Marcos 4:24 - Biblia Al Dia

Libro de Marcos
Capitulos:

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1 - De nuevo comenzó Jesús a enseñar a la orilla del lago. La multitud que se reunió para verlo era tan grande que él subió y se sentó en una barca que estaba en el lago, mientras toda la gente se quedaba en la playa.

2 - Entonces se puso a enseñarles muchas cosas por medio de parábolas y, como parte de su instrucción, les dijo:

3 - «¡Prestad atención! Un sembrador salió a sembrar.

4 - Sucedió que al esparcir él la semilla, una parte cayó junto al camino, y llegaron los pájaros y se la comieron.

5 - Otra parte cayó en terreno pedregoso, sin mucha tierra. Esa semilla brotó pronto porque la tierra no era profunda;

6 - pero cuando salió el sol, las plantas se marchitaron y, por no tener raíz, se secaron.

7 - Otra parte de la semilla cayó entre espinos que, al crecer, la ahogaron, de modo que no dio fruto.

8 - Pero las otras semillas cayeron en buen terreno. Brotaron, crecieron y produjeron una cosecha que rindió el treinta, el sesenta y hasta el ciento por uno.

9 - »El que tenga oídos para oír, que oiga», añadió Jesús.

10 - Cuando se quedó solo, los doce y los que estaban alrededor de él le hicieron preguntas sobre las parábolas.

11 - «A vosotros se os ha revelado el secreto del reino de Dios —les contestó—; pero a los de afuera todo les llega por medio de parábolas,

12 - para que»“por mucho que vean, no perciban;y por mucho que oigan, no entiendan;no sea que se conviertan y sean perdonados.”

13 - »¿No entendéis esta parábola? —continuó Jesús—. ¿Cómo podréis, entonces, entender las demás?

14 - El sembrador siembra la palabra.

15 - Algunos son como lo sembrado junto al camino, donde se siembra la palabra. Tan pronto como la oyen, viene Satanás y les quita la palabra sembrada en ellos.

16 - Otros son como lo sembrado en terreno pedregoso: cuando oyen la palabra, en seguida la reciben con alegría,

17 - pero como no tienen raíz, duran poco tiempo. Cuando surgen problemas o persecución a causa de la palabra, en seguida se apartan de ella.

18 - Otros son como lo sembrado entre espinos: oyen la palabra,

19 - pero las preocupaciones de esta vida, el engaño de las riquezas y muchos otros malos deseos entran hasta ahogar la palabra, de modo que ésta no llega a dar fruto.

20 - Pero otros son como lo sembrado en buen terreno: oyen la palabra, la aceptan y producen una cosecha que rinde el treinta, el sesenta y hasta el ciento por uno.»

21 - También les dijo: «¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un cajón o debajo de la cama? ¿No es, por el contrario, para ponerla en una repisa?

22 - No hay nada escondido que no esté destinado a descubrirse; tampoco hay nada oculto que no esté destinado a ser revelado.

23 - El que tenga oídos para oír, que oiga.

24 - »Prestad mucha atención —añadió—. Con la medida que medís a otros, se os medirá a vosotros, y aún más se os añadirá.

25 - Al que tiene, se le dará más; al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará.»

26 - Jesús continuó: «El reino de Dios se parece a quien esparce semilla en la tierra.

27 - Sin que éste sepa cómo, y ya sea que duerma o esté despierto, día y noche brota y crece la semilla.

28 - La tierra da fruto por sí sola; primero el tallo, luego la espiga, y después el grano lleno en la espiga.

29 - Tan pronto como el grano está maduro, se le mete la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha.»

30 - También dijo: «¿Con qué vamos a comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola podemos usar para describirlo?

31 - Es como un grano de mostaza: cuando se siembra en la tierra, es la semilla más pequeña que hay,

32 - pero una vez sembrada crece hasta convertirse en la más grande de las hortalizas, y echa ramas tan grandes que las aves pueden anidar bajo su sombra.»

33 - Y con muchas parábolas semejantes les enseñaba Jesús la palabra hasta donde podían entender.

34 - No les decía nada sin emplear parábolas. Pero cuando estaba a solas con sus discípulos, les explicaba todo.

35 - Ese día al anochecer, les dijo a sus discípulos:—Crucemos al otro lado.

36 - Dejaron a la multitud y se fueron con él en la barca donde estaba. También lo acompañaban otras barcas.

37 - Se desató entonces una fuerte tormenta, y las olas azotaban la barca, tanto que ya comenzaba a inundarse.

38 - Jesús, mientras tanto, estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, así que los discípulos lo despertaron.—¡Maestro! —dijeron—, ¿no te importa que nos ahoguemos?

39 - Él se levantó, reprendió al viento y ordenó al mar:—¡Silencio! ¡Cálmate!El viento se calmó y todo quedó completamente tranquilo.

40 - —¿Por qué tenéis tanto miedo? —dijo a sus discípulos—. ¿Aún no tenéis fe?

41 - Ellos estaban espantados y se decían unos a otros:—¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?