Capitulos:
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1 - Vinieron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos.{cf5super [1]}
2 - Cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros,{cf5super [2]} un hombre con un espíritu impuro
3 - que habitaba en los sepulcros y nadie podía atarlo, ni aun con cadenas.
4 - Muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, pero las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos. Nadie lo podía dominar.
5 - Y siempre, de día y de noche, andaba gritando en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras.
6 - Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió y se arrodilló ante él.
7 - Y clamando a gran voz, dijo: par --¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios altísimo? ¡Te conjuro por Dios que no me atormentes!,{cf5super [3]}
8 - porque le decía: "Sal de este hombre, espíritu impuro".
9 - Jesús le preguntó: par --¿Cómo te llamas? par Y respondió diciendo: par --Legión{cf5super [4]} me llamo, porque somos muchos.
10 - Y le rogaba mucho que no los enviara fuera de aquella región.
11 - Estaba allí cerca del monte un gran hato de cerdos{cf5super [5]} paciendo.
12 - Y le rogaron todos los demonios, diciendo: par --Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos.
13 - Jesús, de inmediato, les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus impuros, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil. El hato se precipitó al mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron.
14 - Los que cuidaban los cerdos huyeron y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Y la gente salió a ver qué era aquello que había sucedido.
15 - Llegaron a Jesús y vieron al que había estado atormentado por el demonio, el que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo.
16 - Y los que lo habían visto les contaron lo que le había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los cerdos.
17 - Entonces comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos.
18 - Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que lo dejara quedarse con él.
19 - Pero Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: par --Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo{cf5super [6]} y cómo ha tenido misericordia de ti.
20 - Él se fue y comenzó a publicar en Decápolis{cf5super [7]} cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban.
21 - Al pasar otra vez Jesús en una barca a la otra orilla,{cf5super [8]} se reunió a su alrededor una gran multitud; y él estaba junto al mar.
22 - Y vino un alto dignatario de la sinagoga, llamado Jairo. Al verlo, se postró a sus pies,
23 - y le rogaba mucho, diciendo: par --Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella{cf5super [9]} para que sea salva, y viva.
24 - Fue, pues, con él, y lo seguía una gran multitud, y lo apretaban.
25 - Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre,{cf5super [10]}
26 - y había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía y de nada le había servido, antes le iba peor,
27 - cuando oyó hablar de Jesús{cf5super [11]} se acercó por detrás entre la multitud y tocó su manto,
28 - porque decía: "Si toco tan solo su manto, seré salva".
29 - Inmediatamente la fuente de su sangre se secó, y sintió en el cuerpo que estaba sana de su azote.
30 - Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, preguntó: par --¿Quién ha tocado mis vestidos?
31 - Sus discípulos le dijeron: par --Ves que la multitud te aprieta, y preguntas: "¿Quién me ha tocado?"
32 - Pero él miraba alrededor para ver quién lo había hecho.
33 - Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él y le dijo toda la verdad.
34 - Él le dijo: par --Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad.
35 - Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del alto dignatario de la sinagoga, diciendo: par --Tu hija ha muerto, ¿para qué molestas más al Maestro?
36 - Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía,{cf5super [12]} dijo al alto dignatario de la sinagoga: par --No temas, cree solamente.
37 - Y no permitió que lo siguiera nadie sino Pedro, Jacobo y Juan, hermano de Jacobo.
38 - Vino a casa del alto dignatario de la sinagoga, y vio el alboroto{cf5super [13]} y a los que lloraban y lamentaban mucho.
39 - Entró y les dijo: par --¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino dormida.{cf5super [14]}
40 - Y se burlaban de él. Pero él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña.
41 - Tomó la mano de la niña y le dijo: par --¡Talita cumi!{cf5super [15]} (que significa: "Niña, a ti te digo, levántate").
42 - Inmediatamente la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y la gente se llenó de asombro.
43 - Pero él les insistió en que nadie lo supiera,{cf5super [16]} y dijo que dieran de comer a la niña.