Lucas 10:3 - Biblia Al Dia

Libro de Lucas
Capitulos:

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1 - Después de esto, el Señor escogió a otros setenta y dos para enviarlos de dos en dos delante de él a todo pueblo y lugar adonde pensaba ir.

2 - «Es abundante la cosecha —les dijo—, pero son pocos los obreros. Pedidle, por tanto, al Señor de la cosecha que mande obreros a su campo.

3 - ¡Id vosotros! Sabed que os envío como corderos en medio de lobos.

4 - No llevéis monedero ni bolsa ni sandalias; ni os detengáis a saludar a nadie por el camino.

5 - »Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa.”

6 - Si hay allí alguien digno de paz, gozará de ella; y si no, la bendición no se cumplirá.

7 - Quedaos en esa casa, y comed y bebed de lo que ellos tengan, porque el trabajador tiene derecho a su sueldo. No andéis de casa en casa.

8 - »Cuando entréis en un pueblo y os reciban, comed lo que os sirvan.

9 - Sanad a los enfermos que encontréis allí y decidles: “El reino de Dios ya está cerca de vosotros.”

10 - Pero cuando entréis en un pueblo donde no os reciban, salid a las plazas y decid:

11 - “Aun el polvo de este pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos en protesta contra vosotros. Pero tened por cierto que ya está cerca el reino de Dios.”

12 - Os digo que en aquel día será más tolerable el castigo para Sodoma que para ese pueblo.

13 - »¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Si se hubieran hecho en Tiro y en Sidón los milagros que se hicieron en medio de vosotras, ya hace tiempo que se habrían arrepentido con grandes lamentos.

14 - Pero en el juicio será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón que para vosotras.

15 - Y tú, Capernaún, ¿acaso serás levantada hasta el cielo? No, sino que descenderás hasta el abismo.

16 - »El que os escucha a vosotros, me escucha a mí; el que os rechaza a vosotros, me rechaza a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me envió.»

17 - Cuando los setenta y dos regresaron, dijeron contentos:—Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.

18 - —Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo —respondió él—.

19 - Sí, os he dado autoridad para pisotear serpientes y escorpiones y vencer todo el poder del enemigo; nada os podrá hacer daño.

20 - Sin embargo, no os alegréis de que podáis someter a los espíritus, sino alegraos de que vuestros nombres están escritos en el cielo.

21 - En aquel momento Jesús, lleno de alegría por el Espíritu Santo, dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque habiendo escondido estas cosas de los sabios e instruidos, se las has revelado a los que son como niños. Sí, Padre,

22 - »Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, y nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelárselo.»

23 - Volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: «Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis.

24 - Os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron.»

25 - En esto se presentó un experto en la ley y, para poner a prueba a Jesús, le hizo esta pregunta:—Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?

26 - Jesús replicó:—¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo la interpretas tú?

27 - Como respuesta el hombre citó:—“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser, con todas tus fuerzas y con toda tu mente”, y: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.”

28 - —Bien contestado —le dijo Jesús—. Haz eso y vivirás.

29 - Pero él quería justificarse, así que preguntó a Jesús:—¿Y quién es mi prójimo?

30 - Jesús respondió:—Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de unos ladrones. Le quitaron la ropa, lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto.

31 - Resulta que viajaba por el mismo camino un sacerdote quien, al verlo, se desvió y siguió de largo.

32 - Así también llegó a aquel lugar un levita, y al verlo, se desvió y siguió de largo.

33 - Pero un samaritano que iba de viaje llegó adonde estaba el hombre y, viéndolo, se compadeció de él.

34 - Se acercó, le curó las heridas con vino y aceite, y se las vendó. Luego lo montó sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó.

35 - Al día siguiente, sacó dos monedas de plata y se las dio al dueño del alojamiento. “Cuida de él —le dijo—, y lo que gastes de más, te lo pagaré cuando vuelva.”

36 - ¿Cuál de estos tres piensas que demostró ser el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?

37 - —El que se compadeció de él —contestó el experto en la ley.—Anda entonces y haz tú lo mismo —concluyó Jesús.

38 - Mientras iba de camino con sus discípulos, Jesús entró en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.

39 - Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía.

40 - Marta, por su parte, se sentía abrumada porque tenía mucho que hacer. Así que se acercó a él y le dijo:—Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude!

41 - —Marta, Marta —le contestó Jesús—, estás inquieta y preocupada por muchas cosas,

42 - pero sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará.