Salmos 28:4 - Biblia en Lenguaje Sencillo

Libro de Salmos
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1 - Dios mío, yo te llamo, no cierres tus oídos, porque tú eres quien me protege. Si no me respondes, de seguro moriré.

2 - Atiende mis ruegos cuando te tienda los brazos para pedirte ayuda.

3 - No me castigues junto con los malhechores, porque hablan con los demás y les desean lo mejor, pero en su pensamiento quisieran matarlos.

4 - ¡Págales con la misma moneda! ¡Dales su merecido! Sus acciones han sido malas; ¡devuélveles mal por mal,

5 - pues no toman en cuenta todo lo que has hecho! Por eso, ¡destrúyelos por completo! ¡que no vuelvan a levantarse!

6 - ¡Bendito seas, Dios mío, por atender a mis ruegos! Tú eres mi fuerza; me proteges como un escudo. En ti confío de corazón, pues de ti recibo ayuda. El corazón se me llena de alegría, por eso te alabo en mis cantos.

8 - Tú, Dios mío, eres la fuerza de tu pueblo; danos la victoria, pues somos tu pueblo elegido. ¡Sálvanos y bendícenos! ¡Llévanos en tus brazos, pues tú eres nuestro pastor!