Jueces 16:20 - Biblia en Lenguaje Sencillo

Libro de Jueces
Capitulos:

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1 - Cierto día, Sansón fue a la ciudad de Gaza. Allí vio a una prostituta, y entró a su casa para pasar la noche.

2 - Los de Gaza se enteraron de que Sansón estaba allí, así que rodearon el lugar y se pusieron a vigilar la entrada de la ciudad. Decidieron esperar toda la noche y matar a Sansón al amanecer.

3 - Pero él se levantó a la medianoche, fue hasta la entrada y arrancó el portón con todo y pilares y cerrojos. Cargó todo sobre sus hombros y se lo llevó a lo alto del cerro que está frente a Hebrón.

4 - Después Sansón se enamoró de una mujer llamada Dalila, que vivía en el valle de Sorec.

5 - Los jefes filisteos le fueron a decir a ella: «Engaña a Sansón, y averigua el secreto de su gran fuerza. Necesitamos saber cómo vencerlo y atarlo para mantenerlo bajo nuestro poder. Si logras averiguarlo, cada uno de nosotros te dará más de mil monedas de plata».

6 - Cuando Sansón fue a visitarla, Dalila le preguntó: —¿Cuál es el secreto de tu gran fuerza? ¿Cómo se te puede atar sin que te liberes?

7 - Sansón le contestó: —Si me atan con siete cuerdas nuevas, de las más fuertes y resistentes, perderé mi gran fuerza y seré como cualquier otro hombre.

8 - Entonces los jefes filisteos le llevaron a Dalila siete cuerdas de las más fuertes y resistentes, y ella ató a Sansón.

9 - Dalila había escondido en su cuarto a unos hombres, así que gritó: «¡Sansón! ¡Los filisteos te atacan!» Pero Sansón rompió las cuerdas como si fueran hilos viejos, y los filisteos no pudieron descubrir el secreto de su gran fuerza.

10 - Dalila le dijo a Sansón: —¡Te burlaste de mí! ¡Me engañaste! ¿Qué hay que hacer para sujetarte?

11 - Sansón le respondió: —Si me atan con sogas nuevas, de las que se usan para atar ganado, perderé mi fuerza y seré como cualquier otro hombre.

12 - Entonces Dalila consiguió esa clase de sogas, lo ató, y después gritó: «¡Sansón! ¡Los filisteos te atacan!» Los hombres estaban esperando en otro cuarto, pero Sansón rompió las sogas que le sujetaban los brazos como si fueran hilos delgados.

13 - Dalila le dijo a Sansón: —¡Volviste a engañarme! ¿Por qué insistes en mentirme? Por favor, dime, ¿qué hay que hacer para sujetarte? Sansón le contestó: —Si tomas las siete trenzas de mi cabello y las entretejes entre los hilos de ese telar, y luego sujetas el telar fuertemente al suelo con estacas, perderé mi fuerza y seré como cualquier otro hombre.

14 - Cuando Sansón se durmió, Dalila entretejió las trenzas en el tejido del telar, y sujetó el telar al suelo con las estacas. Luego gritó: «¡Sansón! ¡Los filisteos te atacan!» Pero Sansón se despertó, arrancó el telar con todo y estacas, y se libró.

15 - Entonces Dalila exclamó: —¿Cómo puedes decir que me amas, si me sigues engañando? ¡Ya es la tercera vez que te burlas de mí, y todavía no me dices cuál es el secreto de tu gran fuerza!

16 - Todos los días Dalila seguía insistiendo con la misma pregunta, y tanto se hartó Sansón que se quería morir.

17 - Finalmente, Sansón le confesó a Dalila su secreto: «Jamás se me ha cortado el cabello, porque antes de nacer fui dedicado a Dios como nazireo. Si me cortaran el cabello, perdería mi fuerza y sería como cualquier otro hombre».

18 - Dalila comprendió que esta vez Sansón le había dicho la verdad, y mandó este mensaje a los jefes filisteos: «Vengan acá otra vez, porque ahora sí me ha dicho la verdad». Entonces los jefes filisteos volvieron con el dinero en la mano.

19 - Dalila hizo que Sansón se durmiera recostado en su falda, y mandó llamar a un hombre para que le cortara las siete trenzas. Después comenzó a maltratarlo,

20 - y le gritó: «¡Sansón! ¡Los filisteos te atacan!» Sansón despertó pensando que iba a librarse como antes, pero no sabía que Dios ya lo había abandonado.

21 - Los filisteos lo sujetaron y le sacaron los ojos; luego se lo llevaron a Gaza, le pusieron cadenas de bronce, y lo obligaron a trabajar en el molino de la cárcel.

22 - Pero con el tiempo, su cabello comenzó a crecer de nuevo.

23 - Los jefes de los filisteos se reunieron para ofrecer un gran sacrificio a su dios Dagón. Festejaban así su triunfo y cantaban esta canción: «Nuestro dios nos ha dado la victoria; hemos vencido a Sansón, nuestro enemigo».

24 - Estaban tan contentos que mandaron traer a Sansón para burlarse de él. Cuando lo trajeron de la cárcel, lo pusieron de pie entre dos columnas, y se divertían haciéndole burla. Al verlo, la gente alabó a su dios, y todos cantaban: «Sansón destruyó nuestros campos y mató a miles de los nuestros. Pero nuestro dios nos ha dado la victoria, hemos vencido a Sansón, nuestro enemigo».

26 - Al ver cómo se burlaban de él, Sansón le dijo al muchacho que lo guiaba: «Déjame tocar las columnas que sostienen el templo. Quiero apoyarme en ellas».

27 - El templo estaba lleno de hombres y mujeres. Además de los jefes de los filisteos, había en la terraza unas tres mil personas que se divertían viendo a Sansón.

28 - Entonces Sansón oró: «¡Dios todopoderoso, ayúdame sólo una vez más! Los filisteos se han burlado de mí sacándome los ojos, te ruego que me des fuerzas para vengarme de ellos».

29 - Dicho esto, Sansón apoyó sus dos manos sobre las columnas centrales que sostenían el templo,

30 - y gritó: «¡Que mueran conmigo los filisteos!» Luego empujó las columnas con todas sus fuerzas, y el templo se vino abajo sobre los jefes filisteos y sobre todos los que allí estaban. Sansón mató a más personas al morir, que las que había matado en toda su vida.

31 - Después vinieron los hermanos de Sansón con todos sus parientes a recoger su cuerpo. Lo enterraron en la tumba de Manoa, su padre, entre Sorá y Estaol. Sansón fue jefe de los israelitas durante veinte años.