Juan 11:26 - Biblia en Lenguaje Sencillo

Libro de Juan
Capitulos:

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1 - Lázaro y sus hermanas Marta y María vivían en el pueblo de Betania. María fue la que derramó perfume en los pies de Jesús y luego los secó con sus cabellos. Un día, Lázaro se enfermó

3 - y sus hermanas le mandaron este mensaje a Jesús: «Señor, tu querido amigo Lázaro está enfermo.»

4 - Cuando Jesús recibió el mensaje, dijo: «Esta enfermedad no terminará en muerte. Servirá para mostrar el poder de Dios, y el poder que tengo yo, el Hijo de Dios.»

5 - Jesús amaba a Marta, a María y a Lázaro.

6 - Sin embargo, cuando recibió la noticia de que Lázaro estaba enfermo, decidió quedarse dos días más en donde estaba.

7 - Al tercer día les dijo a sus discípulos: —Regresemos a la región de Judea.

8 - Los discípulos le dijeron: —Maestro, algunos de los judíos de esa región trataron de matarte hace poco. ¿Aun así quieres regresar allá?

9 - Jesús les respondió: —Cada día, el sol brilla durante doce horas. Si uno camina de día, no tropieza con nada, porque la luz del sol le alumbra el camino.

10 - Pero si camina de noche, tropieza porque le hace falta la luz. Nuestro amigo Lázaro está dormido, y yo voy a despertarlo.

12 - Los discípulos le dijeron: —Señor, si Lázaro está dormido, para qué te preocupas.

13 - Lo que Jesús quería darles a entender era que Lázaro había muerto, pero los discípulos entendieron que estaba descansando.

14 - Por eso Jesús les explicó: —Lázaro ha muerto,

15 - y me alegro de no haber estado allí, porque ahora ustedes tendrán oportunidad de confiar en mí. Vayamos a donde está él.

16 - Entonces Tomás, al que llamaban el Gemelo, les dijo a los otros discípulos: «Vayamos también nosotros, para morir con Jesús.»

17 - Como el pueblo de Betania estaba a unos tres kilómetros de la ciudad de Jerusalén, muchos de los judíos que vivían cerca de allí fueron a visitar a Marta y a María, para consolarlas por la muerte de su hermano. Cuando Jesús llegó a Betania, se enteró de que habían sepultado a Lázaro cuatro días antes.

20 - Al enterarse Marta de que Jesús había llegado, salió a recibirlo, y María se quedó en la casa.

21 - Entonces Marta le dijo a Jesús: —Señor, si tú hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.

22 - Pero a pesar de todo lo que ha pasado, Dios hará lo que tú le pidas. De eso estoy segura.

23 - Jesús le contestó: —Tu hermano volverá a vivir.

24 - Y Marta le dijo: —Claro que sí, cuando llegue el fin, todos los muertos volverán a vivir.

25 - A esto Jesús respondió: —Yo soy el que da la vida y el que hace que los muertos vuelvan a vivir. Quien pone su confianza en mí, aunque muera, vivirá.

26 - Los que todavía viven y confían en mí, nunca morirán para siempre. ¿Puedes creer esto?

27 - Marta le respondió: —Sí, Señor. Yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, que debía venir al mundo.

28 - Después de decir esto, Marta llamó a María y le dijo en secreto: «El Maestro ha llegado, y te llama.»

29 - María se levantó enseguida y fue a verlo.

30 - Jesús no había llegado todavía a la casa, sino que estaba en el lugar donde Marta lo había encontrado.

31 - Al ver que María se levantó y salió rápidamente, los judíos que estaban consolándola en su casa la siguieron. Ellos pensaban que María iba a llorar ante la tumba de su hermano.

32 - Cuando María llegó a donde estaba Jesús, se arrodilló delante de él y le dijo: —Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.

33 - Cuando Jesús vio que María y los judíos que habían ido con ella lloraban mucho, se sintió muy triste y les tuvo compasión.

34 - Les preguntó: —¿Dónde sepultaron a Lázaro? Ellos le dijeron: —Ven Señor; aquí está.

35 - Jesús se puso a llorar,

36 - y los judíos que estaban allí dijeron: «Se ve que Jesús amaba mucho a su amigo Lázaro.»

37 - Pero otros decían: «Jesús hizo que el ciego pudiera ver. También pudo haber hecho algo para que Lázaro no muriera.»

38 - Todavía con lágrimas en los ojos, Jesús se acercó a la cueva donde habían puesto el cuerpo de Lázaro, y ordenó que quitaran la piedra que cubría la entrada. Pero Marta le dijo: —Señor, hace cuatro días que murió Lázaro. Seguramente ya huele mal.

40 - Jesús le contestó: —¿No te dije que, si confías en mí, verás el poder de Dios?

41 - La gente quitó la piedra de la entrada. Luego, Jesús miró al cielo y dijo: «Padre, te doy gracias porque me has escuchado.

42 - Yo sé que siempre me escuchas, pero lo digo por el bien de todos los que están aquí, para que crean que tú me enviaste.»

43 - Después de que dijo esto, Jesús gritó: «¡Lázaro, sal de ahí!»

44 - Lázaro salió de la cueva, totalmente envuelto en las vendas de lino con que lo habían sepultado. Su cara estaba envuelta con un pañuelo. Por eso Jesús le dijo a los que estaban allí: «Quítenle todas las vendas, y déjenlo libre.»

45 - Muchos de los judíos que habían ido al pueblo de Betania para acompañar a María, vieron lo que Jesús hizo y creyeron en él.

46 - Pero otros fueron a ver a los fariseos, y les contaron lo que Jesús había hecho.

47 - Los sacerdotes principales y los fariseos reunieron a la Junta Suprema, y dijeron: —¿Qué vamos a hacer con este hombre que hace tantos milagros?

48 - Si lo dejamos, todos van a creer que él es el Mesías. Entonces vendrán los romanos, y destruirán nuestro templo y a todo el país.

49 - Pero Caifás, que ese año era el jefe de los sacerdotes, les dijo: —Ustedes sí que son tontos.

50 - ¿No se dan cuenta? Es mejor que muera un solo hombre por el pueblo, y no que sea destruida toda la nación.

51 - Caifás no dijo esto por su propia cuenta, sino que Dios se lo hizo saber porque era el jefe de los sacerdotes.

52 - En realidad, Jesús no iba a morir para salvar sólo a los judíos, sino también para reunir a todos los hijos de Dios que hay en el mundo.

53 - A partir de ese momento, la Junta Suprema tomó la decisión de matar a Jesús.

54 - Sin embargo, Jesús no dejó que ninguno de los judíos de la región de Judea supiera dónde estaba él. Salió de esa región y se fue a un pueblo llamado Efraín, que estaba cerca del desierto. Allí se quedó con sus discípulos.

55 - Como ya faltaba poco tiempo para la fiesta de la Pascua, mucha gente iba desde sus pueblos a la ciudad de Jerusalén, a prepararse para la fiesta.

56 - Buscaban a Jesús, y cuando llegaron al templo se preguntaban unos a otros: «¿Qué creen ustedes? ¿Vendrá Jesús a celebrar la fiesta?»

57 - Los sacerdotes principales y los fariseos habían ordenado que, si alguien veía a Jesús, fuera a avisarles, pues querían arrestarlo.