Juan 3:5 - Biblia Al Dia

Libro de Juan
Capitulos:

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1 - Había entre los fariseos un dirigente de los judíos llamado Nicodemo.

2 - Éste fue de noche a visitar a Jesús.—Rabí —le dijo—, sabemos que eres un maestro que ha venido de parte de Dios, porque nadie podría hacer las señales que tú haces si Dios no estuviera con él.

3 - —De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios —dijo Jesús.

4 - —¿Cómo puede uno nacer de nuevo siendo ya viejo? —preguntó Nicodemo—. ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y volver a nacer?

5 - —Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios —respondió Jesús—.

6 - Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es espíritu.

7 - No te sorprendas de que te haya dicho: “Tenéis que nacer de nuevo.”

8 - El viento sopla por donde quiere, y lo oyes silbar, aunque ignoras de dónde viene y a dónde va. Lo mismo pasa con todo el que nace del Espíritu.

9 - Nicodemo replicó:—¿Cómo es posible que esto suceda?

10 - —Tú eres maestro de Israel, ¿y no entiendes estas cosas? —respondió Jesús—.

11 - Te digo con seguridad y verdad que hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto personalmente, pero vosotros no aceptáis nuestro testimonio.

12 - Si os he hablado de las cosas terrenales, y no creéis, ¿entonces cómo vais a creer si os hablo de las celestiales?

13 - Nadie ha subido jamás al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre.

14 - »Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así también tiene que ser levantado el Hijo del hombre,

15 - para que todo el que crea en él tenga vida eterna.

16 - »Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.

17 - Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.

18 - El que cree en él no es condenado, pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el nombre del Hijo unigénito de Dios.

19 - Ésta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, pero la humanidad prefirió las tinieblas a la luz, porque sus hechos eran perversos.

20 - Pues todo el que hace lo malo aborrece la luz, y no se acerca a ella por temor a que sus obras queden al descubierto.

21 - En cambio, el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios.

22 - Después de esto Jesús fue con sus discípulos a la región de Judea. Allí pasó algún tiempo con ellos, y bautizaba.

23 - También Juan estaba bautizando en Enón, cerca de Salín, porque allí había mucha agua. Así que la gente iba para ser bautizada.

24 - (Esto sucedió antes de que encarcelaran a Juan.)

25 - Se entabló entonces una discusión entre los discípulos de Juan y un judío en torno a los ritos de purificación.

26 - Aquéllos fueron a ver a Juan y le dijeron:—Rabí, fíjate, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, y de quien tú diste testimonio, ahora está bautizando, y todos acuden a él.

27 - —Nadie puede recibir nada a menos que Dios se lo conceda — respondió Juan—.

28 - Vosotros sois testigos de que dije: “Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de él.”

29 - El que tiene a la novia es el novio. Pero el amigo del novio, que está a su lado y lo escucha, se llena de alegría cuando oye la voz del novio. Ésa es la alegría que me inunda.

30 - A él le toca crecer, y a mí menguar.

31 - »El que viene de arriba está por encima de todos; el que es de la tierra, es terrenal y de lo terrenal habla. El que viene del cielo está por encima de todos

32 - y da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie recibe su testimonio.

33 - El que lo recibe certifica que Dios es veraz.

34 - El enviado de Dios comunica el mensaje divino, pues Dios mismo le da su Espíritu sin restricción.

35 - El Padre ama al Hijo, y ha puesto todo en sus manos.

36 - El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rechaza al Hijo no sabrá lo que es esa vida, sino que permanecerá bajo el castigo de Dios.