Exodo 4:26 - La Biblia Latinoamericana

Libro de Exodo
Capitulos:

12345678910111213141516171819202122232425262728293031323334353637383940

1 - Moisés respondió a Yavé: "No me van a creer, ni querrán escucharme, sino que dirán: ¡Cómo que se te ha aparecido Yavé!"

2 - Entonces Yavé le dijo: "¿Qué es lo que tienes en la mano?" "Un bastón", le respondió él.

3 - Dijo Yavé: "Tíralo al suelo." Lo tiró al suelo, y se convirtió en una serpiente: Moisés dio un salto atrás.

4 - Yavé entonces le dijo: "¡Tómala por la cola con tu mano!" Moisés la agarró, y volvió a ser un bastón en su mano.

5 - Con esto -le dijo Yavé- podrán creer que se te ha aparecido el Dios de sus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y de Jacob.

6 - Otra vez Yavé le dijo: "Mete la mano en tu pecho." Lo hizo, y la sacó cubierta de lepra, blanca como la nieve.

7 - Vuelve a meter tu mano en el pecho. Lo hizo y, al sacarla, su mano estaba tan sana como el resto de su cuerpo.

8 - Si no te creen -le dijo Yavé- y no los convence el primer prodigio, te creerán con el segundo.

9 - Y si no creen todavía con los dos prodigios y no te hacen caso, toma agua del río y derrámala; en cuanto toque el suelo, el agua del río se convertirá en sangre."

10 - Moisés dijo a Yavé: "Mira, Señor, que yo nunca he tenido facilidad para hablar, y no me ha ido mejor desde que hablas a tu servidor: mi boca y mi lengua no me obedecen."

11 - Le respondió Yavé: "¿Quién ha dado la boca al hombre? ¿Quién hace que uno hable y otro no?

12 - ¿Quién hace que uno vea y que el otro sea ciego o sordo? ¿No soy yo, Yavé?

13 - Anda ya, que yo estaré en tu boca y te enseñaré lo que has de hablar."

14 - Pero él insistió: "Por favor, Señor, ¿por qué no mandas a otro?" Esta vez Yavé se enojó con Moisés y le dijo: "¿No tienes a tu hermano Aarón, el levita? Bien sé yo que a él no le faltan las palabras.

15 - Y precisamente ha salido de viaje en busca tuya y, al verte, se alegrará mucho. Tú le hablarás y se lo enseñarás de memoria,

16 - y yo les enseñaré todo lo que han de hacer, pues estaré en tu boca cuando tú le hables, y en la suya cuando él lo transmita.

17 - Aarón hablará por ti igual que un profeta habla por su Dios, y tú, con este bastón en la mano, harás milagros."

18 - Yavé dijo a Moisés, en el país de Madián: "Regresa a Egipto, pues ya murieron los que querían tu muerte."

19 - Moisés, pues, volvió a casa de su suegro Jetró y le dijo: "Yo quisiera irme donde mis hermanos, en Egipto, para saber si están vivos todavía." Jetró le respondió: "Que te vaya bien."

20 - Tomó Moisés a su esposa y a sus hijos. Los hizo montar en un burro y partió para Egipto, llevando en la mano el bastón divino.

21 - Yavé le dijo, asimismo: "Cuando regreses a Egipto, harás delante de Faraón todos los prodigios para los cuales te he dado poder. Pero yo haré que se ponga porfiado y no dejará partir a mi pueblo.

22 - Tú entonces le dirás: Esto dice Yavé: Israel es mi hijo primogénito.

23 - Ya te dije: Deja partir a mi hijo, para que me rinda culto. Pero tú no lo has dejado que salga, y yo voy a quitar la vida a tu hijo primogénito."

24 - Cuando Moisés iba de camino, el Angel de Yavé se le presentó en el lugar donde pasaba la noche, con intención de quitarle la vida.

25 - Tomó entonces Séfora un cuchillo de piedra y, cortando el prepucio de su hijo, tocó él los pies de Moisés. Luego dijo: "Tú eres para mí un esposo de sangre."

26 - El Angel lo dejó. Ella había dicho estas palabras, "esposo de sangre", a causa de la circuncisión.

27 - Mientras tanto, Yavé había dicho a Aarón: "Sal al encuentro de Moisés, en el desierto." Así que partió Aarón, lo encontró en el Monte de Dios y lo besó.

28 - Moisés contó a Aarón todas las palabras que Yavé le había dirigido y los prodigios que le había enseñado.

29 - Moisés y Aarón, pues, partieron juntos a Egipto, donde reunieron a todos los jefes de los hijos de Israel.

30 - Aarón les comunicó todo lo que Yavé había dicho a su hermano Moisés; y éste hizo los prodigios delante de todo el pueblo.

31 - El pueblo creyó; comprendieron que Yavé había visto sus humillaciones y venía a visitar a los hijos de Israel. Postrados en tierra, adoraron.