Jueces 11:32 - Biblia en Lenguaje Sencillo

Libro de Jueces
Capitulos:

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1 - Jefté, un valiente soldado de la zona de Galaad, era hijo de una prostituta. Su padre, que se llamaba Galaad,

2 - tuvo otros hijos con su esposa, y cuando estos crecieron, echaron de la casa a Jefté. Le dijeron: «No vas a recibir ninguna herencia de tu padre, porque eres hijo de otra mujer».

3 - Entonces Jefté se alejó de sus hermanos y se fue a vivir a la tierra de Tob. Allí reunió a unos bandoleros que salían con él a robar.

4 - Después de algún tiempo los amonitas atacaron a los de Israel.

5 - Los líderes de Galaad fueron entonces a la tierra de Tob a buscar a Jefté,

6 - y le dijeron: —Queremos que seas nuestro líder en la guerra contra los amonitas. Ven con nosotros.

7 - Jefté les respondió: —Si tanto me odiaban ustedes, que hasta me echaron de la casa de mi padre, ¿por qué ahora que están en problemas me vienen a buscar?

8 - Ellos le contestaron: —Justamente porque estamos en problemas, necesitamos que vengas con nosotros a atacar a los amonitas. Queremos que seas el jefe de todos los que vivimos en Galaad.

9 - Jefté entonces les dijo: —Está bien. Pero si vuelvo con ustedes, y Dios me ayuda a vencer a los amonitas, ¿de veras seré su jefe?

10 - Y los líderes le aseguraron: —Dios es nuestro testigo de que haremos todo lo que tú nos digas.

11 - Así que Jefté se fue con ellos, y el pueblo lo nombró jefe y gobernador. En Mispá, Jefté puso a Dios por testigo del trato que hicieron.

12 - Después de eso, Jefté envió unos mensajeros al rey de los amonitas para que le dijeran: «¿Qué tienes contra nosotros? ¿Por qué vienes a atacar mi territorio?»

13 - El rey de los amonitas le respondió: «Vengo a recuperar nuestras tierras, desde el río Arnón hasta los ríos Jaboc y Jordán. Ustedes se apoderaron de ellas cuando salieron de Egipto, pero ahora me las tienen que devolver pacíficamente».

14 - Jefté volvió a enviar mensajeros al rey de los amonitas

15 - con esta respuesta: «Nosotros no les hemos quitado tierras a los moabitas ni a los amonitas.

16 - Lo que ocurrió fue que, cuando salimos de Egipto, cruzamos el desierto hasta el Mar de los Juncos y llegamos a Cadés.

17 - Luego enviamos mensajeros al rey de Edom pidiéndole permiso para pasar por su territorio, pero él no nos dejó pasar. También se enviaron mensajeros al rey de los moabitas, y él tampoco nos dio permiso, así que nos quedamos en Cadés.

18 - »Después seguimos por el desierto, rodeando el territorio de Edom y de los moabitas. Cuando llegamos al este del territorio moabita, acampamos allí, al otro lado del río Arnón, y como este río es la frontera no entramos a territorio moabita.

19 - Entonces mandamos mensajeros a Sihón, el rey amorreo de Hesbón, pidiéndole que nos dejara pasar por su territorio para llegar al nuestro.

20 - Pero el rey Sihón desconfió de nosotros, y no nos permitió pasar por su territorio. Al contrario, acampó en Jahas con todo su ejército y nos atacó.

21 - Sin embargo nuestro Dios nos hizo vencer a todo el ejército de Sihón. Entonces nos apoderamos de todo el territorio de los amorreos que vivían allí,

22 - desde el río Arnón hasta el río Jaboc, y desde el desierto hasta el Jordán.

23 - ¿Y ahora quieres tú recuperar el territorio que el Dios de Israel les quitó a ustedes y nos dio a nosotros?

24 - Lo que su dios Quemós les ha dado es de ustedes, y lo que nuestro Dios nos ha dado es de nosotros.

25 - »¿Te crees más importante que Balac, el rey de los moabitas? Él nunca combatió contra los israelitas ni les hizo la guerra.

26 - Trescientos años hemos vivido en Hesbón y en Aroer, en las aldeas que las rodean, y en las ciudades a orillas del río Arnón; ¿por qué en todo este tiempo no se apoderaron de estos territorios?

27 - Yo no les he hecho ningún mal. Son ustedes los que están actuando mal al atacarnos. ¡Pero el Dios de Israel será el que juzgue entre ustedes y nosotros!»

28 - Pero el rey de los amonitas no hizo caso del mensaje que Jefté le envió.

29 - Después de esto el espíritu de Dios actuó sobre Jefté, y lo hizo recorrer los territorios de Galaad y Manasés, y volver después a Mispá de Galaad. De allí Jefté fue al territorio de los amonitas,

30 - en donde le prometió a Dios: «Si me das la victoria sobre los amonitas,

31 - yo te ofreceré como sacrificio a la primera persona de mi familia que salga a recibirme».

32 - Jefté cruzó el río para atacar a los amonitas, y Dios le dio la victoria sobre ellos.

33 - Mató a muchos enemigos y conquistó veinte ciudades, desde Aroer hasta la zona de Minit, llegando hasta Abel-queramim. Así los israelitas dominaron a los amonitas.

34 - Cuando Jefté regresó a su casa en Mispá, su única hija salió a recibirlo, bailando y tocando panderetas. Aparte de ella Jefté no tenía otros hijos,

35 - así que se llenó de tristeza al verla, y rompió sus ropas como señal de su desesperación. Le dijo: —¡Ay, hija mía! ¡Qué tristeza me da verte! Y eres tú quien me causa este gran dolor, porque le hice una promesa a Dios y tengo que cumplírsela.

36 - Ella le respondió: —Padre, si le prometiste algo a Dios, cumple conmigo tu promesa, ya que él te ha dado la victoria sobre tus enemigos, los amonitas.

37 - Pero una cosa te pido, padre mío: Déjame ir dos meses a las montañas, con mis amigas. Tengo mucha tristeza por tener que morir sin haberme casado; necesito llorar.

38 - Su padre le dio permiso de hacerlo, y ella se fue a las montañas con sus amigas. Allí lloró y lamentó el haberse quedado soltera.

39 - Pasados los dos meses, regresó a donde estaba su padre, quien cumplió con ella la promesa que había hecho. Y ella murió sin haberse casado. De ahí comenzó la costumbre

40 - de todos los años, de que las jóvenes israelitas dedican cuatro días a hacer lamentos por la hija de Jefté.