 - ¡Demuéstrales tu poder! ¡No te quedes allí cruzado de brazos!

12 - Desde tiempos antiguos tú has sido nuestro Dios y rey; en repetidas ocasiones nos has dado la victoria.

13 - Tú, con tu poder, dividiste el mar en dos; ¡a los monstruos del mar les partiste la cabeza!

14 - Tú aplastaste contra el suelo las cabezas del monstruo Leviatán, y con su cuerpo sin vida alimentaste a las fieras.

15 - Tú hiciste que brotaran ríos y manantiales, pero también secaste por completo ríos que parecían inagotables.

16 - Tuyos son el día y la noche, pues hiciste el sol y la luna;

17 - tú fijaste los límites de la tierra, y estableciste las estaciones del año.

18 - Dios nuestro, el enemigo se burla de ti; gente malvada te ofende. ¡No se lo perdones!

19 - Este pueblo tuyo es frágil como una mariposa; ¡no te olvides de nosotros, ni dejes que nos devoren nuestros feroces enemigos!

20 - Acuérdate de tu pacto, porque en todas partes hay violencia.

21 - No dejes que avergüencen al pobre y al humilde; haz que tus enemigos te alaben.

22 - ¡Vamos, Dios nuestro, defiéndete! Esos malvados no dejan de ofenderte; ¡no se lo perdones!

23 - ¡No les perdones a tus enemigos tanto griterío y alboroto!