Salmos 44:22 - La Biblia Latinoamericana

Libro de Salmos
Capitulos:

123456789101112131415161718192021222324252627282930313233343536373839404142434445464748495051525354555657585960616263646566676869707172737475767778798081828384858687888990919293949596979899100101102103104105106107108109110111112113114115116117118119120121122123124125126127128129130131132133134135136137138139140141142143144145146147148149150

1 - Lo escuchamos, oh Dios, con nuestros oídos y nos lo transmitieron nuestros padres: las hazañas que en su época tú hiciste, con tu propia mano, en otros tiempos.

2 - Para implantarlos, expulsaste a naciones y para extenderlos, maltrataste a pueblos.

3 - No conquistó al país su propia espada, ni su brazo los hizo vencedores, sino que fueron tu diestra y tu brazo y la luz de tu rostro, porque los amabas.

4 - Tú, mi rey y mi Dios es quien decide las victorias de Jacob.

5 - Por ti hundimos a nuestros adversarios y en tu nombre pisamos a nuestros agresores.

6 - No es mi arco en quien yo confío, ni es mi espada quien me da la victoria;

7 - mas por ti vencemos a nuestros adversarios, tú dejas en vergüenza a los que nos odian.

8 - A Dios cada día celebramos y sin cesar alabamos tu nombre.

9 - Ahora, en cambio, nos rechazas y humillas y no sales al frente de nuestras tropas.

10 - Nos haces ceder ante el adversario y los que nos odian saquean a gusto.

11 - Nos entregas como ovejas a la matanza, y nos dispersas en medio de las naciones.

12 - Vendes a tu pueblo por un precio irrisorio y no ganas nada con tu negocio.

13 - Nos haces el escarnio de nuestros vecinos, todos en derredor se burlan y se ríen.

14 - Servimos de escarmiento a las naciones, y los pueblos menean la cabeza.

15 - Tengo siempre delante mi deshonra y enrojece mi rostro la vergüenza

16 - al oír los insultos y blasfemias, al ver el odio y la venganza.

17 - Todo esto nos pasó sin que nosotros te olvidáramos o rompiéramos tu alianza.

18 - No se dio vuelta nuestro corazón ni dejaron tu senda nuestros pasos.

19 - Pero nos aplastaste en el desierto, y nos cubrió la sombra de la muerte.

20 - Si hubiéramos olvidado el nombre de nuestro Dios tendiendo las manos hacia un dios extranjero,

21 - ¿no es cierto que Dios lo hubiera visto, el que conoce los secretos del corazón?

22 - Por tu causa nos matan a cada rato, y nos vemos como ovejas ante el cuchillo.

23 - Despiértate, ¿por qué duermes, Señor? ¡Levántate y ven a socorrernos!

24 - ¿Por qué escondes tu cara? ¿olvidas nuestra opresión, nuestra miseria?

25 - Nos arrastramos por el polvo y a la tierra se pega nuestro vientre.

26 - ¡Levántate, Señor, y socórrenos, acuérdate de tu bondad y líbranos!