Lucas 14:13 - La Biblia Reina Valera 1862

Libro de Lucas
Capitulos:

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1 - Y ACONTECIÓ que entrando en casa de un príncipe de los Fariseos un sábado a comer pan, ellos le acechaban.

2 - Y, he aquí, un hombre hidrópico estaba delante de él.

3 - Y respondiendo Jesús, habló a los doctores de la ley, y a los Fariseos, diciendo: ¿Es lícito sanar en sábado?

4 - Y ellos callaron. Entónces él tomándole, le sanó, y le envió.

5 - Y respondiendo a ellos, dijo: ¿Es asno o el buey de cual de vosotros caerá en un pozo, y él no le sacará luego en día de sábado?

6 - Y no le podían replicar a estas cosas.

7 - Y propuso una parábola a los convidados, atento como escogían los primeros asientos a la mesa, diciéndoles:

8 - Cuando fueres convidado de alguno a bodas, no te asientes en el primer lugar; porque podrá ser que otro mas honrado que tú sea convidado de él;

9 - Y viniendo el que te llamó a tí y a él, te diga: Dá lugar a éste; y entónces comiences con vergüenza a tener el postrer lugar.

10 - Mas cuando fueres llamado, vé, y asiéntate en el postrer lugar; porque cuando viniere el que te llamó, te diga: Amigo, sube más arriba: entónces tendrás gloria delante de los que juntamente se asientan a la mesa.

11 - Porque cualquiera que se ensalza, será humillado, y el que se humilla, será ensalzado.

12 - Y decía también al que le había convidado: Cuando haces comida o cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; porque también ellos no te vuelvan a convidar, y te sea hecha paga.

13 - Mas cuando haces banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos, los ciegos;

14 - Y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden pagar; mas te será pagado en la resurrección de los justos.

15 - Y oyendo esto uno de los que juntamente estaban sentados a la mesa, le dijo: Bienaventurado el que comerá pan en el reino de los cielos.

16 - El entónces le dijo: Un hombre hizo una grande cena, y llamó a muchos.

17 - Y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los convidados: Veníd, que ya todo está aparejado.

18 - Y comenzaron todos a una a escusarse. El primero le dijo: He comprado un cortijo, y he menester de salir, y verle: te ruego que me tengas por escusado.

19 - Y el otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos: ruégote que me tengas por escusado.

20 - Y el otro dijo: Me he casado; y por tanto no puedo venir.

21 - Y vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entónces el padre de familias, enojado dijo a su siervo: Vé presto por las plazas, y por las calles de la ciudad, y mete acá los pobres, los mancos, y cojos, y ciegos.

22 - Y dijo el siervo: Señor, hecho es como mandaste, y aun hay lugar.

23 - Y dijo el señor al siervo: Vé por los caminos, y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa.

24 - Porque yo os digo, que ninguno de aquellos varones que fueron llamados, gustará mi cena.

25 - Y grandes multitudes iban con el; y volviéndose les dijo:

26 - Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.

27 - Y cualquiera que no trae su cruz, y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.

28 - Porque ¿cuál de vosotros, queriendo edificar una torre, no cuenta primero sentado los gastos, si tiene lo que ha menester para acabarla?

29 - Porque después que haya puesto el fundamento, y no pueda acabarla, todos los que lo vieren, no comiencen a hacer burla de él,

30 - Diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar.

31 - ¿O cuál rey, habiendo de ir a hacer guerra contra otro rey, sentándose primero no consulta si puede salir al encuentro con diez mil al que viene contra él con veinte mil?

32 - De otra manera, cuando el otro está aun léjos, le ruega por la paz, enviándole embajada.

33 - Así pues cualquiera de vosotros que no renuncia a todas las cosas que posee, no puede ser mi discípulo.

34 - Buena es la sal; mas si la sal perdiere su sabor, ¿con qué será salada?

35 - Ni para la tierra, ni aun para el muladar es buena: fuera la echan. Quien tiene oidos para oir, oiga.