Hebreos 4:8 - Biblia en Lenguaje Sencillo

Libro de Hebreos
Capitulos:

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1 - Por eso, mientras siga en pie la promesa de descansar con Dios, debemos tener cuidado. Sería una lástima que alguno de ustedes no pudiera recibir de Dios ese descanso.

2 - Porque nosotros oímos la buena noticia, igual que aquellos israelitas que salieron de Egipto. Sólo que a ellos no les sirvió de nada oírla, porque no creyeron en el mensaje.

3 - Nosotros, en cambio, los que sí hemos creído en la buena noticia, disfrutaremos de la paz y de la tranquilidad que Dios nos ha prometido. Pero a los que no creyeron, Dios les dijo: «Por eso, ya enojado decidí: “No voy a permitirles entrar en la tierra prometida, donde los haré descansar.”» Dios dijo esto, refiriéndose a su descanso cuando terminó de crear el mundo.

4 - Porque en alguna parte de la Biblia se habla así del día sábado: «En el séptimo día Dios descansó de todo su trabajo.»

5 - Y en cuanto a este punto, vuelve a decir: «Ustedes jamás entrarán en mi lugar de reposo.»

6 - Los primeros en oír la buena noticia desobedecieron a Dios, y por eso no pudieron recibir su descanso. Pero la promesa de Dios sigue en pie,

7 - porque él nos dio una nueva oportunidad, como lo dijo por medio de David en el pasaje de la Biblia, que ya mencionamos: «Si hoy escuchan la voz de Dios, no sean tan tercos.»

8 - Si Josué hubiera podido hacer que los israelitas descansaran realmente en paz y tranquilidad, Dios no habría hablado de otra oportunidad.

9 - Pero todavía esperamos el día en que nosotros, el pueblo de Dios, recibiremos el descanso que Dios nos ha prometido.

10 - En ese día, el pueblo de Dios descansará por fin de su trabajo, así como Dios descansó del suyo.

11 - Por eso, hagamos todo lo posible por obedecer a Dios, para que en ese día recibamos su descanso. No sigamos el ejemplo de los que no creyeron la buena noticia.

12 - Cada palabra que Dios pronuncia tiene poder y tiene vida. La Palabra de Dios es más cortante que una espada de dos filos, y penetra hasta lo más profundo de nuestro ser. Allí examina nuestros pensamientos y deseos, y deja en claro si son buenos o malos.

13 - Nada de lo que Dios ha creado puede esconderse de él, pues Dios puede verlo todo con claridad, y ante él seremos responsables de todo lo que hemos hecho.

14 - Jesús es el Hijo de Dios, y es nuestro gran Jefe de sacerdotes, que ha subido al cielo. Por eso debemos seguir confiando en él.

15 - El diablo le puso a Jesús las mismas trampas que nos pone a nosotros para hacernos pecar, sólo que Jesús nunca pecó. Por eso, él puede entender que nos resulta difícil obedecer a Dios.

16 - Así que, cuando tengamos alguna necesidad, acerquémonos con confianza al trono de Dios. Él nos ayudará, porque es bueno y nos ama.