Mateo 16:3 - Biblia en Lenguaje Sencillo

Libro de Mateo
Capitulos:

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1 - Algunos de los fariseos y de los saduceos se acercaron a Jesús para ponerle una trampa, y le dijeron: —Queremos que hagas un milagro que pruebe que Dios te ha enviado.

2 - Pero Jesús les dijo: —Cuando ustedes miran el cielo por la tarde, y está rojo, dicen: “¡Va a hacer buen tiempo!”

3 - Pero si en la mañana el cielo está rojo y nublado, dicen: “¡Hoy va a hacer mal tiempo!” Ustedes entienden muy bien las señales en el cielo acerca del tiempo. ¿Por qué, entonces, no entienden que lo que ahora hago es una señal de Dios?

4 - Ustedes piden una señal porque son malos y no quieren creer. Pero la única señal que les daré será lo que le pasó al profeta Jonás. Dicho esto, Jesús los dejó y se fue.

5 - Jesús y sus discípulos cruzaron al otro lado del Lago de Galilea. Pero los discípulos se olvidaron de llevar pan.

6 - Y Jesús les dijo: —Miren, tengan cuidado con la levadura de los fariseos y de los saduceos.

7 - Los discípulos comenzaron a hablar entre ellos, y decían: «Seguramente Jesús dijo eso porque no trajimos pan».

8 - Jesús se dio cuenta de lo que hablaban, y les dijo: —¡Qué poco confían en Dios! ¿Por qué se preocupan por no tener pan?

9 - Entiendan bien lo que les quiero decir; ¿o ya se olvidaron de aquella vez, cuando alimenté a cinco mil hombres con cinco panes nada más? ¿Ya se olvidaron de las canastas que llenaron con los pedazos que sobraron?

10 - ¿Ya no recuerdan que también alimenté a otros cuatro mil con sólo siete panes, y que ustedes llenaron muchas canastas?

11 - ¿No entienden que yo no estaba hablando de pan? ¡Cuídense de la levadura de los fariseos y de los saduceos!

12 - Entonces los discípulos entendieron que Jesús no estaba hablando de la levadura que se pone en la masa del pan, sino de las malas enseñanzas de los fariseos y de los saduceos.

13 - Cuando llegaron cerca del pueblo de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: —¿Qué dice la gente acerca de mí, el Hijo del hombre?

14 - Los discípulos contestaron: —Algunos dicen que eres Juan el Bautista, y otros dicen que eres el profeta Elías, o el profeta Jeremías, o alguno de los profetas.

15 - Entonces Jesús les preguntó: —Y ustedes, ¿qué opinan? ¿Quién soy yo?

16 - Pedro contestó: —Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios que vive y da vida.

17 - Jesús le dijo: —¡Bendito seas, Pedro hijo de Jonás! Porque no sabes esto por tu propia cuenta, sino que te lo enseñó mi Padre que está en el cielo.

18 - Por eso te llamaré Pedro, que quiere decir “piedra”. Sobre esta piedra construiré mi iglesia, y la muerte no podrá destruirla.

19 - A ti, Pedro, te daré autoridad en el reino de Dios. Todas las cosas que tú prohíbas aquí en la tierra, desde el cielo Dios las prohibirá. Y las cosas que tú permitas, también Dios las permitirá.

20 - Entonces Jesús ordenó a sus discípulos que no le contaran a nadie que él era el Mesías.

21 - Desde ese momento, Jesús comenzó a decirles a sus discípulos lo que le iba a pasar: «Tendré que ir a Jerusalén, y los líderes del país, los sacerdotes principales y los maestros de la Ley me harán sufrir mucho. Allí van a matarme, pero tres días después resucitaré.»

22 - Entonces Pedro se llevó a Jesús aparte y lo reprendió por hablar así. Le dijo: —¡Eso no puede sucederte, Señor! ¡Que Dios nunca lo permita!

23 - Jesús se volvió y le dijo: —¡Pedro, estás hablando como Satanás! ¡Vete! Tú no entiendes los planes de Dios, y me estás pidiendo que los desobedezca.

24 - Luego Jesús les dijo a sus discípulos: «Si ustedes quieren ser mis discípulos, tienen que olvidarse de hacer su propia voluntad. Tienen que estar dispuestos a cargar su cruz y a hacer lo que yo les diga.

25 - Si sólo les preocupa salvar su vida, la van a perder. Pero si deciden dar su vida por mi causa, entonces se salvarán.

26 - De nada sirve que una persona gane en este mundo todo lo que quiera, si al fin de cuentas pierde su vida. Y nadie puede dar nada para salvarla.

27 - Porque yo, el Hijo del hombre, vendré pronto con el poder de Dios y con mis ángeles, para darles su premio a los que hicieron el bien y para castigar a los que hicieron el mal.

28 - Les aseguro que algunos de ustedes, que están aquí conmigo, no morirán hasta que me vean reinar.»