Lucas 20:3 - Biblia en Lenguaje Sencillo

Libro de Lucas
Capitulos:

123456789101112131415161718192021222324

1 - Jesús estaba en el templo enseñando a la gente y anunciando las buenas noticias. Los sacerdotes principales, los maestros de la Ley y los líderes del país se acercaron

2 - y le preguntaron: —¿Quién te dio autoridad para hacer todo esto?

3 - Jesús les contestó: —Yo también voy a preguntarles algo:

4 - ¿Quién le dio autoridad a Juan el Bautista para bautizar? ¿Dios, o alguna otra persona?

5 - Ellos comenzaron a discutir, y se decían unos a otros: «Si contestamos que fue Dios quien le dio autoridad a Juan, Jesús nos preguntará por qué no le creímos.

6 - Y si decimos que fue un ser humano, la gente nos matará a pedradas, porque creen que Juan era un profeta enviado por Dios.»

7 - Entonces respondieron: —No sabemos quién le dio autoridad a Juan.

8 - Jesús les dijo: —Pues yo tampoco les diré quién me da autoridad para hacer todo esto.

9 - Jesús le puso a la gente este ejemplo: «El dueño de un terreno sembró una viña, luego la alquiló y se fue de viaje por largo tiempo.

10 - Cuando llegó la época de la cosecha, envió a un sirviente para pedir la parte que le correspondía. Pero los hombres que alquilaron la viña golpearon al sirviente y lo enviaron con las manos vacías.

11 - »El dueño envió a otro sirviente, pero también a este lo golpearon, lo insultaron y lo enviaron sin nada.

12 - Luego envió a otro, y a este también lo hirieron y lo echaron fuera de la viña.

13 - »Finalmente, el dueño se puso a pensar: “¿Qué puedo hacer?” Y se dijo: “Ya sé; enviaré a mi hijo que tanto quiero. Estoy seguro que a él sí lo respetarán.”

14 - »Cuando aquellos hombres vieron que había llegado el hijo del dueño, se dijeron unos a otros: “Este muchacho es el que recibirá la viña cuando el dueño muera. Vamos a matarlo; así nos quedaremos con el terreno.”

15 - »Entonces agarraron al muchacho, lo sacaron del terreno y lo mataron.» Después Jesús preguntó: —¿Qué piensan ustedes que hará el dueño con aquellos hombres?

16 - Seguramente, cuando regrese, los matará y luego entregará la viña a otras personas. Cuando la gente oyó eso, dijo: —¡Eso, jamás!

17 - Jesús miró a todos y les dijo: —Entonces, cuando la Biblia dice: “La piedra que rechazaron los constructores del templo es ahora la piedra principal”, »¿qué quiso decir con eso?

18 - Porque todo el que caiga sobre esa piedra quedará hecho pedazos. Y si la piedra cae sobre alguien, lo dejará hecho polvo.

19 - Los sacerdotes principales y los maestros de la Ley se dieron cuenta de que Jesús los estaba comparando con los hombres malos que alquilaron la viña. Entonces quisieron apresar a Jesús en ese mismo instante, pero no se atrevieron porque le tenían miedo a la gente.

20 - Los enemigos de Jesús querían arrestarlo y entregarlo al gobernador romano. Pero, como no tenían de qué acusarlo, enviaron a unos espías para que se hicieran pasar por personas buenas y vigilaran en qué momento Jesús decía algo malo.

21 - Los espías le dijeron a Jesús: —Maestro, sabemos que siempre dices la verdad. Tú enseñas que todos deben obedecer a Dios, y tratas a todos por igual.

22 - Por eso te preguntamos: ¿Está bien que paguemos impuestos al emperador de Roma, o no?

23 - Como Jesús sabía que ellos querían ponerle una trampa, les respondió:

24 - —Muéstrenme una moneda. ¿De quién es la imagen que está en la moneda? ¿De quién es el nombre que tiene escrito? Ellos contestaron: —Del emperador de Roma.

25 - Jesús les dijo: —Pues denle al emperador lo que es del emperador, y a Dios lo que es de Dios.

26 - Los espías no lograron que Jesús cayera en la trampa. Quedaron sorprendidos por su respuesta y no supieron decir nada más.

27 - Después, unos saduceos fueron a ver a Jesús. Como ellos no creían que los muertos pueden volver a vivir,

28 - le preguntaron: —Maestro, Moisés escribió que, si un hombre muere sin tener hijos con su esposa, el hermano de ese hombre debe casarse con esa mujer y tener hijos con ella. De acuerdo con la ley, esos hijos son del hermano muerto y llevan su nombre.

29 - »Pues bien, aquí vivían siete hermanos. El hermano mayor se casó y, tiempo más tarde, murió sin tener hijos.

30 - El segundo hermano se casó con la misma mujer, pero tiempo después también él murió sin tener hijos.

31 - Lo mismo sucedió con el tercer hermano y con el resto de los siete hermanos.

32 - El tiempo pasó y la mujer también murió.

33 - »Ahora bien, cuando Dios haga que todos los muertos vuelvan a vivir, ¿de quién será esposa esta mujer, si estuvo casada con los siete?

34 - Jesús contestó: —Ahora los hombres y las mujeres se casan.

35 - Pero Dios decidirá quiénes merecen volver a vivir. Cuando eso suceda, nadie se casará

36 - ni morirá. Todos serán como los ángeles, y por haber vuelto a vivir serán hijos de Dios.

37 - Hasta Moisés mismo nos demuestra que los muertos vuelven a vivir. En la historia del arbusto que ardía, Moisés dijo que Dios es el Dios de sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.

38 - Con eso, Moisés estaba demostrando que Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para Dios todos ellos están vivos.

39 - Algunos maestros de la Ley que estaban allí dijeron: —¡Maestro, diste una buena respuesta!

40 - Después de esto, ya nadie se atrevía a hacerle más preguntas.

41 - Jesús preguntó a los que estaban allí: —¿Por qué dice la gente que el Mesías será un descendiente del rey David?

42 - Si en el libro de los Salmos el mismo David dice: “Dios le dijo a mi Señor el Mesías: ‘Siéntate a la derecha de mi trono,

43 - hasta que yo derrote a tus enemigos.’”

44 - »Si David llama Señor al Mesías, ¿cómo puede ser el Mesías descendiente de David?

45 - Delante de toda la gente, Jesús les dijo a sus discípulos:

46 - —¡Cuídense de los maestros de la Ley! A ellos les gusta vestir como gente importante, y que los saluden en el mercado con mucho respeto. Cuando van a una fiesta o a la sinagoga, les gusta ocupar los mejores puestos.

47 - Ellos les quitan a las viudas sus casas, y luego hacen oraciones muy largas para que todos piensen que son gente buena. Pero Dios los castigará más duro que a los demás.