Mateo 8:5 - Biblia en Lenguaje Sencillo

Libro de Mateo
Capitulos:

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1 - Después de que Jesús bajó de la montaña, mucha gente lo siguió.

2 - De pronto, un hombre que tenía lepra se acercó a Jesús, se arrodilló delante de él y le dijo: —Señor, yo sé que tú puedes sanarme. ¿Quieres hacerlo?

3 - Jesús puso la mano sobre él y le contestó: —¡Quiero hacerlo! ¡Ya estás sano! Y el hombre quedó sano de inmediato.

4 - Después, Jesús le dijo: —¡Escucha bien esto! No le digas a nadie lo que sucedió. Vete a donde está el sacerdote, y lleva la ofrenda que Moisés ordenó. Así los sacerdotes serán testigos de que ya no tienes esa enfermedad.

5 - En cierta ocasión, Jesús fue al pueblo de Cafarnaúm. Allí, se le acercó un capitán del ejército romano

6 - y le dijo: —Señor Jesús, mi sirviente está enfermo en casa. Tiene fuertes dolores y no puede moverse.

7 - Entonces Jesús le dijo: —Iré a sanarlo.

8 - Pero el capitán respondió: —Señor Jesús, yo no merezco que entre usted en mi casa. Basta con que ordene desde aquí que mi sirviente se sane y él quedará sano.

9 - Porque yo sé lo que es dar órdenes y lo que es obedecer. Si yo le ordeno a uno de mis soldados que vaya a algún sitio, ese soldado va. Si a otro le ordeno que venga, el viene; y si mando a mi sirviente que haga algo, lo hace.

10 - Jesús se quedó admirado al escuchar la respuesta del capitán. Entonces le dijo a la gente que lo seguía: —¡Les aseguro que, en todo Israel, nunca había conocido a alguien que confiara tanto en mí como este extranjero!

11 - Oigan bien esto: De todas partes del mundo vendrá gente que confía en Dios como confía este hombre. Esa gente participará en la gran cena que Dios dará en su reino. Se sentará a la mesa con sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.

12 - Pero los que habían sido invitados primero a participar en el reino de Dios, serán echados fuera, a la oscuridad. Allí llorarán de dolor y rechinarán de terror los dientes.

13 - Luego Jesús le dijo al capitán: —Regresa a tu casa, y que todo suceda tal como has creído. En ese mismo instante, su sirviente quedó sano.

14 - Jesús fue a casa de Pedro y encontró a la suegra de este en cama, con mucha fiebre.

15 - Jesús la tocó en la mano y la fiebre se le quitó. Entonces ella se levantó y le dio de comer a Jesús.

16 - Al anochecer, la gente llevó a muchas personas que tenían demonios. Jesús echó a los demonios con una sola palabra, y también sanó a todos los enfermos que estaban allí.

17 - Así, Dios cumplió su promesa, tal como lo había anunciado el profeta Isaías en su libro: «Él nos sanó de nuestras enfermedades».

18 - Jesús vio que mucha gente lo rodeaba. Por eso, ordenó a sus discípulos que lo acompañaran al otro lado del Lago de Galilea.

19 - Cuando llegaron allá, un maestro de la Ley se le acercó y le dijo: —Maestro, yo te acompañaré a dondequiera que vayas.

20 - Jesús le contestó: —Las zorras tienen cuevas y las aves tienen nidos, pero yo, el Hijo del hombre, no tengo un lugar donde descansar.

21 - Otro de sus discípulos le dijo después: —Señor, dame permiso para ir primero a enterrar a mi padre; luego te seguiré.

22 - Jesús le contestó: —¡Deja que los muertos entierren a sus muertos! ¡Tú, sígueme!

23 - Jesús subió a la barca y se fue con sus discípulos.

24 - Todavía estaban navegando cuando se desató una tormenta tan fuerte que las olas se metían en la barca. Mientras tanto, Jesús dormía.

25 - Entonces sus discípulos fueron a despertarlo: —¡Señor Jesús, sálvanos, porque nos hundimos!

26 - Jesús les dijo: —¿Por qué están tan asustados? ¡Qué poco confían ustedes en Dios! Jesús se levantó y les ordenó al viento y a las olas que se calmaran, y todo quedó muy tranquilo.

27 - Los discípulos preguntaban asombrados: —¿Quién será este hombre, que hasta el viento y las olas lo obedecen?

28 - Cuando Jesús llegó a la región de Gadara, que está a la otra orilla del lago, dos hombres que tenían demonios salieron de entre las tumbas. Eran tan peligrosos que nadie podía pasar por ese camino. Cuando los dos hombres se acercaron a Jesús,

29 - los demonios gritaron: —¡Jesús, Hijo de Dios!, ¿qué vas a hacernos? ¿Vas a castigarnos antes del juicio final?

30 - No muy lejos de allí había muchos cerdos, y

31 - los demonios le suplicaron a Jesús: —Si nos sacas de estos hombres, déjanos entrar en esos cerdos.

32 - Jesús les dijo: —Entren en ellos. Los demonios salieron de los dos hombres y entraron en los cerdos. Entonces todos los cerdos corrieron sin parar, hasta que cayeron en el lago, donde se ahogaron.

33 - Los hombres que cuidaban los cerdos huyeron al pueblo. Allí contaron lo que había pasado con los cerdos y con los dos hombres que habían tenido demonios.

34 - La gente del pueblo fue a ver a Jesús, y le rogaron que se marchara de aquella región.