Hebreos 4:8 - Biblia Reina Valera Revisión 1960

Libro de Hebreos
Capitulos:

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1 - Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado.

2 - Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.

3 - Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: par {i Por tanto, juré en mi ira, par No entrarán en mi reposo;}{supercf6 (A)} par aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo.

4 - Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día.{supercf6 (B)}

5 - Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo.{supercf6 (C)}

6 - Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia,

7 - otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo: par {i Si oyereis hoy su voz, par No endurezcáis vuestros corazones.}{supercf6 (D)}

8 - Porque si Josué les hubiera dado el reposo,{supercf6 (E)} no hablaría después de otro día.

9 - Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.

10 - Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.{supercf6 (F)}

11 - Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.

12 - Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

13 - Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. par par {qc  Jesús el gran sumo sacerdotepar}

14 - Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.

15 - Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.

16 - Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.