Salmos 106:16 - Biblia en Lenguaje Sencillo

Libro de Salmos
Capitulos:

123456789101112131415161718192021222324252627282930313233343536373839404142434445464748495051525354555657585960616263646566676869707172737475767778798081828384858687888990919293949596979899100101102103104105106107108109110111112113114115116117118119120121122123124125126127128129130131132133134135136137138139140141142143144145146147148149150

1 - ¡Alabemos a nuestro Dios! ¡Démosle gracias porque él es bueno! ¡Dios nunca deja de amarnos!

2 - ¡Nadie es capaz de describir los milagros que Dios ha hecho! ¡Nadie puede alabarlo como él se lo merece!

3 - ¡Dios bendice a los que son justos y aman la justicia!

4 - Dios, acuérdate de mí cuando muestres tu bondad a tu pueblo; tómame en cuenta cuando vengas a salvarnos.

5 - Permíteme cantarte alabanzas en compañía de tu pueblo elegido; ¡permíteme disfrutar de su bienestar y alegría!

6 - Nosotros hemos pecado, hemos hecho lo malo; hemos sido muy malvados, como nuestros padres y abuelos.

7 - Cuando ellos estaban en Egipto, no tomaron en cuenta tus grandes hechos; no tuvieron presente tu gran amor, y a la orilla del Mar de los Juncos se rebelaron contra ti.

8 - Pero tú los salvaste para que vieran tu gran poder y te alabaran.

9 - El Mar de los Juncos quedó seco cuando oyó tu reprensión; tú hiciste que nuestros abuelos cruzaran el fondo del mar como si cruzaran el desierto.

10 - Sus enemigos los odiaban, pero murieron ahogados en el mar. Tú los libraste de ellos; ¡ningún egipcio quedó con vida!

12 - Entonces nuestros padres creyeron en tus promesas y te cantaron alabanzas;

13 - pero al poco tiempo se olvidaron de tus hechos y no esperaron a conocer los planes que tenías.

14 - Eran tantas sus ganas de comer que allí, en pleno desierto, te pusieron a prueba y te exigieron comida.

15 - Y tú los complaciste, pero también les enviaste una enfermedad mortal.

16 - Cuando estaban en el desierto, los que seguían a Datán y a Abiram sintieron envidia de Moisés, y también sintieron celos de Aarón, a quien tú habías elegido; pero se abrió la tierra y se tragó a todos los rebeldes;

18 - ¡llamas de fuego cayeron sobre esa pandilla de malvados!

19 - Nuestros abuelos llegaron al monte Horeb, y allí hicieron un ídolo; ¡adoraron un toro de metal!

20 - Dejaron de adorar a Dios, que era su motivo de orgullo, para adorar la imagen de un toro.

21 - Dios hizo grandes maravillas frente al Mar de los Juncos: ¡los salvó de los egipcios! Pero ellos se olvidaron de él,

23 - y tan enojado se puso Dios que quiso destruirlos. Moisés, su elegido, intervino en favor de ellos y calmó el enojo de Dios para que no los destruyera.

24 - Pero ellos rechazaron la tierra que Dios les dio y no confiaron en sus promesas.

25 - Dentro de sus casas hablaron mal de su Dios y no quisieron obedecerlo.

26 - Dios les advirtió que los dejaría morir en el desierto,

27 - y que a sus descendientes también los haría morir, o que los dispersaría por todos los pueblos y países.

28 - Pero ellos prefirieron adorar al dios Baal de la ciudad de Pegor, y comieron de las ofrendas que se hacen a dioses muertos.

29 - Con esas malas acciones hicieron enojar a Dios, y él les mandó un terrible castigo.

30 - Pero un hombre llamado Finees intervino en favor de ellos y logró que Dios no los castigara.

31 - Por eso Finees será siempre recordado por este acto de justicia.

32 - Junto a las aguas de Meribá los israelitas hicieron enojar a Dios, y por culpa de ellos le fue muy mal a Moisés;

33 - tanto le amargaron el ánimo que Moisés no midió sus palabras.

34 - Dios les había ordenado destruir a los otros pueblos, pero ellos no lo obedecieron. ¡Todo lo contrario! Se mezclaron con ellos y siguieron sus costumbres;

36 - adoraron a sus ídolos y se volvieron sus seguidores.

37 - ¡Mancharon la tierra al derramar sangre inocente! ¡Entregaron a sus hijos y sus hijas como ofrenda a esos demonios!

39 - Al cometer tales acciones, se corrompieron a sí mismos y resultaron culpables.

40 - Dios se enojó mucho con ellos y acabó por aborrecerlos.

41 - Por eso los dejó caer en poder de sus enemigos para que los humillaran y los maltrataran.

43 - Muchas veces Dios los liberó; pero ellos, siempre rebeldes, insistieron en seguir pecando.

44 - Dios los vio tan angustiados, y los escuchó quejarse tanto,

45 - que cambió de parecer. Su amor lo hizo acordarse de su pacto con los israelitas,

46 - e hizo que sus enemigos les tuvieran compasión.

47 - Dios nuestro, ¡sálvanos! ¡Permítenos volver a nuestra tierra, para que te demos gracias y te alabemos como nuestro Dios!

48 - ¡Bendito sea ahora y siempre el Dios de Israel! ¡Que diga el pueblo de Dios: «Así sea»! ¡Alabemos a nuestro Dios!