Deuteronomio 28:9 - La Biblia Latinoamericana

Libro de Deuteronomio
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1 - Ahora bien, si tú obedeces de verdad a la voz de Yavé, tu Dios, practicando y guardando todos los mandamientos que te prescribo hoy, Yavé, tu Dios, te levantará por encima de todas las naciones de la tierra.

2 - Entonces vendrán sobre ti y te alcanzarán todas las bendiciones siguientes, por haber obedecido a la voz de Yavé, tu Dios:

3 - Bendito serás en la ciudad y en el campo.

4 - Bendito será el fruto de tus entrañas y el fruto de tu tierra, las crías de tus burras, el parto de tus vacas y ovejas.

5 - Benditos tu canasta de frutos y tu reserva de pan.

6 - Bendito serás cuando salgas y bendito también cuando vuelvas.

7 - Yavé hará huir ante ti a los enemigos que te ataquen; por un camino saldrán a tu encuentro y por siete huirán de ti.

8 - Yavé ordenará a la bendición que esté contigo en tus graneros y en tus empresas para que seas bendecido en la tierra que Yavé, tu Dios, te da.

9 - Yavé hará de ti su pueblo santo, como te ha jurado si tú guardas sus mandamientos y sigues sus caminos.

10 - Todos los pueblos de la tierra verán que te protege el Nombre de Yavé, y te respetarán.

11 - Yavé te colmará de toda clase de bienes, multiplicando el fruto de tu vientre, el fruto de tus ganados y el fruto de tu tierra, la cual prometió Yavé con juramento a tus padres que te la daría.

12 - Yavé abrirá para ti los cielos, su rico tesoro, para dar a su tiempo la lluvia que necesiten tus campos, y para mandar la bendición sobre todo cuanto emprendas. Tú prestarás a naciones numerosas y no pedirás prestado a ninguna.

13 - Yavé te pondrá a la cabeza de los pueblos y no a la cola; siempre estarás encima y nunca debajo si cumples los mandamientos de Yavé, tu Dios, que yo hoy te prescribo, guardándolos y poniéndolos en práctica,

14 - sin apartarte ni a la derecha ni a la izquierda, para seguir y adorar a otros dioses.

15 - Pero si no obedeces la voz de Yavé, tu Dios, y no pones en práctica todos sus mandamientos y normas que hoy te prescribo, vendrán sobre ti todas estas maldiciones:

16 - Maldito serás en la ciudad y en el campo.

17 - Maldita será tu canasta de frutos y tu reserva de pan.

18 - Maldito el fruto de tus entrañas y el fruto de tus tierras, los partos de tus vacas y las crías de tus ovejas.

19 - Maldito serás cuando salgas y maldito también cuando vuelvas.

20 - Yavé mandará la desgracia, la derrota y el susto sobre todo lo que tus manos toquen, hasta que seas exterminado, y perecerás en poco tiempo por las malas acciones que cometiste, traicionando a Yavé.

21 - El hará que se te pegue la peste hasta que desaparezcas de este país que, hoy, pasa a ser tuyo.

22 - Yavé te castigará con tuberculosis, fiebre, inflamación, quemaduras, tizón y roya del trigo, que te perseguirán hasta que mueras.

23 - El cielo que te cubre se volverá de bronce, y la tierra que pisas, de hierro.

24 - En vez de lluvia, Yavé te mandará cenizas y polvo, que caerán del cielo hasta que te hayan barrido.

25 - Yavé hará que seas derrotado por tus enemigos. Por un camino irás a pelear en su contra y por siete caminos huirás de ellos. Al verte se horrorizarán todos los pueblos de la tierra.

26 - Tu cadáver servirá de comida a todas las aves del cielo y a todas las bestias de la tierra, sin que nadie las corra.

27 - Te herirá Yavé con las úlceras y plagas de Egipto, con tumores, sarna y tiña, de las que no podrás sanar.

28 - Te castigará Yavé con la locura, la ceguera y la pérdida de los sentidos.

29 - Andarás a tientas en pleno mediodía, como anda el ciego en la oscuridad, y fracasarás en tus empresas. Siempre serás un hombre oprimido y despojado, sin que nadie salga en tu defensa.

30 - Tendrás una prometida y otro hombre la hará suya. Edificarás una casa y no la podrás habitar. Plantarás una viña y no comerás sus uvas.

31 - Tu buey será sacrificado delante de ti y no comerás de él. Ante tus ojos te robarán tu burro y no te lo devolverán, tus ovejas serán entregadas a tus enemigos y nadie te defenderá.

32 - Tus hijos y tus hijas serán entregados a pueblos extranjeros y enfermerás con tanto mirar hacia ellos, pero no podrás hacer nada.

33 - El fruto de tus campos, todos tus esfuerzos, los comerá un pueblo que no conoces y tú no serás más que un explotado y oprimido toda la vida.

34 - Te volverás loco por lo que veas.

35 - Yavé te herirá con úlceras malignísimas en las rodillas y en las piernas, de las que no podrás sanar, desde la planta de los pies hasta la coronilla de tu cabeza.

36 - Yavé te llevará a ti y al rey que tú hayas elegido a una nación que ni tú ni tus padres conocían, y allí servirás a otros dioses de piedra y de madera.

37 - Andarás perdido, siendo el juguete y la burla de todos los pueblos donde Yavé te llevará.

38 - Echarás en tus campos mucha semilla y será muy poco lo que coseches, porque la langosta lo devorará.

39 - Plantarás una viña y la cultivarás, pero no beberás vino ni comerás uvas, porque los gusanos la roerán.

40 - Tendrás olivos por todo tu territorio, pero no te darán ni siquiera aceite con que ungirte, porque se caerán las aceitunas y se pudrirán.

41 - Tendrás hijos e hijas, pero no serán para ti, porque se los llevarán cautivos.

42 - Todos los árboles y frutos de tu tierra serán atacados por los insectos.

43 - El forastero que vive contigo se hará cada día más rico, y tú cada día serás más pobre.

44 - El te prestará y tú tendrás que pedir prestado; él estará a la cabeza y tú a la cola.

45 - Todas estas maldiciones caerán sobre ti, te perseguirán y oprimirán hasta que hayas sido eliminado, porque no escuchaste la voz de Yavé, tu Dios, ni guardaste sus mandamientos ni las normas que te ordenó.

46 - Se apegarán a ti y a tus descendientes para siempre y serán una señal asombrosa a la vista de todos.

47 - Por no haber servido con gozo y alegría de corazón a Yavé, tu Dios, cuando nada te faltaba,

48 - servirás con hambre, sed, falta de ropa y toda clase de miseria a los enemigos que Yavé enviará contra ti. Ellos pondrán sobre tu cuello un yugo de hierro hasta que te destruyan del todo.

49 - Yavé hará venir contra ti de un país remoto, como un vuelo de águila, a un pueblo cuya lengua no entenderás.

50 - Ese pueblo cruel no tendrá respeto por el anciano ni compasión del niño.

51 - Devorará las crías de tus ganados y los frutos de tus cosechas, para que así perezcas, pues no te dejará trigo, ni vino, ni aceite, ni las crías de tus vacas y de tus ovejas, hasta acabar contigo.

52 - Te asediarán en todas tus ciudades, hasta que caigan en todo tu país las murallas más altas y fortificadas en las que tú ponías tu confianza. Quedarás sitiado dentro de tus ciudades en todo el país que te da Yavé, tu Dios.

53 - Te comerás el fruto de tus entrañas, la carne de tus hijas e hijos que te haya dado Yavé, en el asedio y angustia a que te reducirá tu enemigo.

54 - El hombre más refinado de tu pueblo se esconderá de su hermano e incluso de su esposa y de los hijos que le queden,

55 - negándose a compartir con ellos la carne de los hijos que se estará comiendo, porque nada le quedará durante el asedio y la angustia a que tu enemigo te reducirá en todas tus ciudades.

56 - La mujer más tierna y delicada de tu pueblo, tan delicada y tierna que hacía ademanes para posar en tierra la planta de su pie, se esconderá del hombre que se acuesta con ella, e incluso de su hijo o de su hija,

57 - mientras come la placenta salida de su seno y a los hijos que dio a luz, por falta de todo otro alimento, cuando tu enemigo te sitie en tus ciudades y te reduzca a la más extrema miseria.

58 - Si no guardas ni pones en práctica las palabras de esta Ley tales como están escritas en este libro, y no temes a ese Nombre glorioso y terrible, a Yavé, tu Dios,

59 - él te castigará, a ti y a tus descendientes, con plagas asombrosas, plagas grandes y duraderas, enfermedades malignas e incurables.

60 - Hará caer sobre ti todas las plagas de Egipto, a las que tanto miedo tenías; y se apegarán a ti.

61 - Más todavía, todas las enfermedades y plagas que no se mencionan en este libro de la Ley, te las mandará Yavé hasta aniquilarte.

62 - Por no haber obedecido a la voz de Yavé, tu Dios, no quedarán más que unos pocos de ustedes, que eran tan numerosos como las estrellas del cielo.

63 - Sucederá, pues, que de la misma manera que Yavé se complacía en hacerles el bien y en multiplicarlos, así se complacerá en perseguirlos y destruirlos. Serán arrancados de la tierra en la que entran para conquistarla.

64 - Yavé te dispersará entre todos los pueblos, de un extremo a otro de la tierra, y allí servirás a otros dioses, de madera y de piedra, que ni tú ni tus padres han conocido.

65 - En aquellas naciones no encontrarás paz ni estabilidad. Yavé te dará allí un corazón cobarde, atemorizado e inquieto de día y de noche.

66 - Tu vida estará ante ti como pendiente de un hilo y andarás asustado de noche y de día.

67 - Por la mañana dirás: "¡Ojalá fuera ya de noche!", y por la noche dirás: "¡Ojalá estuviéramos ya a la mañana!", a causa del miedo que estremecerá tu corazón, al contemplar lo que verán tus ojos.

68 - Yavé te volverá a llevar a Egipto por tierra y por mar, a pesar de que te dijo: "No volverás a verlos." Allí ustedes querrán venderse a sus enemigos como esclavo y como sirvientas, pero no habrá comprador.

69 - Estas son las palabras de la Alianza que Yavé mandó a Moisés ratificar con los hijos de Israel en el país de Moab, además de la que hizo con ellos en el Horeb."