Hebreos 10:2 - La Biblia Latinoamericana

Libro de Hebreos
Capitulos:

12345678910111213

1 - La religión de la Ley tiene una sombra de los bienes por venir, pero no la verdadera figura de las cosas. Por eso no puede llevar a la perfección mediante los sacrificios a los que vuelven a ofrecerlos año tras año.

2 - De otro modo quedarían puros de una vez gracias a su culto; ya no se sentirían culpables de ningún pecado y dejarían de ofrecer sus sacrificios.

3 - Pero no, cada año estos sacrificios recuerdan sus pecados;

4 - es que la sangre de los toros y de los chivos no tiene valor para quitar los pecados.

5 - Por eso, al entrar Cristo en el mundo dice:par ab Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, sino que me formaste un cuerpo.

6 - No te agradaron los holocaustos ni los sacrificios por el pecado;

7 - entonces dije: "Aquí estoy yo, oh Dios, como en un capítulo del libro está escrito de mí, para hacer tu voluntad".

8 - Comienza por decir: No quisiste sacrificios ni ofrendas, ni te agradaron holocaustos o sacrificios por el pecado. Y sin embargo esto es lo que pedía la Ley.

9 - Entonces sigue: Aquí estoy yo para hacer tu voluntad. Con esto anula el primer orden de las cosas para establecer el segundo.

10 - Esta voluntad de Dios, de que habla, es que seamos santificados por la ofrenda única del cuerpo de Cristo Jesús.

11 - Los sacerdotes están de servicio diariamente para cumplir su oficio, ofreciendo repetidas veces los mismos sacrificios, que nunca tienen el poder de quitar los pecados.

12 - Cristo, por el contrario, ofreció por los pecados un único y definitivo sacrificio y se sentó a la derecha de Dios,

13 - esperando solamente que Dios ponga a sus enemigos debajo de sus pies.

14 - Su única ofrenda lleva a la perfección definitiva a los que santifica.

15 - Nos lo declara el Espíritu Santo. Después de decir:

16 - Esta es la alianza que pactaré con ellos en los tiempos que han de venir, el Señor añade: Pondré mis leyes en su corazón y las grabaré en su mente.

17 - No volveré a acordarme de sus errores ni de sus pecados.

18 - Pues bien, si los pecados han sido perdonados, ya no hay sacrificios por el pecado.

19 - Así, pues, hermanos, no podemos dudar de que entraremos en el Santuario en virtud de la sangre de Jesús;

20 - él nos abrió ese camino nuevo y vivo a través de la cortina, es decir, su carne.

21 - Teniendo un sacerdote excepcional a cargo de la casa de Dios,

22 - acerquémonos con corazón sincero, con fe plena, limpios interiormente de todo lo que mancha la conciencia y con el cuerpo lavado con agua pura.

23 - Sigamos profesando nuestra esperanza sin que nada nos pueda conmover, ya que es digno de confianza aquel que se comprometió.

24 - Tratemos de superarnos el uno al otro en la forma de amar y hacer el bien.

25 - No abandonen las asambleas, como algunos acostumbran hacer, sino más bien anímense unos a otros, tanto más cuanto ven que se acerca el día.

26 - Si pecamos voluntariamente después de haber recibido el pleno conocimiento de la verdad, no puede haber ya sacrificio por el pecado;

27 - solamente queda la perspectiva tremenda del juicio y del fuego que devorará a los rebeldes.

28 - No hay misericordia para el que desprecia la Ley de Moisés: es condenado a muerte por el testimonio de dos o tres personas.

29 - ¿Qué pasará entonces con el que pisoteó al Hijo de Dios? ¿Qué castigo merecerá, según ustedes, el que ha profanado la sangre de la alianza con la cual fue santificado y ha insultado al Espíritu, don de Dios?

30 - Conocemos al que dijo: A mí me corresponde la venganza, daré a cada cual su merecido. Y también: El Señor juzgará a su pueblo.

31 - Es espantoso caer en las manos del Dios vivo.

32 - Recuerden aquellos primeros tiempos, poco después de haber sido iluminados, en que tuvieron que soportar un duro y doloroso combate.

33 - Fueron expuestos públicamente a humillaciones y pruebas, tuvieron que participar del sufrimiento de otros que fueron tratados de esta manera.

34 - Sufrieron con los que iban a la cárcel, les quitaron sus bienes, y lo aceptaron gozosos, sabiendo que les esperaba una riqueza mejor y más duradera.

35 - Por eso no pierdan ahora su resolución, que tendrá una recompensa grande.

36 - Es necesario que sean constantes en hacer la voluntad de Dios, para que consigan su promesa.

37 - Acuérdense: dentro de poco, muy poquito tiempo, el que ha de venir llegará; no tardará.

38 - Mi justo, si cree, vivirá; pero si desconfía, ya no lo miraré con amor.

39 - Nosotros no somos de los que se retiran y pierden, sino que somos hombres de fe que salvan sus almas.