Salmos 10:5 - Biblia en Lenguaje Sencillo

Libro de Salmos
Capitulos:

123456789101112131415161718192021222324252627282930313233343536373839404142434445464748495051525354555657585960616263646566676869707172737475767778798081828384858687888990919293949596979899100101102103104105106107108109110111112113114115116117118119120121122123124125126127128129130131132133134135136137138139140141142143144145146147148149150

1 - Dios mío, ¿por qué te quedas tan lejos? ¿por qué te escondes de mí cuando más te necesito?

2 - Los malvados y orgullosos persiguen a los humildes, pero acabarán por caer en sus propias trampas.

3 - Alaban a los ambiciosos, pero a ti te menosprecian. No te buscan, porque para ellos no existes. Son groseros. Levantan la nariz y presumen de su codicia, pues sólo en eso piensan;

5 - ¡siempre les va bien en todo lo que hacen! Tus leyes, Dios mío, no las pueden entender. Se burlan de sus enemigos,

6 - y en su interior piensan que jamás fracasarán, que nunca tendrán problemas y que siempre serán felices.

7 - Sus palabras ofenden y lastiman; tras sus palabras esconden sus malas intenciones.

8 - Andan por las calles espiando a los inocentes, para caerles encima y matarlos a traición.

9 - Siempre se andan escondiendo, como el león en su cueva; siempre están dispuestos a saltar sobre la gente indefensa, y en cuanto la atrapan, la arrastran en su red.

10 - Y así, quedan humillados los que tienen la desgracia de caer bajo su dominio.

11 - Esos malvados piensan que a ti no te importa, y que hasta escondes la cara para no ver lo que pasa.

12 - ¡Vamos, Dios mío! ¡Llama a cuentas a los malvados! ¿Por qué han de burlarse de ti? ¡Pídeles cuentas de su maldad, y bórralos de este mundo! ¿Por qué han de creer que no les pedirás cuentas? Tú conoces su maldad, tomas en cuenta su violencia, y un día les darás su merecido. ¡Tú acabarás con su poder! ¡Dios mío, no te olvides de los humildes! Los huérfanos y desvalidos confían en ti; ¡tú eres quien los ayuda!

16 - Tú, Dios mío, reinas para siempre y escuchas la oración de los humildes. Tú defiendes a los huérfanos y a los que son maltratados; tú los animas y les prestas atención. Pero a los que no te reconocen los echarás de tu tierra, para que nadie en este mundo vuelva a sembrar el terror.