Romanos 2:21 - La Biblia Latinoamericana

Libro de Romanos
Capitulos:

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1 - Por lo tanto, amigo mío, si eres capaz de juzgar, ya no tienes disculpa. Te condenas a ti mismo cuando juzgas a los demás, pues tú haces lo que estás condenando.

2 - Nos parece bien que Dios condene a los que hacen tales cosas,

3 - pero tú, que haces lo mismo, ¿piensas que escaparás del juicio de Dios porque tanto tú como él condenan a los demás?

4 - Esto sería aprovecharte de Dios y de su inmensa bondad, paciencia y comprensión, y no ver que esa bondad te quiere llevar a la conversión.

5 - Si tu corazón se endurece y te niegas a cambiar, te estás preparando para ti mismo un gran castigo para el día del juicio, cuando Dios se presente como justo Juez.

6 - El pagará a cada uno de acuerdo con sus obras.

7 - Dará vida eterna a quien haya seguido el camino de la gloria, del honor y la inmortalidad, siendo constante en hacer el bien;

8 - y en cambio habrá sentencia de reprobación para quienes no han seguido la verdad, sino más bien la injusticia.

9 - Habrá sufrimientos y angustias para todos los seres humanos que hayan hecho el mal, en primer lugar para el judío, y también para el griego.

10 - La gloria, en cambio, el honor y la paz serán para todos los que han hecho el bien, en primer lugar para el judío, y también para el griego,

11 - porque Dios no hace distinción de personas.

12 - Quienes pecaron sin conocer la Ley, serán eliminados sin que se hable de la Ley; y los que pecaron conociendo la Ley, serán juzgados por la Ley.

13 - Porque no son justos ante Dios los que escuchan la Ley, sino los que la cumplen.

14 - Cuando los paganos, que no tienen ley, cumplen naturalmente lo que manda la Ley, están escribiendo ellos mismos esa ley que no tienen,

15 - y así demuestran que las exigencias de la Ley están grabadas en sus corazones. Serán juzgados por su propia conciencia, y los acusará o los aprobará su propia razón

16 - el día en que Dios juzgue lo más íntimo de las personas por medio de Jesucristo. Es lo que dice mi Evangelio.

17 - Porque imagina lo siguiente: tú eres judío, y te apoyas en la Ley y te sientes orgulloso de tu Dios;

18 - conoces su voluntad porque la Ley te la enseñó, y sabes cómo actuar según las circunstancias...;

19 - tú te crees guía de ciegos, luz en la oscuridad,

20 - maestro de los que no saben, el que enseña a los pequeños, y posees en la Ley todo lo esencial, y las normas del conocimiento y de la verdad...

21 - Pues bien, tú que enseñas a los demás, ¿por qué no te instruyes a ti mismo? Dices que no hay que robar, ¡y tú robas!

22 - Dices que no se debe engañar a la propia esposa, ¡y tú lo haces! Afirmas que aborreces a los ídolos, pero ¡robas en sus templos!

23 - Te sientes orgulloso de la Ley, pero pasas por encima de ella, de tal manera que deshonras a tu Dios.

24 - Ya lo dice la Escritura: Ustedes son causa de que los paganos insulten el nombre de Dios.

25 - La circuncisión te sirve si cumples la Ley; pero si no la cumples, te colocas entre los que no están circuncidados.

26 - Por el contrario, si uno de ellos cumple los mandatos de la Ley, será considerado exactamente como un circuncidado.

27 - El que cumple la Ley sin estar marcado físicamente con la circuncisión podrá juzgarte a ti, que eres infiel a la Ley a pesar de que tienes a la vez la circuncisión y la Ley.

28 - Porque lo que a uno lo hace judío no es algo exterior, y la circuncisión real no es la que está hecha en el cuerpo.

29 - Ser judío es una realidad íntima, y la circuncisión debe ser la del corazón, obra espiritual y no cuestión de leyes escritas. No es algo que puedan valorar los hombres, sino sólo Dios.