Jeremias 13:20 - Biblia en Lenguaje Sencillo

Libro de Jeremias
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1 - En Anatot, Dios me dijo: —Jeremías, cómprate un calzoncillo de tela de lino, y póntelo; pero no lo laves.

2 - Yo fui y compré el calzoncillo, y me lo puse, tal como Dios me lo había ordenado.

3 - Entonces Dios volvió a decirme:

4 - —Ahora, toma ese mismo calzoncillo y vete al río Éufrates para esconderlo allí, en la grieta de una roca.

5 - Yo fui al río Éufrates y lo escondí, tal como Dios me lo había ordenado.

6 - Pero tiempo después Dios volvió a decirme: —Jeremías, ve al río Éufrates y busca el calzoncillo que te mandé esconder.

7 - Yo fui al río Éufrates, y saqué el calzoncillo del hoyo donde lo había escondido, pero el calzoncillo ya estaba podrido y no servía para nada.

8 - Entonces Dios me dijo:

9 - —Así como se ha podrido el calzoncillo, así también haré que se pudran el reino de Judá y su capital Jerusalén. Son gente muy terca, orgullosa y malvada; no quieren obedecerme, y para colmo adoran a otros dioses. ¡Pero quedarán como este calzoncillo, que no sirve para nada!

11 - Yo quise que toda la gente de Israel y de Judá se ajustaran a mi ley, así como el calzoncillo se ajusta a la cintura de quien lo lleva puesto. Sólo así serían mi pueblo, y gozarían de fama y respeto, y la gente los alabaría. ¡Pero no quisieron obedecerme! Te aseguro que así será.

12 - »Ahora, Jeremías, dile a mi pueblo: “Todas las vasijas deben llenarse de vino”. Si ellos te dicen que eso ya lo saben,

13 - tú les responderás: “Dios me mandó a decirles que él va a emborrachar con vino a todos los que viven en este país. Emborrachará a los reyes que descienden del rey David, a los sacerdotes, a los profetas, y a todos los habitantes de Jerusalén.

14 - Dios hará que se destrocen entre ustedes mismos, padres e hijos por igual. No va a tenerles lástima; ¡los destruirá sin compasión!” Te juro que así será».

15 - Jeremías le dijo al pueblo: «¡Escúchenme, no sean tan orgullosos! ¡Préstenme atención, que Dios ha hablado!

16 - Den honra a nuestro Dios, antes de que él mande las tinieblas y ustedes tropiecen en la oscuridad. La salvación que ustedes esperan, Dios la cambiará en profunda oscuridad.

17 - Si por causa de su orgullo ustedes no obedecen, lloraré amargamente y en secreto, hasta que ya no pueda más, porque ustedes, pueblo de Dios, serán llevados presos a una nación lejana.

18 - »Díganle al rey, y también a su madre, que bajen de su trono y se sienten en el suelo, pues ya no tienen derecho a lucir sus hermosas coronas.

19 - El ejército enemigo ha rodeado las ciudades del desierto del sur, y nadie puede entrar ni salir. Todos los habitantes de Judá serán llevados prisioneros.

20 - »Ustedes, los que viven en Jerusalén, salgan a ver a sus enemigos: ¡ya vienen del norte! Ustedes estaban muy orgullosos del pueblo que Dios les dio a cuidar; pero ese pueblo se ha perdido.

21 - Cuando Dios les ponga por jefes a sus amigos preferidos, en quienes ustedes confiaban, lo van a lamentar. Van a sentir los mismos dolores que una mujer cuando tiene un hijo.

22 - Cuando esto les pase, no se sorprendan, pues si los desnudan y los violan, será por sus muchos pecados.

23 - »Nadie puede cambiar el color de su piel, ni puede el leopardo quitarse sus manchas; ¡tampoco ustedes pueden hacer lo bueno, pues sólo saben hacer lo malo!

24 - »Dios los dispersará por todas las naciones. Serán como la paja que se lleva el viento.

25 - ¡Eso es lo que se merecen, ya que ustedes se olvidaron de mí, y decidieron confiar en dioses falsos!

26 - ¡También los dejaré desnudos para que pasen vergüenza!

27 - Ustedes, habitantes de Jerusalén, son igual que una prostituta. Han adorado a dioses falsos en los campos y en las colinas. Han sido un pueblo infiel. Yo lo he visto, y digo: “Este pueblo nunca cambiará”.»