Salmos 109:10 - Biblia en Lenguaje Sencillo

Libro de Salmos
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1 - Dios mío, yo te alabo; ¡no te quedes callado!

2 - Hay un mentiroso y malvado que miente acerca de mí.

3 - Tanto odio me tiene que me ataca sin razón; ¡me tiene acorralado!

4 - Habla mal de mí, a pesar de que lo amo y hago oración por él.

5 - Me odia, me trata mal, a pesar de que lo amo y lo trato bien.

6 - Dios mío, ¡págale con la misma moneda! ¡Haz que lo acuse su propio abogado!

7 - ¡Haz que lo declare culpable el juez que le dicte sentencia! ¡Haz que lo condenen sus propias mentiras!

8 - ¡Quítale la vida antes de tiempo, y que otro haga su trabajo!

9 - ¡Que se queden huérfanos sus hijos! ¡Que deje viuda a su esposa!

10 - Convierte a sus hijos en vagos y limosneros; ¡haz que los echen de esas ruinas donde viven!

11 - ¡Que les quiten todo lo que tienen los que antes les prestaban dinero!

12 - ¡Que a esos huérfanos nadie los trate con cariño ni les tenga compasión!

13 - ¡Haz que sus descendientes pronto desaparezcan! ¡Haz que en el futuro nadie recuerde que existieron!

14 - Dios mío, no te olvides nunca de la maldad de su padre ni del pecado de su madre,

15 - y que nadie recuerde que existieron. No pierdas de vista a mi enemigo,

16 - pues jamás se le ocurrió ser bondadoso con nadie; persiguió a los pobres, a los humildes y necesitados, hasta quitarles la vida.

17 - Ya que le encantaba maldecir, ¡que le caiga una maldición! Ya que no le gustaba bendecir, ¡que nadie lo bendiga! ¡Castígalo donde más le duela!

19 - ¡Que esa maldición lo cubra como un manto! ¡Que lo apriete hasta ahogarlo!

20 - Dios mío, ¡trata así al que me acuse, y al que mienta contra mí!

21 - Pero a mí, trátame bien; tú eres un Dios bondadoso, ¡sálvame, por tu gran bondad!

22 - Yo soy pobre y humilde, y es muy grande mi dolor.

23 - Poco a poco me voy debilitando como las sombras de la noche; ¡hasta parezco una mariposa sacudida por el viento!

24 - Ya casi no como; tan flaco estoy que me tiemblan las rodillas.

25 - Cuando la gente me ve, se ríe y se burla de mí.

26 - Dios mío, ¡ayúdame! Por tu gran amor, ¡sálvame!

27 - Que sepan que esto me sucede porque tú así lo has querido.

28 - Pero si tú me bendices, no me importa que me maldigan. Mis enemigos están listos para atacarme, pero tú los pondrás en vergüenza y a mí me llenarás de alegría.

29 - Dios mío, cubre a mis acusadores de vergüenza y deshonra. Yo te daré gracias con el gran pueblo que te alaba,

31 - porque tú defiendes a los pobres y los salvas de los malvados que los condenan a muerte.