Capitulos:
123
1 - Palabra de Yavé que fue dirigida a Joel, hijo de Petuel.
2 - ¡Oigan esto, ancianos!, escuchen todos los habitantes del país: ¿Ha sucedido algo semejante en sus tiempos, en tiempos de sus padres?
3 - Cuéntenselo a sus hijos y a sus nietos y a las generaciones venideras.
4 - Lo que dejó el gusano, lo devoró la langosta; lo que dejó la langosta, lo devoró el pulgón; lo que dejó el pulgón, lo devoró el grillo.
5 - Despierten, borrachos, y lloren; giman todos los bebedores de vino porque se nos quitó de la boca el vino nuevo.
6 - Una nación poderosa e innumerable ha invadido mi país; sus dientes son como dientes de león, y tienen colmillos de leona.
7 - En ruinas ha dejado mi viña y ha destrozado mis higueras, les sacó toda la corteza, las dejó peladas y con las ramas blancas..
8 - ¡Laméntate como la joven que, recién casada, llora por su esposo!
9 - No hay fruto que ofrecer en la Casa de Yavé, de duelo están los sacerdotes al servicio de Yavé.
10 - El campo ha sido desolado, de duelo está la tierra porque la cosecha del trigo está perdida; nos falta el vino y el aceite se nos ha terminado.
11 - Avergüéncense, labradores; giman, viñadores, por el trigo y la cebada, porque la cosecha de los campos está perdida.
12 - La viña se ha secado y la higuera languidece; el granado, la palmera y el manzano, todos los árboles del campo están secos, y se nos fue la alegría como avergonzada.
13 - Pónganse su cinturón, sacerdotes, y laméntense. Lloren, ministros del Señor. Vengan a pasar la noche cubiertos de saco, ministros de mi Dios. Ya no se ven ofrendas ni vino en la casa de su Dios.
14 - Proclamen un ayuno y una asamblea santa, congreguen a los ancianos y a toda la gente del campo en la Casa de Yavé, su Dios, y clamen a él.
15 - ¡Ay, qué día! Se acerca el día de Yavé! Es como una devastación mandada por el Todopoderoso.
16 - Ya no vemos con qué mantenernos y toda alegría ha huido de la casa de nuestro Dios.
17 - La semilla se secó debajo de los terrones, los graneros están vacíos y las granjas arruinadas porque no hay grano. ¡Cómo mugen los animales!
18 - Las manadas de bueyes andan locas porque no tienen pasto, y perecen los rebaños.
19 - Oh Yavé, a ti clamo, porque el fuego ha consumido los árboles del campo.
20 - Hasta las bestias del campo se vuelven a ti ávidas porque se han secado los arroyos y el fuego ha devorado los prados del llano.