Capitulos:
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1 - Cuando Raquel se dio cuenta de que no le podía dar hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana y le dijo a Jacob:—¡Dame hijos! Si no me los das, ¡me muero!
2 - Pero Jacob se enojó muchísimo con ella y le dijo:—¿Acaso crees que soy Dios? ¡Es él quien te ha hecho estéril!
3 - —Aquí tienes a mi criada Bilhá —propuso Raquel—. Acuéstate con ella. Así ella dará a luz sobre mis rodillas, y por medio de ella también yo podré formar una familia.
4 - Entonces Raquel le dio a Jacob por mujer su criada Bilhá, y Jacob se acostó con ella.
5 - Bilhá quedó embarazada y le dio un hijo a Jacob.
6 - Y Raquel exclamó: «¡Dios me ha hecho justicia! ¡Escuchó mi plegaria y me ha dado un hijo!» Por eso Raquel le puso por nombre Dan.
7 - Después Bilhá, la criada de Raquel, quedó embarazada otra vez y dio a luz un segundo hijo de Jacob.
8 - Y Raquel dijo: «He tenido una lucha muy grande con mi hermana, pero he vencido.» Por eso Raquel lo llamó Neftalí.
9 - Lea, al ver que ya no podía tener hijos, tomó a su criada Zilpá y se la entregó a Jacob por mujer,
10 - y ésta le dio a Jacob un hijo.
11 - Entonces Lea exclamó: «¡Qué suerte!» Por eso lo llamó Gad.
12 - Zilpá, la criada de Lea, le dio un segundo hijo a Jacob.
13 - Lea volvió a exclamar: «¡Qué feliz soy! Las mujeres me dirán que soy feliz.» Por eso lo llamó Aser.
14 - Durante los días de la cosecha de trigo, Rubén salió al campo. Allí encontró unas frutas llamadas mandrágoras, y se las llevó a Lea, su madre. Entonces Raquel le dijo a Lea:—Por favor, dame algunas mandrágoras de las que te trajo tu hijo.
15 - Pero Lea le contestó:—¿Te parece poco el haberme quitado a mi marido, que ahora quieres también quitarme las mandrágoras de mi hijo?—Bueno —contestó Raquel—, te propongo que, a cambio de las mandrágoras de tu hijo, Jacob duerma contigo esta noc
16 - Al anochecer, cuando Jacob volvía del campo, Lea salió a su encuentro y le dijo:—Hoy te acostarás conmigo, porque te he alquilado a cambio de las mandrágoras de mi hijo.Y Jacob durmió con ella esa noche.
17 - Dios escuchó a Lea, y ella quedó embarazada y le dio a Jacob un quinto hijo.
18 - Entonces dijo Lea: «Dios me ha recompensado, porque yo le entregué mi criada a mi esposo.» Por eso lo llamó Isacar.
19 - Lea quedó embarazada de nuevo, y le dio a Jacob un sexto hijo.
20 - «Dios me ha favorecido con un buen regalo —dijo Lea—. Esta vez mi esposo se quedará conmigo, porque le he dado seis hijos.» Por eso lo llamó Zabulón.
21 - Luego Lea dio a luz una hija, a la cual llamó Dina.
22 - Pero Dios también se acordó de Raquel; la escuchó y le quitó la esterilidad.
23 - Fue así como ella quedó embarazada y dio a luz un hijo. Entonces exclamó: «Dios ha borrado mi desgracia.»
24 - Por eso lo llamó José, y dijo: «Quiera el Señor darme otro hijo.»
25 - Después de que Raquel dio a luz a José, Jacob le dijo a Labán:—Déjame regresar a mi hogar y a mi propia tierra.
26 - Dame las mujeres por las que te he servido, y mis hijos, y déjame ir. Tú bien sabes cómo he trabajado para ti.
27 - Pero Labán le contestó:—Por favor, quédate. He sabido por adivinación que, gracias a ti, el Señor me ha bendecido.
28 - Y le propuso:—Fija tú mismo el salario que quieras ganar, y yo te lo pagaré.
29 - Jacob le respondió:—Tú bien sabes cómo he trabajado, y cómo gracias a mis desvelos han mejorado tus animales.
30 - Lo que tenías antes de mi venida, que era muy poco, se ha multiplicado enormemente. Gracias a mí, el Señor te ha bendecido. Ahora quiero hacer algo por mi propia familia.
31 - —¿Cuánto quieres que te pague? —preguntó Labán.—No tienes que pagarme nada —respondió Jacob—. Si aceptas lo que estoy por proponerte, seguiré cuidando tus ovejas.
32 - Hoy, cuando pase yo con todo tu rebaño, tú irás apartando toda oveja manchada o moteada, y todos los corderos negros, y todos los cabritos manchados o moteados. Ellos serán mi salario.
33 - Así, el día de mañana, cuando vengas a controlar lo que he ganado, mi honradez responderá por mí: si encuentras alguna oveja o cabrito que no sea manchado o moteado, o algún cordero que no sea negro, será que te lo he robado.
34 - —Está bien —acordó Labán—, acepto tu propuesta.
35 - Ese mismo día Labán apartó todos los chivos rayados y moteados, todas las cabras manchadas y moteadas, todas las que tenían alguna mancha blanca, y todos los corderos negros, y los puso al cuidado de sus hijos.
36 - Después de eso, puso una distancia de tres días de viaje entre él y Jacob. Mientras tanto, Jacob seguía cuidando las otras ovejas de Labán.
37 - Jacob cortó ramas verdes de álamo, de almendro y de plátano, y las peló de tal manera que quedaran franjas blancas al descubierto.
38 - Luego tomó las ramas que había pelado, y las puso en todos los abrevaderos para que el rebaño las tuviera enfrente cuando se acercara a beber agua. Cuando las ovejas estaban en celo y llegaban a los abrevaderos,
39 - los machos se unían con las hembras frente a las ramas, y así tenían crías rayadas, moteadas o manchadas.
40 - Entonces Jacob apartaba estos corderos y los ponía frente a los animales rayados y negros del rebaño de Labán. De esta manera logró crear su propio rebaño, diferente al de Labán.
41 - Además, cuando las hembras más robustas estaban en celo, Jacob colocaba las ramas en los bebederos, frente a los animales, para que se unieran mirando hacia las ramas.
42 - Pero cuando llegaban los animales más débiles, no colocaba las ramas. Así los animales débiles eran para Labán y los robustos eran para Jacob.
43 - De esta manera Jacob prosperó muchísimo y llegó a tener muchos rebaños, criados y criadas, camellos y asnos.