Isaias 51:18 - La Biblia Latinoamericana

Libro de Isaias
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1 - Escúchenme ustedes, que anhelan la justiciapar ab y que buscan a Yavé.

2 - Vuelvan a su origen, miren la roca,par ab la cantera de donde fueron sacados;par ab miren a Abraham, su padre,par ab y a Sara, que los dio a luz.par ab Era uno solo cuando lo llamé,par ab pero lo bendije y se multiplicó.

3 - Pues bien, Yavé se ha compadecido de Siónpar ab y ahora quiere dar vida a sus ruinas,par ab transformar su soledad en un Paraísopar ab y su sequedad en un jardín de Yavé.par ab Entonces se lo agradecerán, tocando músicapar ab y lanzando vivas de entusiasmo y de alegría.

4 - Pueblos, pónganme atención,par ab y escúchenme, naciones,par ab porque de mí saldrá la Leypar ab y mis sentencias que serán la luz de los pueblos.

5 - Mi justicia está por llegar;par ab ya he mandado mi salvaciónpar ab y aquí vengo yo para gobernar a los pueblos.par ab Las islas también esperan en mípar ab y cuentan con mi intervención.

6 - Levanten los ojos al cielopar ab y miren después al suelo.par ab Miren que los cielos se derriten y se hacen humopar ab y la tierra se deshace como la ropapar ab mientras sus habitantes mueren como moscas.par ab Pero mi salvación durará para siemprepar ab y mi justicia nunca se acabará.

7 - Atiéndanme, ustedes que andan derecho,par ab pueblo mío que tienes mi ley en tu corazón.par ab No teman las injurias de los hombrespar ab ni se desmoralicen por sus insultos.

8 - Porque la polilla los roerá como ropa,par ab y sus larvas se los comerán como lana.par ab Pero mi justicia durará para siemprepar ab y mi salvación seguirá de siglos en siglos.

9 - ¡Despiértate, despiértate con toda tu fuerza, brazo de Yavé! Despiértate como pasó antes, en los tiempos antiguos. ¿No eres tú quien destrozó a Rahab y traspasó al dragón?

10 - ¿No eres tú el que secó el mar y las aguas profundas, e hiciste del fondo del mar un camino para que pasaran los que rescatabas?

11 - Así volverán los que ha salvado Yavé. Entrarán a Sión entre gritos de alegría, una dicha imperecedera hará brillar sus rostros. ¡Alegría y felicidad los acompañarán, y lejos quedarán las penas y los suspiros!

12 - Yo, yo soy el que te consuela. ¿Por qué tienes miedo a los hombres que mueren, a un hijo de hombre que desaparecerá como el pasto?

13 - ¿Acaso te has olvidado de Yavé, que te creó, que extendió los cielos y que fundó la tierra? Pues te lo pasas siempre asustado al ver la rabia del tirano, que trata, por todos los medios, de destruirte.par ab Pero, ¿dónde está ahora su rabia?

14 - Muy pronto saldrá en libertad el prisionero; no morirá en el calabozo, ni le faltará más el pan.

15 - Yo soy Yavé, tu Dios, que muevo el mar y hago rugir sus olas, mi nombre es Yavé de los Ejércitos.

16 - Cuando estaba estirando los cielos y echando los cimientos de la tierra, coloqué mis palabras en tu boca y te escondí bajo mi mano. Y dije a Sión: "Tú eres mi pueblo."

17 - ¡Despierta, despierta, levántate, Jerusalén! Tú que te serviste de la misma mano de Yavé la copa que contenía su enojo y que hace perder los sentidos, te la tomaste hasta dejarla vacía.

18 - Ella, que tuvo tantos hijos, no tiene ni uno para que la lleve; y, de todos los hijos que crió, no queda nadie para que la sostenga.

19 - ¿Quién te dará el pésame por estas dos desgracias que te han ocurrido: saqueo y ruina, hambre y espada?

20 - Has visto a tus hijos tirados, sin fuerzas, en las esquinas de las calles, como un antílope en una trampa, desmayados por el enojo de Yavé, por las amenazas de tu Dios.

21 - Por esto, óyeme, infeliz, que te has embriagado con algo que no es vino.

22 - Así te habla tu Señor, Yavé, tu Dios, defensor de tu pueblo: Yo quito de tu mano la copa que hace perder los sentidos, la copa de mi enojo; tú ya no volverás a tomarla.

23 - Yo se la pasaré a tus opresores que decían: Agáchate, para que pasemos por encima. Y tu espalda quedó como un camino por donde pasaba la gente.