Salmos 78:70 - La Biblia Reina Valera 1862

Libro de Salmos
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1 - Masquil de Asaf. ESCUCHA, pueblo mío, mi ley: inclinád vuestro oido a las palabras de mi boca.

2 - Abriré en parábola mi boca: hablaré enigmas del tiempo antiguo:

3 - Los cuales hemos oido y entendido: que nuestros padres nos los contaron.

4 - No los encubriremos a sus hijos, contando a la generación postrera las alabanzas de Jehová: y su fortaleza, y sus maravillas, que hizo.

5 - Que levantó testimonio en Jacob, y puso ley en Israel: la cual mandó a nuestros padres, que la notificasen a sus hijos:

6 - Para que sepa la generación postrera: y los hijos que nacerán, que se levantarán, cuenten a sus hijos:

7 - Y pondrán en Dios su confianza, y no se olvidarán de las obras de Dios: y guardarán sus mandamientos.

8 - Y no serán como sus padres, generación contumaz, y rebelde: generación que no compuso su corazón, ni su espíritu fué fiel con Dios.

9 - Los hijos de Efraim armados, flecheros, volvieron las espaldas el día de la batalla.

10 - No guardaron el concierto de Dios: ni quisieron andar en su ley,

11 - Ántes se olvidaron de sus obras, y de sus maravillas que les había mostrado.

12 - Delante de sus padres hizo maravillas en la tierra de Egipto, en el campo de Soan.

13 - Rompió la mar, e hízolos pasar: e hizo estar las aguas como en un montón.

14 - Y llevólos con nube de día, y toda la noche con lumbre de fuego.

15 - Hendió las peñas en el desierto: y dióles a beber de abismos grandes.

16 - Y sacó de la peña corrientes, e hizo descender aguas, como ríos.

17 - Y tornaron aun a pecar contra él, enojando al Altísimo en la soledad.

18 - Y tentaron a Dios en su corazón, pidiendo comida para su alma.

19 - Y hablaron contra Dios, diciendo: ¿Podrá Dios ponernos mesa en el desierto?

20 - He aquí, ha herido la peña, y corrieron aguas, y arroyos salieron ondeando: ¿podrá también dar pan? ¿aparejará carne a su pueblo?

21 - Por tanto oyó Jehová, y enojóse: y encendióse el fuego en Jacob, y el furor subió también en Israel.

22 - Porque no habían creido a Dios, ni habían confiado de su salud.

23 - Y mandó a las nubes de arriba: y abrió las puertas de los cielos.

24 - E hizo llover sobre ellos maná para comer, y dióles trigo de los cielos.

25 - Pan de nobles comió el hombre: envióles comida a hartura.

26 - Movió al solano en el cielo; y trajo con su fortaleza al austro,

27 - E hizo llover sobre ellos carne, como polvo: y aves de alas como arena de la mar.

28 - E hízolas caer en medio de su campo, al rededor de sus tiendas.

29 - Y comieron, y hartáronse mucho: y cumplióles su deseo.

30 - No habían aun quitado de sí su deseo, aun su vianda estaba en su boca,

31 - Cuando vino sobre ellos el furor de Dios, y mató en los gruesos de ellos, y derribó los escogidos de Israel.

32 - Con todo esto pecaron aun; y no dieron crédito a sus maravillas.

33 - Y consumió en muy poco sus dias, y sus años apresuradamente.

34 - Si los mataba, entónces le buscaban; y convertíanse, y buscaban a Dios de mañana.

35 - Y acordábanse que Dios era su refugio: y el Dios Alto su redentor.

36 - Y lisongeábanle con su boca; y con su lengua le mentían:

37 - Mas sus corazones no eran rectos con él: ni estuvieron firmes en su concierto.

38 - Mas él, misericordioso perdonaba la maldad, y no los destruyó: y abundó su misericordia para apartar su ira, y no despertó toda su ira.

39 - Y acordóse que eran carne: espíritu que va y no vuelve.

40 - ¡Cuántas veces le ensañaron en el desierto, le enojaron en la soledad!

41 - Y volvieron, y tentaron a Dios: y limitaron al Santo de Israel.

42 - No se acordaron de su mano: del día que les redimió de angustia;

43 - Que había puesto en Egipto sus señales: y sus maravillas en el campo de Soan:

44 - Y había vuelto sus ríos en sangre: y sus corrientes porque no bebiesen:

45 - Había enviado en ellos una mezcla de moscas que los había comido: asimismo ranas que los destruyeron.

46 - Y había dado al pulgón sus frutos: y sus trabajos a la langosta.

47 - Había destruido sus viñas con granizo, y sus higuerales con piedra.

48 - Y entregó al pedrisco sus bestias, y sus ganados al fuego.

49 - Había enviado en ellos el furor de su saña: ira y enojo, y angustia, y ángeles malos.

50 - Enderezó el camino a su furor: no detuvo la vida de ellos de la muerte, ántes entregó su vida a la mortandad:

51 - E hirió a todo primogénito en Egipto; las primicias de las fuerzas en las tiendas de Cam.

52 - E hizo partir, como hato de ovejas, su pueblo; y llevólos, como a un rebaño, por el desierto.

53 - Y guiólos con seguridad, que no tuvieron miedo; y a sus enemigos cubrió la mar.

54 - Metiólos en los términos de su tierra santa; en este monte, que ganó su mano derecha.

55 - Y echó las naciones de delante de ellos, e hízolas caer en cordel de heredad: e hizo habitar en sus moradas a las tribus de Israel.

56 - Y tentaron, y enojaron al Dios Altísimo; y no guardaron sus testimonios.

57 - Y volviéronse, y rebeláronse como sus padres; volviéronse como arco enganoso.

58 - Y enojáronle con sus altos; y provocáronle a zelo con sus esculturas.

59 - Oyó Dios, y enojóse; y aborreció en grande manera a Israel.

60 - Por esta causa dejó el tabernáculo de Silo, la tienda en que habitó entre los hombres.

61 - Y dió en cautividad su fortaleza; y su gloria en mano del enemigo.

62 - Y entregó a su pueblo a la espada; y airóse contra su heredad.

63 - A sus mancebos tragó el fuego; y sus vírgenes no fueron loadas.

64 - Sus sacerdotes cayeron a espada: y sus viudas no lamentaron.

65 - Y despertóse el Señor, como un dormido: como un valiente, que da voces a causa del vino:

66 - E hirió a sus enemigos detrás: dióles vergüenza perpetua.

67 - Y aborreció la tienda de José; y no escogió a la tribu de Efraim:

68 - Mas escogió a la tribu de Judá: al monte de Sión, al cual amó.

69 - Y edificó, como alturas, su santuario: como la tierra, lo acimentó para siempre.

70 - Y eligió a David su siervo: y tomóle de las majadas de las ovejas.

71 - detrás de las paridas le trajo: para que apacentase a Jacob su pueblo, y a Israel su heredad.

72 - Y apacentólos con enterez de su corazón: y con las industrias de sus manos los pastoreó.