Marcos 9:5 - La Biblia Reina Valera 1862

Libro de Marcos
Capitulos:

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1 - DÍJOLES también: De cierto os digo, que hay algunos de los que están aquí que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto el reino de Dios que viene con poder.

2 - Y seis dias después tomó Jesús a Pedro, y a Santiago, y a Juan, y los sacó aparte solos a un monte alto, y fué transfigurado delante de ellos.

3 - Y sus vestidos fueron vueltos resplandecientes, muy blancos como la nieve, cuales lavador no los puede blanquear en la tierra.

4 - Y les apareció Elías con Moisés, que hablaban con Jesús.

5 - Entónces respondiendo Pedro, dice a Jesús: Maestro, bien será que nos quedemos aquí, y hagamos tres cabañas: para tí una, y para Moisés otra, y para Elías otra;

6 - Porque no sabía lo que hablaba, que estaba fuera de sí.

7 - Y vino una nube que los asombró, y una voz de la nube que decía: Este es mi hijo amado, a él oid.

8 - Y luego, como miraron, no vieron más a nadie consigo, sino a solo Jesús.

9 - Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a nadie dijesen lo que habían visto, sino cuando el Hijo del hombre hubiese resucitado de los muertos.

10 - Y ellos retuvieron el caso en sí altercando que sería aquello: Resucitar de los muertos.

11 - Y le preguntaron, diciendo: ¿Qué es lo que los escribas dicen, que es menester que Elías venga ántes?

12 - Y respondiendo él, les dijo: Elías a la verdad, cuando viniere ántes, restituirá todas las cosas; y como está escrito del Hijo del hombre; que padezca mucho, y sea tenido en nada.

13 - Empero os digo que Elías ya vino, y le hicieron todo lo que quisieron, como está escrito de él.

14 - Y como vino a los discípulos, vió una grande multitud al derredor de ellos, y los escribas que disputaban con ellos.

15 - Y luego toda la multitud, viéndole, se espantó, y corriendo a él, le saludaron.

16 - Y preguntó a los escribas: ¿Qué disputais con ellos?

17 - Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje mi hijo a tí, que tiene un espíritu mudo,

18 - El cual donde quiera que le toma, le despedaza, y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que le echasen fuera, y no pudieron.

19 - Y respondiendo él, le dijo: ¡Oh generación infiel! ¿hasta cuándo estaré con vosotros? ¿hasta cuándo os tengo de sufrir? Traédmele.

20 - Y se le trajeron; y como él le vió, luego el espíritu le comenzó a despedazar; y cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos.

21 - Y preguntó a su padre: ¿Cuánto tiempo ha que le aconteció esto? Y él dijo: Desde niño:

22 - Y muchas veces le echa en el fuego, y en aguas, para matarle; mas, si puedes algo, ayúdanos, teniendo misericordia de nosotros.

23 - Y Jesús le dijo: Si puedes creer esto, al que cree todo es posible.

24 - Y luego el padre del muchacho dijo, clamando con lágrimas: Creo, Señor: ayuda mi incredulidad.

25 - Y como Jesús vió que la multitud concurría, riñó al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él.

26 - Entónces el espíritu clamando, y despedazándole mucho, salió; y él quedó como muerto, de manera que muchos decían, que era muerto.

27 - Mas Jesús tomándole de la mano, le enhestó, y se levantó.

28 - Y como él se entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera?

29 - Y les dijo: Este género de demonios con nada puede salir, sino con oración y ayuno.

30 - Y salidos de allí, caminaron juntos por Galilea; y no quería que nadie lo supiese.

31 - Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; mas muerto él, resucitará al tercero día.

32 - Mas ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle.

33 - Y vino a Capernaum; y como vino a casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino?

34 - Mas ellos callaron; porque los unos con los otros habían disputado en el camino, quién de ellos había de ser el mayor.

35 - Entónces sentándose, llamó a los doce, y les dice: El que quisiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos.

36 - Y tomando a un niño, le puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dice:

37 - El que recibiere en mi nombre a uno de los tales niños, a mí recibe; y el que a mí recibe, no me recibe a mí, sino al que me envió.

38 - Y le respondió Juan, diciendo: Maestro, hemos visto a uno, que en tu nombre echaba fuera los demonios, el cual no nos sigue; y se lo vedamos, porque no nos sigue.

39 - Y Jesús le dijo: No se lo vedéis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre que luego pueda decir mal de mí.

40 - Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.

41 - Porque cualquiera que os diere un jarro de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo, que no perderá su recompensa.

42 - Y cualquiera que ofendiere a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le sería que le fuera puesta al cuello una piedra de molino, y que fuese echado en la mar.

43 - Mas si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala: mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado:

44 - Donde su gusano no muere, y su fuego nunca se apaga.

45 - Y si tu pié te fuere ocasión de caer, córtale: mejor te es entrar en la vida cojo, que teniendo dos piés ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado.

46 - Donde su gusano no muere, y su fuego nunca se apaga.

47 - Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácale: mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al fuego del infierno:

48 - Donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga.

49 - Porque todo hombre será salado con fuego, y todo sacrificio será salado con sal.

50 - Buena es la sal; mas si la sal perdiere su sabor, ¿con qué la sazonaréis? Tenéd en vosotros mismos sal; y tenéd paz los unos con los otros.