Lucas 23:43 - La Biblia Latinoamericana

Libro de Lucas
Capitulos:

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1 - El Consejo en pleno se levantó y llevaron a Jesús ante Pilato.

2 - Allí empezaron con sus acusaciones: "Hemos comprobado que este hombre es un agitador. Se opone a que se paguen los impuestos al César y pretende ser el rey enviado por Dios."

3 - Entonces Pilato lo interrogó en estos términos: "¿Eres tú el rey de los judíos?" Jesús le contestó: "Tú eres el que lo dice."

4 - Pilato se dirigió a los jefes de los sacerdotes y a la multitud. Les dijo: "Yo no encuentro delito alguno en este hombre."

5 - Pero ellos insistieron: "Está enseñando por todo el país de los judíos y sublevando al pueblo. Comenzó en Galilea y ha llegado hasta aquí."

6 - Al oír esto, Pilato preguntó si aquel hombre era galileo.

7 - Cuando supo que Jesús pertenecía a la jurisdicción de Herodes, se lo envió, pues Herodes se hallaba también en Jerusalén por aquellos días.

8 - Al ver a Jesús, Herodes se alegró mucho. Hacía tiempo que deseaba verlo por las cosas que oía de él, y esperaba que Jesús hiciera algún milagro en su presencia.

9 - Le hizo, pues, un montón de preguntas. Pero Jesús no contestó nada,

10 - mientras los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley permanecían frente a él y reiteraban sus acusaciones.

11 - Herodes con su guardia lo trató con desprecio; para burlarse de él lo cubrió con un manto espléndido y lo devolvió a Pilato.

12 - Y ese mismo día Herodes y Pilato, que eran enemigos, se hicieron amigos.

13 - Pilato convocó a los jefes de los sacerdotes, a los jefes de los judíos y al pueblo

14 - y les dijo: "Ustedes han traído ante mí a este hombre acusándolo de sublevar al pueblo. Pero después de interrogarlo en presencia de ustedes no he podido comprobar ninguno de los cargos que le hacen.

15 - Y tampoco Herodes, pues me lo devolvió. Es evidente que este hombre no ha hecho nada que merezca la muerte.

16 - Así que después de castigarlo lo dejaré en libertad." (

17 - )

18 - Pero todos ellos se pusieron a gritar: "¡Elimina a éste y devuélvenos a Barrabás!

19 - Este Barrabás había sido encarcelado por algunos disturbios y un asesinato en la ciudad.

20 - Pilato, que quería librar a Jesús, les dirigió de nuevo la palabra,

21 - pero ellos seguían gritando: "¡Crucifícalo, crucifícalo!"

22 - Por tercera vez les dijo: "Pero ¿qué mal ha hecho este hombre? Yo no he encontrado nada que merezca la muerte; por eso, después de azotarlo, lo dejaré en libertad."

23 - Pero ellos insistían a grandes voces pidiendo que fuera crucificado, y el griterío iba en aumento.

24 - Entonces Pilato pronunció la sentencia que ellos reclamaban.

25 - Soltó al que estaba preso por agitador y asesino, pues a éste lo querían, y entregó a Jesús como ellos pedían.

26 - Cuando lo llevaban, encontraron a un tal Simón de Cirene, que volvía del campo, y le cargaron con la cruz para que la llevara detrás de Jesús.

27 - Lo seguía muchísima gente, especialmente mujeres que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él.

28 - Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: "Hijas de Jerusalén, no lloren por mí. Lloren más bien por ustedes mismas y por sus hijos.

29 - Porque llegarán días en que se dirá: "Felices las mujeres que no tienen hijos. Felices las que no dieron a luz ni amamantaron."

30 - Entonces dirán: "¡Que caigan sobre nosotros los montes, y nos sepulten los cerros!"

31 - Porque si así tratan al árbol verde, ¿qué harán con el seco?"

32 - Junto con Jesús llevaban también a dos malhechores para ejecutarlos.

33 - Al llegar al lugar llamado de la Calavera, lo crucificaron allí, y con él a los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda.

34 - (Mientras tanto Jesús decía: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.") Después los soldados se repartieron sus ropas echándolas a suerte.

35 - La gente estaba allí mirando; los jefes, por su parte, se burlaban diciendo: "Si salvó a otros, que se salve a sí mismo, ya que es el Mesías de Dios, el Elegido."

36 - También los soldados se burlaban de él. Le ofrecieron vino agridulce

37 - diciendo: "Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo."

38 - Porque había sobre la cruz un letrero que decía: "Este es el rey de los judíos."

39 - Uno de los malhechores que estaban crucificados con Jesús lo insultaba: "¿No eres tú el Mesías? ¡Sálvate a ti mismo y también a nosotros."

40 - Pero el otro lo reprendió diciendo: "¿No temes a Dios tú, que estás en el mismo suplicio?

41 - Nosotros lo hemos merecido y pagamos por lo que hemos hecho,

42 - pero éste no ha hecho nada malo." Y añadió: "Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu Reino."

43 - Jesús le respondió: "En verdad te digo que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso."

44 - Hacia el mediodía se ocultó el sol y todo el país quedó en tinieblas hasta las tres de la tarde.

45 - En ese momento la cortina del Templo se rasgó por la mitad,

46 - y Jesús gritó muy fuerte: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". Y dichas estas palabras, expiró.

47 - El capitán, al ver lo que había sucedido, reconoció la mano de Dios y dijo: "Realmente este hombre era un justo."

48 - Y toda la gente que se había reunido para ver este espectáculo, al ver lo ocurrido, comenzó a irse golpeándose el pecho.

49 - Estaban a distancia los conocidos de Jesús, especialmente las mujeres que lo habían acompañado desde Galilea, y todo esto lo presenciaron ellas.

50 - Intervino entonces un hombre bueno y justo llamado José, que era miembro del Consejo Supremo,

51 - pero que no había estado de acuerdo con los planes ni actos de los otros. Era de Arimatea, una ciudad de Judea, y esperaba el Reino de Dios.

52 - Se presentó, pues, ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.

53 - Después de bajarlo de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo depositó en un sepulcro nuevo cavado en la roca, donde nadie había sido enterrado aún.

54 - Era el día de la Preparación de la Pascua y ya estaba para comenzar el día sábado.

55 - Las mujeres que habían venido desde Galilea con Jesús no se habían alejado; vieron de cerca el sepulcro y cómo colocaban su cuerpo.

56 - Después que volvieron a sus casas, prepararon perfumes y mirra, y el sábado descansaron, según manda la Ley.