Mateo 22:2 - La Biblia Reina Valera 1862

Libro de Mateo
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1 - Y RESPONDIENDO Jesús, les volvió a hablar en parábolas, diciendo:

2 - El reino de los cielos es semejante a un hombre rey, que hizo bodas a su hijo.

3 - Y envió sus siervos para que llamasen a los convidados a las bodas; mas no quisieron venir.

4 - Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decíd a los convidados: He aquí, mi comida he aparejado, mis toros y animales engordados son muertos, y todo está aparejado: veníd a las bodas.

5 - Mas ellos no hicieron caso, y se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios;

6 - Y otros, tomando sus siervos, afrentáronlos, y matáronlos.

7 - Y el rey, oyendo esto, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas, y puso a fuego su ciudad.

8 - Entónces dice a sus siervos: Las bodas a la verdad están aparejadas; mas los que eran llamados, no eran dignos.

9 - Id pues a las salidas de los caminos, y llamád a las bodas a cuantos hallareis.

10 - Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados.

11 - Y entró el rey para ver los convidados, y vió allí un hombre no vestido de vestido de boda.

12 - Y le díjo: Amigo, ¿cómo entraste acá no teniendo vestido de boda? Y a él se le cerró la boca.

13 - Entónces el rey dijo a los que servían: Atado de piés y de manos, tomádle, y echádle en las tinieblas de afuera: allí será el lloro, y el crujir de dientes.

14 - Porque muchos son llamados; mas pocos escogidos.

15 - Entónces idos los Fariseos, consultaron como le tomarían en alguna palabra.

16 - Y envían a él sus discípulos, con los de Heródes, diciendo: Maestro, sabemos que eres amador de verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios; y que no te cuidas de nadie; porque no tienes acepción de persona de hombres:

17 - Dínos pues, ¿qué te parece? ¿Es lícito dar tributo a César, o no?

18 - Mas Jesús, entendida su malicia, les dice: ¿Por qué me tentáis, hipócritas?

19 - Mostrádme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario.

20 - Entónces les dice: ¿Cúya es esta figura, y lo que está encima escrito?

21 - Ellos le dicen: De César. Y les dice: Pagád, pues, a César lo que es de César, y a Dios, lo que es de Dios.

22 - Y oyendo esto se maravillaron, y dejáronle, y se fueron.

23 - Aquel día llegaron a él los Saduceos, que dicen no haber resurrección, y le preguntaron,

24 - Diciendo: Maestro, Moisés dijo: Si alguno muriere sin hijos, su hermano se case con su mujer, y despertará simiente a su hermano.

25 - Fueron, pues, entre nosotros siete hermanos; y el primero tomó mujer, y murió; y no teniendo generación, dejó su mujer a su hermano.

26 - De la misma manera también el segundo, y el tercero, hasta los siete.

27 - Y después de todos murió también la mujer.

28 - En la resurrección, pues, ¿cúya de los siete será la mujer? porque todos la tuvieron.

29 - Entónces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las escrituras, y el poder de Dios.

30 - Porque en la resurrección, ni se casan, ni se dan en matrimonio; mas son como los ángeles de Dios en el cielo.

31 - Y de la resurrección de los muertos, ¿no habéis leido lo que es dicho por Dios a vosotros, que dice:

32 - Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de los muertos, sino de los que viven.

33 - Y oyendo esto las multitudes estaban fuera de sí de su doctrina.

34 - Estónces los Fariseos, oyendo que había cerrado la boca a los Saduceos, se juntaron a una;

35 - Y preguntó uno de ellos, intérprete de la ley, tentándole, y diciendo:

36 - Maestro, ¿cuál es el mandamiento grande en la ley?

37 - Y Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de toda tu mente.

38 - Este es el primero y el grande mandamiento.

39 - Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a tí mismo.

40 - De estos dos mandamientos depende toda la ley, y los profetas.

41 - Y estando juntos los Fariseos, Jesús les preguntó,

42 - Diciendo: ¿Qué os parece del Cristo? ¿Cúyo hijo es? Dícenle ellos: De David.

43 - El les dice: Pues, ¿cómo David en Espíritu le llama Señor, diciendo:

44 - Dijo el Señor a mi Señor: Asiéntate a mi diestra, entre tanto que pongo tus enemigos por estrado de tus piés?

45 - Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo?

46 - Y nadie le podía responder palabra: ni osó alguno desde aquel día preguntarle más.