Marcos 5:22 - Biblia Al Dia

Libro de Marcos
Capitulos:

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1 - Cruzaron el lago hasta llegar a la región de los gerasenos.

2 - Tan pronto como desembarcó Jesús, un hombre poseído por un espíritu maligno le salió al encuentro de entre los sepulcros.

3 - Este hombre vivía en los sepulcros, y ya nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas.

4 - Muchas veces lo habían atado con cadenas y grilletes, pero él los destrozaba, y nadie tenía fuerza para dominarlo.

5 - Noche y día andaba por los sepulcros y por las colinas, gritando y golpeándose con piedras.

6 - Cuando vio a Jesús desde lejos, corrió y se postró delante de él.

7 - —¿Por qué te entrometes, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? —gritó con fuerza—. ¡Te ruego por Dios que no me atormentes!

8 - Es que Jesús le había dicho: «¡Sal de este hombre, espíritu maligno!»

9 - —¿Cómo te llamas? —le preguntó Jesús.—Me llamo Legión —respondió—, porque somos muchos.

10 - Y con insistencia le suplicaba a Jesús que no los expulsara de aquella región.

11 - Como en una colina estaba paciendo una gran piara de cerdos, los demonios le rogaron a Jesús:

12 - —Mándanos a los cerdos; déjanos entrar en ellos.

13 - Así que él les dio permiso. Cuando los espíritus malignos salieron del hombre, entraron en los cerdos, que eran unos dos mil, y la piara se precipitó al lago por el despeñadero y allí se ahogó.

14 - Los que cuidaban los cerdos salieron huyendo y dieron la noticia en el pueblo y por los campos, y la gente fue a ver lo que había pasado.

15 - Llegaron adonde estaba Jesús, y cuando vieron al que había estado poseído por la legión de demonios, sentado, vestido y en su sano juicio, tuvieron miedo.

16 - Los que habían presenciado estos hechos le contaron a la gente lo que había sucedido con el endemoniado y con los cerdos.

17 - Entonces la gente comenzó a suplicarle a Jesús que se fuera de la región.

18 - Mientras subía Jesús a la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le permitiera acompañarlo.

19 - Jesús no se lo permitió, sino que le dijo:—Vete a tu casa, a los de tu familia, y diles todo lo que el Señor ha hecho por ti y cómo ha tenido compasión de ti.

20 - Así que el hombre se fue y se puso a proclamar en Decápolis lo mucho que Jesús había hecho por él. Y toda la gente se quedó asombrada.

21 - Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, y se reunió alrededor de él una gran multitud, por lo que él se quedó en la orilla.

22 - Llegó entonces uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo. Al ver a Jesús, se arrojó a sus pies,

23 - suplicándole con insistencia:—Mi hijita se está muriendo. Ven y pon tus manos sobre ella para que sane y viva.

24 - Jesús se fue con él, y lo seguía una gran multitud, que lo apretujaba.

25 - Había entre la gente una mujer que hacía doce años padecía de hemorragias.

26 - Había sufrido mucho a manos de varios médicos, y se había gastado todo lo que tenía sin que le hubiera servido de nada, pues en vez de mejorar, iba de mal en peor.

27 - Cuando oyó hablar de Jesús, se le acercó por detrás entre la gente y tocó su manto.

28 - Pensaba: «Si logro tocar siquiera su ropa, quedaré sana.»

29 - Al instante cesó su hemorragia, y se dio cuenta de que su cuerpo había quedado libre de esa aflicción.

30 - Al momento también Jesús se dio cuenta de que de él había salido poder, así que se volvió hacia la gente y preguntó:—¿Quién me ha tocado la ropa?

31 - —Ves que te apretuja la gente —le contestaron sus discípulos—, y aun así preguntas: “¿Quién me ha tocado?”

32 - Pero Jesús seguía mirando a su alrededor para ver quién lo había hecho.

33 - La mujer, sabiendo lo que le había sucedido, se acercó temblando de miedo y, arrojándose a sus pies, le confesó toda la verdad.

34 - —¡Hija, tu fe te ha sanado! —le dijo Jesús—. Vete en paz y queda sana de tu aflicción.

35 - Todavía estaba hablando Jesús, cuando llegaron unos hombres de la casa de Jairo, jefe de la sinagoga, para decirle:—Tu hija ha muerto. ¿Para qué sigues molestando al Maestro?

36 - Sin hacer caso de la noticia, Jesús le dijo al jefe de la sinagoga:—No tengas miedo; cree nada más.

37 - No dejó que nadie lo acompañara, excepto Pedro, Jacobo y Juan, el hermano de Jacobo.

38 - Cuando llegaron a la casa del jefe de la sinagoga, Jesús notó el alboroto, y que la gente lloraba y daba grandes alaridos.

39 - Entró y les dijo:—¿Por qué tanto alboroto y llanto? La niña no está muerta sino dormida.

40 - Entonces empezaron a burlarse de él, pero él los sacó a todos, tomó consigo al padre y a la madre de la niña y a los discípulos que estaban con él, y entró adonde estaba la niña.

41 - La tomó de la mano y le dijo:—Talita cum (que significa: Niña, a ti te digo, ¡levántate!).

42 - La niña, que tenía doce años, se levantó en seguida y comenzó a andar. Ante este hecho todos se llenaron de asombro.

43 - Él dio órdenes estrictas de que nadie se enterara de lo ocurrido, y les mandó que dieran de comer a la niña.