Deuteronomio 29:10 - Biblia Al Dia

Libro de Deuteronomio
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1 - Éstos son los términos del pacto que, por orden del Señor, hizo Moisés en Moab con los israelitas, además del pacto que ya había hecho con ellos en Horeb.

2 - Moisés convocó a todos los israelitas y les dijo:«Vosotros visteis todo lo que el Señor hizo en Egipto con el faraón y sus funcionarios, y con todo su país.

3 - Con vuestros propios ojos visteis aquellas grandes pruebas, señales y maravillas.

4 - Pero hasta este día el Señor no os ha dado mente para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír.

5 - Durante los cuarenta años que os guié a través del desierto, no se os desgastó la ropa ni el calzado.

6 - No comisteis pan ni bebisteis vino ni ninguna bebida fermentada. Esto lo hice para que supierais que yo soy el Señor vuestro Dios.

7 - »Cuando llegasteis a este lugar, Sijón rey de Hesbón y Og rey de Basán salieron a pelear contra nosotros, pero los derrotamos.

8 - Tomamos su territorio y se lo dimos como herencia a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés.

9 - »Ahora, cumplis con cuidado las condiciones de este pacto para que prosperéis en todo lo que hagáis.

10 - Hoy estáis ante la presencia del Señor vuestro Dios todos vosotros, vuestros líderes y vuestros jefes, vuestros ancianos y vuestros oficiales, y todos los hombres de Israel,

11 - junto con vuestros hijos y vuestras esposas, y los extranjeros que viven en vuestros campamentos, desde los que cortan la leña hasta los que acarrean el agua.

12 - Estáis aquí para hacer un pacto con el Señor vuestro Dios, quien hoy lo establece con vosotros y lo sella con su juramento.

13 - De esta manera confirma hoy que vosotros sois su pueblo, y que él es vuestro Dios, según lo prometió y juró a sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.

14 - El Señor nuestro Dios afirma que no sólo hace su pacto y su juramento con los que ahora estamos en su presencia,

15 - sino también con los que todavía no se encuentran entre nosotros.

16 - »Vosotros sabéis cómo fue nuestra vida en Egipto, y cómo avanzamos en medio de las naciones que encontramos en nuestro camino hasta aquí.

17 - Vosotros visteis entre ellos sus detestables imágenes e ídolos de madera y de piedra, de plata y de oro.

18 - Aseguraos de que ningún hombre ni mujer, ni clan ni tribu entre vosotros, aparte hoy su corazón del Señor nuestro Dios para ir a adorar a los dioses de esas naciones. Tened cuidado de que ninguno de vosotros sea como una raíz venenosa y amarga

19 - »Si alguno de vosotros, al oír las palabras de este juramento, se cree bueno y piensa: “Todo me saldrá bien, aunque persista yo en hacer lo que me plazca”, provocará la ruina de todos.

20 - El Señor no lo perdonará. La ira y el celo de Dios arderán contra ese hombre. Todas las maldiciones escritas en este libro caerán sobre él, y el Señor hará que desaparezca hasta el último de sus descendientes.

21 - El Señor lo apartará de todas las tribus de Israel, para su desgracia, conforme a todas las maldiciones del pacto escritas en este libro de la ley.

22 - »Vuestros hijos y las generaciones futuras, y los extranjeros que vengan de países lejanos, verán las calamidades y enfermedades con que el Señor habrá azotado esta tierra.

23 - Toda ella será un desperdicio ardiente de sal y de azufre, donde nada podrá plantarse, nada germinará, y ni siquiera la hierba crecerá. Será como cuando el Señor destruyó con su furor las ciudades de Sodoma y Gomorra, Admá y Zeboyín.

24 - Todas las naciones preguntarán: “¿Por qué trató así el Señor a esta tierra? ¿Por qué derramó con tanto ardor su furia sobre ella?”

25 - Y la respuesta será: “Porque este pueblo abandonó el pacto del Dios de sus padres, pacto que el Señor hizo con ellos cuando los sacó de Egipto.

26 - Se fueron y adoraron a otros dioses; se inclinaron ante dioses que no conocían, dioses que no tenían por qué adorar.

27 - Por eso se encendió la ira del Señor contra esta tierra, y derramó sobre ella todas las maldiciones escritas en este libro.

28 - Y como ahora podemos ver, con mucha furia y enojo el Señor los arrancó de raíz de su tierra, y los arrojó a otro país.”

29 - »Lo secreto le pertenece al Señor nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que obedezcamos todas las palabras de esta ley.