Capitulos:
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1 - Yo soy el que ha sufrido el duro castigo de Dios.
2 - Él me forzó a caminar por los caminos más oscuros;
3 - no hay un solo momento en que no me castigue.
4 - Oscura tumba es mi vida; ¡es como si ya estuviera muerto! Dios me rodeó por completo de la miseria más terrible. Me dejó sin fuerzas; ¡no tengo un solo hueso sano!
7 - Se niega Dios a escucharme, aunque siempre le pido ayuda. A cada paso me pone tropiezos y me hace perder el camino. Me tiene preso y encadenado. ¡No puedo escaparme de él!
10 - Objeto soy de sus ataques; ¡soy el blanco de sus flechas! Como animal feroz me vigila, esperando el momento de atacarme. ¡Me obliga a apartarme del camino para que no pueda defenderme!
13 - Ya me partió el corazón con sus terribles flechas. Dios ha llenado mi vida de tristeza y amargura. Todo el día y a todas horas, la gente se burla de mí.
16 - Estoy completamente derrotado, porque Dios me hizo caer.
17 - Ya no tengo tranquilidad; la felicidad es sólo un recuerdo.
18 - Me parece que de Dios ya no puedo esperar nada.
19 - Los más tristes recuerdos me llenan de amargura.
20 - Siempre los tengo presentes, y eso me quita el ánimo.
21 - Pero también me acuerdo de algo que me da esperanza:
22 - Sé que no hemos sido destruidos porque Dios nos tiene compasión.
23 - Sé que cada mañana se renuevan su gran amor y su fidelidad.
24 - Por eso digo que en él confío; ¡Dios es todo para mí!
25 - Invito a todos a confiar en Dios porque él es bondadoso.
26 - Es bueno esperar con paciencia que Dios venga a salvarnos,
27 - y aprender desde nuestra juventud que debemos soportar el sufrimiento.
28 - Es conveniente callar cuando Dios así lo ordena.
29 - Y olvidar la venganza cuando alguien nos golpea. Debemos esperar con paciencia que Dios venga a ayudarnos.
31 - Realmente Dios nos ha rechazado, pero no lo hará para siempre.
32 - Nos hace sufrir y nos aflige, pero no porque le guste hacerlo. Nos hiere, pero nos tiene compasión, porque su amor es muy grande.
34 - Violar los derechos humanos es algo que Dios no soporta. Maltratar a los prisioneros o no darles un juicio justo, es algo que Dios no aprueba.
37 - ¡Oye bien esto: Nada puedes hacer sin que Dios te lo ordene!
38 - ¡Todo lo bueno y lo malo pasa porque él así lo ordena!
39 - ¡No tenemos razón para quejarnos si nos castiga por nuestros pecados!
40 - Si pecamos contra Dios, y él no quiere perdonarnos, pensemos en qué lo hemos ofendido. Dirijamos al Dios del cielo nuestras oraciones más sinceras, y corrijamos nuestra conducta.
43 - Una nube envuelve a Dios; no le deja escuchar nuestra oración. Lleno de enojo, Dios nos persigue; nos destruye sin ninguna compasión.
45 - Nos ha expuesto ante las naciones como si fuéramos lo peor.
46 - Fuimos la burla del enemigo.
47 - Sufrimos en carne propia los horrores de la destrucción.
48 - Cuando vi destruida mi ciudad no pude contener las lágrimas.
49 - Realmente me duele ver sufrir a las mujeres de Jerusalén. Se me llenan de lágrimas los ojos, pero no hay quien me consuele. ¡Espero que desde el cielo Dios nos mire y nos tenga compasión!
52 - ¡Intentaron matarme, y no sé por qué razón! Mis enemigos me atraparon, me encerraron en un pozo.
54 - Estuve a punto de ahogarme; ¡creí que había llegado mi fin!
55 - En la profundidad de ese pozo te pedí ayuda, Dios mío,
56 - y tú atendiste mis ruegos; ¡escuchaste mi oración!
57 - Te llamé, y viniste a mí; me dijiste que no tuviera miedo.
58 - No me negaste tu ayuda, sino que me salvaste la vida.
59 - Dios mío, ¡ayúdame! Mira el mal que me causaron,
60 - mira el mal que piensan hacerme, ¡quieren vengarse de mí!
61 - Tú sabes cómo me ofenden; tú sabes que me hacen daño.
62 - Tú bien sabes que mis enemigos siempre hacen planes contra mí.
63 - ¡Míralos! No importa lo que hagan, siempre están burlándose de mí.
64 - ¡Espero que los castigues con toda tu furia! ¡Bórralos de este mundo! Mi Dios, ¡dales su merecido por todo lo que han hecho! ¡Maldícelos y hazlos sufrir!