Salmos 50:14 - Biblia en Lenguaje Sencillo

Libro de Salmos
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1 - Nuestro Dios, el Dios supremo, llama a los habitantes de la tierra desde donde sale el sol hasta donde se pone.

2 - Desde la ciudad de Jerusalén, desde la ciudad bella y perfecta, Dios deja ver su luz.

3 - ¡Ya viene nuestro Dios! Pero no viene en silencio: Delante de él viene un fuego que todo lo destruye; a su alrededor, ruge la tormenta.

4 - Para juzgar a su pueblo, Dios llama como testigos al cielo y a la tierra.

5 - Y declara: «Que se pongan a mi lado los que me son fieles, los que han hecho un pacto conmigo y me ofrecieron un sacrificio».

6 - Y el cielo da a conocer que Dios mismo será el juez, y que su juicio será justo.

7 - Dios mismo declara: «Israel, pueblo mío, escúchame, que quiero hablarte. ¡Yo soy tu único Dios, y seré tu acusador!

8 - Yo no considero malo que me ofrezcas animales para sacrificarlos en mi altar;

9 - pero no necesito que me ofrezcas los terneros de tu establo, ni los cabritos de tus corrales,

10 - pues yo soy el dueño de los animales del bosque y del ganado de los cerros.

11 - Yo conozco muy bien a todas las aves del cielo, y siempre tomo en cuenta a los animales más pequeños.

12 - »Si yo tuviera hambre, no te pediría de comer, pues soy el dueño del mundo y de todo cuanto hay en él.

13 - ¿Acaso crees que me alimento con la carne de los toros, y que bebo sangre de carnero?

14 - ¡Yo soy el Dios altísimo! ¡Mejor tráeme ofrendas de gratitud y cúmpleme tus promesas!

15 - ¡Llámame cuando tengas problemas! Yo vendré a salvarte, y tú me darás alabanza».

16 - Al malvado, Dios le dice: «Tú no tienes ningún derecho de andar repitiendo mis leyes, ni de hablar siquiera de mi pacto,

17 - pues no quieres que te corrija ni tomas en cuenta mis palabras.

18 - Si ves a un ladrón, corres a felicitarlo; con gente infiel en su matrimonio haces gran amistad.

19 - Para hablar mal no tiene freno tu boca; para decir mentiras se te desata la lengua.

20 - A tu propio hermano lo ofendes, y siempre hablas mal de él.

21 - A pesar de todo eso, he preferido callarme. Pero estás muy equivocado si crees que soy como tú. Ahora voy a reprenderte: voy a aclararte las cosas.

22 - »Tú te olvidas de mí; si no quieres que te despedace, sigue estos consejos; de lo contrario, no habrá quien te salve.

23 - Si de veras quieres honrarme, tráeme ofrendas de gratitud. Si corriges tu conducta, yo te salvaré».