Ezequiel 27:22 - Biblia en Lenguaje Sencillo

Libro de Ezequiel
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1 - Dios también me dijo:

2 - «Dedica este lamento a la ciudad de Tiro por su destrucción. Dale este mensaje de parte del Dios de Israel:

3 - “Tú, ciudad de Tiro, te creías bella y perfecta; te aprovechaste de estar junto al mar para comerciar con muchos países.

4 - Ciertamente, dominabas los mares. Tenías la belleza de un barco bien construido.

5 - Tu casco lo hicieron con pinos del monte Senir; tu palo mayor fue labrado en cedro del monte Líbano.

6 - Tus remos eran de roble, fina madera del monte de Basán. Las tablas de tu cubierta eran de ciprés traído de Chipre. Todas ellas estaban adornadas con incrustaciones de marfil.

7 - Tus velas te servían de bandera, y eran de fino bordado egipcio. Tus toldos, de tela roja y morada, los trajeron de las costas de Elisá.

8 - ”Contabas con una tripulación experta. Tenías los mejores capitanes y marinos: gente de Tiro, Arvad y Sidón.

9 - Tus daños los reparaban expertos carpinteros de Guebal. Marineros de todas partes hacían negocios en tus puertos.

10 - Tu ejército estaba formado por gente de Persia, Lidia y Libia; cuando te adornaban con sus armas, hacían que te vieras muy hermosa.

11 - ”Soldados de Arvad y de Gamad defendían tus murallas con la ayuda de tu ejército. Todo el tiempo vigilaban tus torres, y cuando colgaban sus escudos a lo largo de tus murallas, hacían que te vieras más hermosa.

12 - ”Tú, ciudad de Tiro, eras tan rica que la gente de Tarsis venía para hacer negocios contigo. Tu mercancía la pagaban con plata, plomo, hierro y estaño.

13 - También los comerciantes de Grecia, Tubal y Mésec compraban tus mercancías, y te pagaban con esclavos y con utensilios de bronce.

14 - La gente de Bet-togarmá te pagaba con finos caballos para montar, y con caballos y mulas para el trabajo.

15 - También hacías negocios con los comerciantes de Dedán y de otros puertos lejanos, los cuales te pagaban con marfil y con madera de ébano.

16 - ”Tus mercancías eran tan variadas, y tu riqueza tan grande, que hasta los sirios comerciaban contigo, y te pagaban con piedras preciosas y telas muy finas. También Israel y Judá te compraban mercancías, y te pagaban con su mejor trigo, y con pasteles, miel, aceite de oliva y especias aromáticas. Damasco te pagaba con vino de Helbón y con lana de Sahar.

19 - Los comerciantes de Dan y los griegos te traían de Uzal hierro forjado y especias aromáticas.

20 - ”La gente de Dedán te pagaba con sillas de montar.

21 - Los de Arabia y todos los príncipes de Quedar te pagaban con corderos, chivos y carneros.

22 - Tus clientes de Sabá y Raamá te pagaban con finos perfumes, y con oro y piedras preciosas.

23 - Entre tus clientes estaban también los comerciantes de Harán, Cané, Edén, Sabá, Asiria y Media;

24 - ellos te vendían telas finas, mantos bordados de color púrpura, tapices de muchos colores y fuertes cuerdas trenzadas.

25 - ¡Las naves de Tarsis transportaban tus mercancías! ”Tú, ciudad de Tiro, parecías un barco en alta mar cuando va cargado de riquezas.

26 - Pero tus marinos te llevaron por los mares más profundos, y allí te hizo pedazos el fuerte viento del este.

27 - ¡Al fondo del mar se fueron tus mercancías y tus productos! El día que te hundiste, se fueron al fondo del mar todas tus riquezas, tus marineros y tus capitanes, tus carpinteros y tus comerciantes, tus soldados y tus pasajeros.

28 - ”Tus capitanes pedían ayuda, y temblaba la gente de las costas;

29 - los marineros se lanzaron al agua, y bajaron a tierra junto con los capitanes.

30 - Sus gritos eran desesperados; amargamente lloraban por ti, se pusieron ropa de luto, y de muchas otras maneras mostraron su dolor.

32 - Entonaron por ti un lamento, y exclamaron con gran tristeza: ‘¡Ay, ciudad incomparable, ahora estás en el fondo del mar!’

33 - ”Cuando bajaban de los barcos las mercancías que vendías, las naciones quedaban satisfechas; con tus riquezas y abundantes productos se enriquecían los reyes del mundo.

34 - Pero te hundiste en el océano; ya descansas en el fondo del mar. ¡Y contigo se hundieron también tus mercancías y tus pasajeros!

35 - ”Esto que te ha sucedido hace que tiemble de miedo la gente que vive en las costas. Sus reyes están espantados; en la cara se les nota el terror.

36 - Los comerciantes de otras naciones te lanzan silbidos de burla. ¡Eres motivo de espanto porque has dejado de existir!”»