Jeremias 7:17 - Biblia en Lenguaje Sencillo

Libro de Jeremias
Capitulos:

12345678910111213141516171819202122232425262728293031323334353637383940414243444546474849505152

1 - Dios me dijo:

2 - «Jeremías, ve a la puerta del templo, y desde allí anuncia este mensaje: “¡Escúchenme, todos ustedes, que viven en Judá y que pasan por estas puertas para adorar a nuestro Dios!

3 - Así dice el todopoderoso Dios de Israel: ‘No les presten atención a esos que andan asegurando que no voy a destruir esta ciudad porque aquí está mi templo. Al contrario, hagan lo siguiente: ’Mejoren su conducta, sean justos los unos con los otros, traten bien a los refugiados, a las viudas y a los huérfanos; hagan justicia al inocente y adórenme sólo a mí. Si no lo hacen, les irá mal; pero si lo hacen, vivirán por siempre en este país, el cual di a sus antepasados.

8 - ’¡Pero ustedes creen en las mentiras que les dicen, y que no les sirven para nada!

9 - Ustedes roban, matan, tienen relaciones sexuales con la esposa de otro hombre, no cumplen lo que prometen, adoran al dios Baal, y a otros dioses que ni conocen.

10 - Aun así, vienen a este templo, que es mi casa, y piensan que por estar aquí están a salvo. Después salen y siguen haciendo todas estas porquerías.

11 - Este templo es mi casa, pero ustedes lo han convertido en una cueva de ladrones. ¡Yo mismo lo he visto! Les juro que así es.

12 - ’Israelitas, vayan ahora al santuario de Siló, donde me adoraron al principio, y vean cómo destruí ese santuario por culpa de ustedes.

13 - Yo les he hablado muchas veces, pero no han querido escucharme; en vez de tomar en cuenta mis advertencias, han seguido haciendo lo malo. Les juro que así es.

14 - Por eso, aunque este templo es mi casa, y ustedes han puesto en él su confianza, yo lo destruiré como destruí el santuario de Siló. Yo les di este templo a ustedes y a sus antepasados,

15 - pero los voy a expulsar de mi presencia, así como expulsé a todos sus hermanos, los descendientes de Efraín’.

16 - »Y ahora, Jeremías, escúchame bien: no me ruegues ni me supliques por este pueblo. No me insistas, porque no voy a escucharte.

17 - ¡Mira lo que pasa en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén!

18 - Los niños juntan la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres preparan la masa, ¡y hacen panes para adorar a la que llaman “reina del cielo”! Además, las ofrendas que presentan a otros dioses son un insulto para mí.

19 - Lo más vergonzoso es que, en realidad, no me insultan a mí; ¡se insultan ellos mismos! Les juro que así es.

20 - »Por eso, castigaré con furia a este lugar, y a los hombres y animales, a los árboles del campo y a los frutos de la tierra. ¡Mi enojo será como un fuego difícil de apagar! Les juro que así será.

21 - Si quieren, sigan juntando las ofrendas y los animales que presentan en mi honor, y empáchense con la carne.

22 - Pero lo cierto es que, cuando yo saqué de Egipto a sus antepasados, no les mandé presentarme ofrendas ni animales.

23 - Lo que sí les mandé fue que me obedecieran. Sólo así yo sería su Dios, y ellos serían mi pueblo. También les mandé obedecer mis mandamientos, para que siempre les fuera bien.

24 - Pero sus antepasados no me obedecieron ni me prestaron atención; al contrario, fueron tercos y actuaron con maldad. Fue así como, en vez de mejorar, empeoraron.

25 - Desde el día en que sus antepasados salieron de Egipto y hasta ahora, yo no he dejado de enviarles a mis servidores, los profetas. Lo he hecho una y otra vez,

26 - y a pesar de todo eso, ellos no me obedecen ni me prestan atención, sino que son peores que sus antepasados.

27 - »Jeremías, diles todo esto, aunque yo sé que no te van a contestar, y ni siquiera te harán caso.

28 - Diles que son una nación mentirosa, que no ha querido obedecerme ni ha aceptado ser corregida».

29 - «Habitantes de Jerusalén, vístanse de luto; vayan a las montañas desiertas y canten una canción fúnebre. Ustedes me hicieron enojar, y por eso los he rechazado; ¡los he abandonado por completo!

30 - »Ustedes, que son descendientes de Judá, han cometido el peor de los males: Han llenado de pecado este templo, que es mi casa, al poner allí sus ídolos asquerosos. Les juro que así es.

31 - Para colmo, en el valle de Ben-hinom construyeron el santuario de Tófet, y sobre el altar quemaron a sus hijos y a sus hijas. Pero eso es algo que jamás les ordené y ni siquiera se me ocurrió.

32 - Por eso, vienen días en que ese lugar no se llamará más santuario de Tófet ni valle de Ben-hinom, sino Valle de la Matanza. ¡Allí enterrarán a sus muertos, porque no habrá otro lugar!

33 - Las aves del cielo y los animales de la tierra se comerán los cadáveres de esta gente, y nadie lo podrá evitar.

34 - Haré que en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén dejen de escucharse los gritos de alegría y de entusiasmo, y las canciones de los novios y las novias, porque el país quedará convertido en un horrible desierto.