Isaias 36:17 - La Biblia Latinoamericana

Libro de Isaias
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1 - En el año catorce del rey Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, subió contra todas las ciudades fortificadas de Judá y se apoderó de ellas.

2 - El rey de Asiria, desde Laquis, envió donde el rey Ezequías a uno de sus generales con una numerosa tropa. El general se colocó cerca del canal del estanque superior, junto al camino del campo del batanero.

3 - A su encuentro salieron el mayordomo del palacio Eliaquim, el secretario Sobná y el canciller Joás, hijo de Asaf.

4 - El general les dijo: "Transmitan este recado a Ezequías. Así habla el rey de Asur: ¿En qué pones tu confianza? ¿Acaso crees que para hacer la guerra algunas declaraciones reemplazan a la sabiduría y a la fuerza?

5 - ¿En quién te apoyas para rebelarte contra mí?"

6 - Ya sé, tú cuentas con la ayuda de esa caña rota que es Egipto, que rompe y traspasa la mano del que se apoya en ella. Así se porta Faraón con todos los que confían en él. Ustedes, tal vez, me dirán:

7 - No es cierto, porque nosotros solamente hemos confiado en Yavé; pero, ¿no son justamente sus altares y sus lugares altos los que ha suprimido Ezequías, diciéndole a la gente de Judá y Jerusalén: "Ustedes deben agacharse únicamente delante de este altar"?

8 - Pues bien, haz una apuesta con el señor rey de Asur: Yo te doy dos mil caballos si puedes encontrar el mismo número de jinetes para montarlos.

9 - ¡Pero ni siquiera eres capaz de hacer retroceder al más insignificante de los generales de mi patrón! Mientras confiabas en Egipto, pensando que te daría carros y caballerías,

10 - a mí Yavé me traía a este país para arruinarlo. Pues Yavé fue el que me lo ordenó: "Sube contra este país y destrúyelo."

11 - Eliaquim, Sobná y Joás respondieron al general: "Por favor, habla a tus servidores en arameo, porque nosotros lo entendemos, pero no nos hables en judío frente a esta gente que está encima de las murallas."

12 - Pero el general les contestó: "¿Ustedes se figuran que mi patrón me mandó a decirles estas cosas nada más que a su patrón y a ustedes y no a la gente que está sentada encima de las murallas y que junto con ustedes está condenada a comer sus excrementos y a tomar su orina?"

13 - Entonces el general se puso de pie y hablando en alta voz pronunció, en judío, estas palabras: "Oigan el mensaje del gran rey de Asiria.

14 - Así habla el rey: No se dejen engañar por Ezequías, porque no los podrá salvar;

15 - ni lo crean cuando trata de que ustedes confíen en Yavé. Que no les diga a ustedes que Yavé los librará sin duda alguna y no permitirá que esta ciudad caiga en manos del rey de Asur.

16 - No le hagan caso a Ezequías sino, más bien, al rey de Asur, quien les promete lo siguiente: Si hacen las paces conmigo y se rinden a mí, cada uno de ustedes comerá los frutos de su viña y de su higuera y tomará del agua de su pozo,

17 - hasta que venga y los lleve a una tierra como la de ustedes, tierra de trigo y de viñas, tierra de pan y de vino.

18 - Ezequías los está engañando al decirles: "Yavé nos salvará." ¿Pudieron, acaso, los dioses de las naciones salvar cada uno a su país de las manos del rey de Asur?

19 - ¿Dónde están los dioses de Jamat y de Arpad? ¿Dónde los dioses de Sefarvaim? ¿Dónde los de Samaria? ¿Fueron capaces de libertar a Samaria de mis manos?

20 - ¿Cuál de todos los dioses de esos países ha salvado a su país de mis manos? ¿Cómo, pues, Yavé podría salvar de mis manos a Jerusalén?"

21 - Todo el mundo guardó silencio y nadie le respondió, pues ésa era la orden del rey: "No le respondan a nada."

22 - El superintendente del palacio, Eliaquim, hijo de Helcías, el secretario Sobná y el canciller Joás, hijo de Asaf, volvieron a casa de Ezequías con la ropa rasgada y le contaron todo lo que les había dicho el general.