Mateo 8:31 - La Biblia Reina Valera 1862

Libro de Mateo
Capitulos:

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1 - Y COMO descendió Jesús del monte, seguíanle grandes multitudes.

2 - Y, he aquí, un leproso vino, y le adoró, diciendo: Señor, si quisieres, puedes limpiarme.

3 - Y extendiendo Jesús su mano, le tocó, diciendo: Quiero: sé limpio. Y luego su lepra fué limpiada.

4 - Entónces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; mas vé, muéstrate al sacerdote, y ofrece el presente que mandó Moisés, para que les conste.

5 - Y entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole,

6 - Y diciendo: Señor, mi criado está echado en casa paralítico, gravemente atormentado.

7 - Y Jesús le dijo: Yo vendré, y le sanaré.

8 - Y respondió el centurión, y dijo: Señor, no soy digno que entres debajo de mi techumbre; mas solamente dí con la palabra, y mi criado sanará.

9 - Porque también yo soy hombre debajo de potestad; y tengo debajo de mi potestad soldados; y digo a éste: Vé, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.

10 - Y oyéndolo Jesús, se maravilló; y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fé.

11 - Y yo os digo, que vendrán muchos del oriente, y del occidente, y se asentarán con Abraham, e Isaac, y Jacob, en el reino de los cielos;

12 - Mas los hijos del reino serán echados en las tinieblas de afuera: allí será el llanto, y el crujir de dientes.

13 - Entónces Jesús dijo al centurión: Vé, y como creiste, así sea hecho contigo. Y su criado fué sano en el mismo momento.

14 - Y vino Jesús a casa de Pedro, y vió a su suegra echada en la cama, y con fiebre.

15 - Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía.

16 - Y como fué ya tarde, trajeron a él muchos endemoniados, y echó de ellos los demonios con su palabra, y sanó todos los enfermos;

17 - Para que se cumpliese lo que fué dicho por el profeta Isaías, que dijo: El tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.

18 - Y viendo Jesús grandes multitudes al rededor de sí, mandó que se fuesen a la otra parte del lago.

19 - Y llegóse un escriba, y díjole: Maestro, seguirte he donde quiera que fueres.

20 - Y Jesús le dijo: Las zorras tienen cavernas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del hombre no tiene donde recostar su cabeza.

21 - Y otro de sus discípulos le dijo: Señor, dáme licencia que vaya primero, y entierre a mi padre.

22 - Y Jesús le dijo: Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos.

23 - Y entrando él en una nave, sus discípulos le siguieron.

24 - Y, he aquí, fué hecho en la mar un gran movimiento, de manera que la nave se cubría de las ondas; y él dormía.

25 - Y llegándose sus discípulos le despertaron, diciendo: Señor, sálvanos, perecemos.

26 - Y él les dice: ¿Por qué teméis, hombres de poca fé? Entónces levantado reprendió a los vientos y a la mar; y fué grande bonanza.

27 - Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y la mar le obedecen?

28 - Y como él llegó a la otra parte en el territorio de los Gergesenos; le vinieron al encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, fieros en gran manera, así que nadie podía pasar por aquel camino.

29 - Y, he aquí, clamaron, diciendo: ¿Qué tenemos contigo, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido ya acá a molestarnos ántes de tiempo?

30 - Y estaba léjos de ellos un hato de muchos puercos paciendo.

31 - Y los demonios le rogaron, diciendo: Si nos echas, permítenos que vayamos en aquel hato de puercos.

32 - Y él les dijo: Id. Y ellos salidos, se fueron al hato de los puercos; y, he aquí, todo el hato de los puercos se precipitó de un despeñadero en la mar; y murieron en las aguas.

33 - Y los porqueros huyeron, y viniendo a la ciudad, contaron todas las cosas, y lo que había pasado con los endemoniados.

34 - Y, he aquí, toda la ciudad salió a encontrar a Jesús; y cuando le vieron, le rogaban que se fuese de sus términos.