Hebreos 4:8 - La Biblia Reina Valera Revisión 1995

Libro de Hebreos
Capitulos:

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1 - Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo,{cf5super [1]} alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado.

2 - También a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; a ellos de nada les sirvió haber oído la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.{cf5super [2]}

3 - Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: par "Por tanto, juré en mi ira par que no entrarían en mi reposo",{cf5super [3]} m aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo,

4 - pues en cierto lugar dijo así del séptimo día: par "Y reposó Dios de todas sus obrasen el séptimo día".{cf5super [4]} m

5 - Nuevamente dice: par "No entrarán en mi reposo".{cf5super [5]} m

6 - Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de la desobediencia,

7 - otra vez determina un día: "Hoy", del cual habló David mucho tiempo después, cuando dijo: par "Si oís hoy su voz, par no endurezcáis vuestros corazones".{cf5super [6]}

8 - Si Josué les hubiera dado el reposo,{cf5super [7]} no hablaría después de otro día.

9 - Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios,

10 - porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.

11 - Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.

12 - La palabra de Dios{cf5super [8]} es viva, eficaz y más cortante que toda espada de dos filos: penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

13 - Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.

14 - Por tanto, teniendo un gran Sumo sacerdote{cf5super [9]} que traspasó{cf5super [10]} los cielos,{cf5super [11]} Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.

15 - No tenemos un Sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.

16 - Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.