Jueces 9:8 - La Biblia Latinoamericana

Libro de Jueces
Capitulos:

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1 - Abimelec, hijo de Jerubaal, fue a ver a los hermanos de su madre en Siquem. Y les dijo, como también a toda la familia de su abuelo materno:

2 - Hagan esta pregunta a los señores de Siquem: ¿Prefieren ser gobernados por setenta hombres, todos hijos de Jerubaal, o tener un solo patrón? Acuérdense que yo soy de su sangre".

3 - Los hermanos de su madre transmitieron todas estas palabras a los señores de Siquem, quienes se decidieron en favor de Abimelec, pues se decían: "Es nuestro hermano".

4 - Le entregaron setenta siclos de plata que tomaron del templo de Baal-Berit, y con este dinero Abimelec contrató a granujas y aventureros que se pusieron a su servicio.

5 - Se dirigió luego a Ofra, a la casa de su padre, y masacró a sus hermanos, los hijos de Jerubaal: los setenta fueron ejecutados en la misma roca. El menor de los hijos de Jerubaal, Yotam, se había escondido y escapó.

6 - Entonces todos los notables de Siquem y de Bet-Milló se reunieron y proclamaron rey a Abimelec, cerca de la Encina de la Estela, que está en Siquem.

7 - Le comunicaron la noticia a Yotam. Este subió a la cima del monte Garizim y desde allí gritó con todas sus fuerzas: "¡Escúchenme, notables de Siquem y Dios los escuche!

8 - Un día salieron los árboles en busca de un rey. Dijeron al olivo: ¡Sé tú nuestro rey!

9 - Pero el olivo les respondió: ¿Tendré que dejar mi aceite, tan apreciada por los dioses y los hombres, para ir a balancearme por encima de los demás árboles?

10 - Los árboles se dirigieron entonces a la higuera: ¡Ven, tú serás nuestro rey!

11 - La higuera les respondió: ¿Tendré que renunciar al dulzor de mi fruta tan apreciada para ir a balancearme por encima de los demás árboles?

12 - Luego los árboles fueron donde la vid: ¡Ven, tú serás nuestro rey!

13 - Pero la vid les respondió: ¿Tendré que renunciar a mi uva, que tanto alegra a los dioses y a los hombres, para ir a balancearme por encima de los árboles?

14 - Entonces los árboles fueron a buscar a la zarza espinosa: ¡Ven, tú serás nuestro rey!

15 - Y la zarza espinosa respondió a los árboles: "Si realmente quieren hacerme rey y que los mande, vengan y quédense bajo mi sombra. Si no, saldrá fuego de la zarza espinosa y devorará hasta el cedro del Líbano.

16 - Pues bien, ¿han actuado ustedes con lealtad y honradez al hacer rey a Abimelec? ¿Se han portado bien con Jerubaal y su familia? ¿La han tratado como corresponde?

17 - ¿No combatió mi padre por ustedes? ¿No arriesgó su vida por ustedes? ¿No los libró acaso de manos de los madianitas?

18 - Sin embargo, ustedes se han alzado ahora contra la familia de mi padre, han dado muerte a sus hijos, a los setenta en una misma roca. Y han convertido a Abimelec, el hijo de una esclava, en rey de los señores de Siquem, porque es de su sangre.

19 - Pues bien, si ustedes se han mostrado ahora fieles y leales a Jerubaal y a su casa, les deseo que Abimelec sea su dicha y ustedes la de él.

20 - Pero si no, que salga un fuego de Abimelec y devore a la gente de Siquem y de Bet-Milló, y que salga un fuego de la gente de Siquem y de Bet-Milló y devore a Abimelec".

21 - En seguida Yotam se dio a la fuga y se refugió en Beer; allí se quedó porque tenía miedo de su hermano Abimelec.

22 - Abimelec gobernó a Israel tres años.

23 - Pero Dios envió un espíritu de discordia entre Abimelec y los habitantes de Siquem, y éstos traicionaron a Abimelec.

24 - Así fue como iba a ser vengado el crimen cometido con los setenta hijos de Jerubaal; su sangre recayó sobre Abimelec, su hermano, que los había asesinado y sobre la gente de Siquem que lo había ayudado a matar a sus hermanos.

25 - Para perjudicarlo, la gente de Siquem preparaba emboscadas en los desfiladeros de la montaña, de hombres que asaltaban a todos los que pasaban por allí cerca; se lo contaron a Abimelec.

26 - Llegó entonces Gaal, hijo de Obed, con sus hermanos. Se establecieron en Siquem y se ganaron la confianza de la gente de Siquem.

27 - Fueron al campo a hacer la vendimia de sus viñas, pisaron las uvas y prepararon una fiesta. Luego entraron en el templo de sus dioses, comieron y tomaron, y maldijeron a Abimelec.

28 - Gaal, hijo de Obed, dijo entonces: "¿Quién es ese Abimelec y qué es Siquem para que estemos a su servicio? Este hijo de Jerubaal y su segundón Zebul servían a los hombres de Hamor, padre de Siquem, ¿y nosotros ahora le serviríamos?

29 - ¡Ojalá fuera yo el jefe de este pueblo! Echaría a Abimelec y le diría: "¡Abimelec, ven para acá con todo tu ejército!"

30 - Las palabras de Gaal, hijo de Obed, irritaron a Zebul, gobernador de la ciudad.

31 - Envió secretamente mensajeros a Abimelec para decirle: "Gaal, hijo de Obed, acaba de llegar a Siquem con sus hermanos y han sublevado la ciudad en contra tuya.

32 - Levántate pues de noche junto con el pueblo que te acompaña y escóndete en el campo.

33 - Mañana, cuando salga el sol, levántate y ataca la ciudad. Y cuando Gaal y los que están con él salgan a enfrentarte, actúa como lo permitan las circunstancias".

34 - Pues bien, Abimelec y todos los que estaban con él se levantaron de noche, y se pusieron al acecho alrededor de Siquem, repartidos en cuatro grupos.

35 - Cuando Gaal, hijo de Obed, vino a apostarse a la entrada de la ciudad, Abimelec y todos los que estaban con él salieron de su escondite.

36 - Al ver esa tropa, Gaal dijo a Zebul: "Veo gente que baja de lo alto de la montaña". Zebul le respondió: "Tomas por hombres una sombra de la montaña".

37 - De nuevo tomó la palabra Gaal y le dijo: "Distingo a una tropa que baja de tierra adentro. Y otro grupo viene por el camino de la Encina de los Astrólogos".

38 - Entonces Zebul le replicó: "¿Se te perdió ya esa lengua con la que decías: ¿quién es Abimelec para que le sirvamos? Allí está esa gente que menospreciaste. ¡Sal ahora y pelea con él!"

39 - Salió pues Gaal a la cabeza de la gente de Siquem y se puso a combatir con Abimelec.

40 - Pero Abimelec lo persiguió y Gaal huyó delante de él: muchos perecieron antes de llegar a la puerta.

41 - Abimelec se quedó entonces en Aruma. Zebul por su parte expulsó a Gaal y a sus hermanos y les prohibió volver a Siquem.

42 - Al día siguiente, el pueblo salió al campo. Se lo comunicaron a Abimelec.

43 - Reunió a sus hombres y los repartió en tres grupos, luego tendieron una emboscada en el campo. Apenas vio que la gente salía de la ciudad, se lanzó sobre ellos.

44 - Abimelec con sus hombres corrieron para ubicarse a la entrada de la ciudad. Los otros dos destacamentos mientras tanto se lanzaban contra todos los que estaban en el campo y los mataban.

45 - Abimelec llevó a cabo el asalto de la ciudad durante todo ese día, se apoderó de ella y masacró a todos sus habitantes. Luego arrasó la ciudad y desparramó sal.

46 - Al saber eso, toda la gente de la Torre de Siquem se refugiaron en la cripta del templo de El-Berit.

47 - Cuando avisaron a Abimelec que toda la gente de la Torre de Siquem se había congregado allí,

48 - tomó un hacha de doble filo con la que cortó un árbol, lo levantó y se lo puso al hombro. Luego dijo a los que lo acompañaban: "Vieron lo que hice, apresúrense en hacer lo mismo que yo".

49 - Cada uno de sus hombres cortó entonces una rama. Salieron caminando tras Abimelec y pusieron las ramas sobre la cripta, luego le prendieron fuego y quemaron la cripta. Así murió toda esa gente de la Torre de Siquem: cerca de mil hombres y mujeres.

50 - Abimelec se dirigió a Tebés; la sitió y se apoderó de ella.

51 - Pero había dentro de la ciudad una torre fortificada en la que se refugiaron hombres y mujeres, toda la gente noble de la ciudad. Cerraron la puerta tras ellos y se subieron a la terraza de la torre.

52 - Abimelec se acercó al pie de la torre para atacarla y avanzó hasta la puerta de la torre para prenderle fuego.

53 - Pero una mujer dejó caer sobre su cabeza una piedra de molino, que le partió el cráneo.

54 - Inmediatamente llamó a su escudero y le dijo: "¡Saca tu espada y mátame! No quiero que digan de mí: Lo mató una mujer". Su escudero entonces lo traspasó y murió.

55 - Al ver los israelitas que había muerto Abimelec, se volvieron cada cual a su casa.

56 - Así fue como Dios devolvió a Abimelec el mal que éste había hecho a su padre asesinando a sus setenta hermanos,

57 - y Dios hizo que recayera sobre los hombres de Siquem toda su maldad. Así se cumplió en ellos la maldición de Yotam, hijo de Jerubaal.